Trabas a la descarbonización

España soporta los mayores impuestos de Europa a la luz y quintuplican a los del gas

El gas cuenta con unas tasas por debajo de 4 céntimos kilovatio hora, mientras que la electricidad roza los 20 céntimos. En pleno proceso de descarbonización, la electrificación de la economía se sitúa por debajo de 2019.

Montaje renovables y combustibles fósiles.
España soporta los mayores impuestos de Europa a la luz y quintuplican a los del gas.
Nerea de Bilbao (Infografía)

El proceso de descarbonización de la economía española con el fin de cumplir los objetivos europeos de reducción de emisiones de CO2 tropieza con los elevados impuestos a la electricidad. España aparece como el país de la Unión Europea (UE) con mayores tasas y gravámenes (incluido el IVA), seguido de cerca por Portugal, Alemania y Austria, con niveles que rondan unos gravámenes de 20 céntimos por kilovatio hora (KWh).

Fuentes del sector energético consultadas por La Información señalan que el actual sistema de fiscalidad impide una mayor implementación de la electrificación sobre determinados sectores que todavía dependen de los combustibles fósiles. Actualmente, el gas cuenta con unas tasas que están por debajo de 4 céntimos/KWh, es decir, cinco veces menos que las de la luz y creando un agravio comparativo, según un informe de Regulatory Assistance Project (RAP).

El debate sobre si se debe bajar o no la fiscalidad a la luz no es nuevo, pero coge fuerza en un momento en el que se pide desde los gobiernos tanto a usuarios domésticos como a empresas e industria ser más eficientes energéticamente hablando. Las mismas fuentes indican que no tiene sentido que la electricidad siga soportando un IVA del 21%. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) reclaman un IVA reducido al entenderse como servicio básico. Países como Portugal o Bélgica ya lo hacen así.

¿Cuántos impuestos hay que gravan la electricidad?

También existe el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) del 7%. Este se carga sobre los generadores, sin embargo, las empresas lo acaban trasladando al consumidor final y, por tanto, a la factura de la luz. En España también existe el Impuesto Especial de la Electricidad (IEE). De este modo, hay tres tipos de impuestos y gravámenes: impuestos especiales sobre la electricidad, el gas y otros combustibles fósiles; impuestos sobre la electricidad y el gas únicamente; y un impuesto adicional al valor agregado sobre la producción de electricidad.

El impuesto especial sobre la electricidad es un impuesto ‘ad valorem’ (según el valor del combustible) del 5,11% -rebajado hasta junio-, mientras que el carbón y el gas pagan un impuesto de 2,34 euros por megavatio hora (MWh). En el caso de la electricidad, el impuesto se utiliza para introducir un componente de tiempo de uso y la tarifa va desde 6 euros/MWh en el periodo valle hasta 133,10 euros/MWh en el periodo punta. Cubre principalmente subsidios para energías renovables y compensaciones para los territorios no insulares. Por su parte, sobre gasolina se aplica un impuesto también ‘ad valorem’ del 0,14% para cubrir los costes regulatorios y un impuesto adicional específico al valor agregado del 7% sobre el valor de producción.

La electricidad, ¿la forma más rentable para descarbonizar?

En este sentido, la Alianza para la Electrificación –formada por Euroelectric, SolarPower, Wind Europe, la Fundación Europea del Clima o el Instituto Europeo del Cobre- defiende que la electricidad es, "con diferencia", la forma más rentable de impulsar la transición en todos los sectores económicos, tanto del transporte, la calefacción como la industria. Por ello, pide a la UE un mayor apoyo con un cambio en la fiscalidad que fomente su impulso. “Ha llegado la hora de que la fiscalidad de la energía deje de ser un obstáculo y se convierta en motor de la transición energética”, defiende esta alianza.

Asimismo, también ve necesaria la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía (ETD) para poner fin a la "discriminación fiscal que favorece a los combustibles fósiles frente a la electricidad". "Al examinar los datos que comparan los gravámenes e impuestos entre el gas y la electricidad, se observa un abismo que favorece desproporcionadamente al gas frente a la electricidad. Una ETD reformada es ahora la condición para apoyar a los consumidores a invertir en electrificación, reducir sus facturas de electricidad y, al mismo tiempo, descarbonizar nuestras economías", apunta Julie Beaufils, secretaria general de EuropeOn (Asociación Europea de Contratistas Eléctricos), otro de los integrantes de la alianza.

Las soluciones eléctricas son las más caras para los usuarios

Por otro lado, las asociaciones se quejan de que las soluciones más sostenibles, así como las que proporcionan flexibilidad (térmica y basada en la electricidad), sean las más caras para los usuarios. "Los consumidores activos que aportan flexibilidad a la red almacenando electricidad con tecnologías de almacenamiento o vehículos eléctricos siguen viéndose obstaculizados en muchos Estados miembro al ser gravados dos veces cuando reinyectan electricidad en la red. Mientras todo esto siga así, la transición energética será una batalla cuesta arriba imposible", explican.

Actualmente, en España, según datos de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), el grado de electrificación de la economía se sitúa por debajo de los niveles de 2019, antes de la pandemia de la covid-19. La patronal, en la que se integran Iberdrola, Endesa y EDP, subraya que con los últimos datos correspondientes al primer semestre de 2023, el índice de electrificación se encuentra en el 22,4%, “lo que evidencia la necesidad de intensificar las políticas orientadas a la electrificación de la demanda final”. Este dato supone un claro descenso frente al 25,6% del índice de electrificación en 2020.

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