Red de Cercanías de Barcelona

La factura del soterramiento de Montcada sube a 800 millones con una segunda obra

El traslado bajo tierra de las vías que hoy parten la ciudad catalana en dos se completará con un segundo contrato de 174 millones que permitirá mejorar la fluidez de la circulación ferroviaria y no afectar a aguas subterráneas. 

La factura del soterramiento de Montcada sube a 800 millones con una segunda obra
La factura del soterramiento de Montcada sube a 800 millones con una segunda obra
Ajuntament Montcada i Reixac

Por si parecían pocos los 621 millones de euros que se destinarán al soterramiento de las vías de tren en Montcada i Reixac, esta descomunal obra de "integración urbana" va a engordar en otros 174 millones (con IVA, 143,8 millones sin él), elevando la factura hasta los 800 millones. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) acaba de sacar a concurso la segunda obra que completa el proyecto de este polémico soterramiento tras recibir el visto bueno del Consejo de Ministros, con el que todas las partes implicadas pretenden dejar atrás años de reclamaciones vecinales por las cerca de 200 personas que han fallecido arrolladas al cruzar las vías de forma imprudente.

Esta segunda obra, destinada a completar la integración del trazado ferroviario en la trama urbana del municipio, forma parte de las grandes actuaciones del 'Plan Transformem Rodalies' puesto en marcha por el Gobierno para mejorar esta red. Con este soterramiento se pretende mejorar el funcionamiento de los servicios de Rodalies (Cercanías) de la línea R2 y otros trenes convencionales, para lo cual se llevará a cabo la construcción de una nueva variante que permitirá optimizar el trazado a su paso por el barrio barcelonés de Vallbona.

Esta actuación busca mejorar el trazado de la línea convencional Barcelona-Portbou con la supresión de la curva existente y la incorporación de una tercera vía que transcurrirá paralela a la línea de alta velocidad (LAV) Madrid-Barcelona durante 1,5 kilómetros, aumentando la capacidad de la infraestructura de ancho ibérico. Además, se instalará un salto de carnero en la llamada "bifurcación Aguas" (Santa Coloma de Gramanet) que evite los cruces de vías al mismo nivel y mejore la conexión entre los ramales que parten de dicha derivación. 

El proyecto incluye una actuación sobre las aguas subterráneas, minimizando su "efecto barrera" sobre la línea de alta velocidad a su paso por Vallbona. A ambos lados del trazado se instalará un sistema mixto de bombeo y sifón de aspiración, y se liberará para otros usos la superficie que quede entre la LAV y la línea convencional. 

Un soterramiento polémico con muchos ceros

Los 800 millones destinados a este soterramiento permitirán romper la barrera física que genera esta infraestructura inaugurada hace 145 años. El crecimiento urbano de Montcada i Reixac ha hecho que su trama quedase separada por el tren, dando lugar a un importante tránsito de personas de un lado a otro de las vías. La generalización de los cruces indebidos por parte de muchos habitantes se ha saldado con la trágica cifra de 179 fallecidos; el último, hace un mes. 

El ayuntamiento de la localidad llevaba años reclamando pasar las vías bajo tierra y los vínculos políticos entre PSOE, PSC, En Comú Podem y ERC, socios en los gobiernos de la Generalitat y el Ejecutivo central han facilitado que el Ministerio de Transportes acabase sacando adelante el proyecto de soterramiento, que mandará a un túnel bajo tierra los cuatro kilómetros de vías que hoy circulan al aire libre. Al eliminar el trazado en superficie, se incrementarán las condiciones de seguridad para los vecinos y para la explotación ferroviaria, al eliminar dos pasos a nivel.

Para que este soterramiento se haga realidad todavía debe superar un último hito: su licitación, que ahora mismo está a la espera de que tanto los técnicos de Adif como Geocontrol, la encargada de redactar el proyecto de obra, revisen las ofertas temerarias que han presentado dos de los consorcios: el que conformaron Vías y Construcciones, Copisa, Azvi e Ingeniería y Servicios, por un lado; y el de Ferrovial, Comsa y FCC por otro.

Ambos alegaron importantes rebajas de costes en determinadas operaciones, aunque el consorcio de Ferrovial, FCC y Comsa parecía adelantarse a su competencia al ofertar un menor coste. La revisión de los precios propuestos por cada una de las empresas acabará dirimiendo este concurso público y evitar futuras reclamaciones, ya que en juego están 500 millones de euros, una de las mayores obras de la legislatura

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