La guerra complica los cálculos

El FMI recorta un punto la previsión del PIB hasta el 4,8% y presiona a Calviño

La institución advierte de que la inflación durará más de lo previsto pero confía en que los precios se moderen a partir del próximo año. Estima que la inflación será del 5,3% este año y del 1,3% en 2023.

Nadia Calviño Senado
La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño.
Europa Press

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado la previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España al 4,8%. Se trata de un punto menos del cálculo que publicó en enero y se debe, fundamentalmente, al impacto económico de la invasión de Ucrania y a la inflación en cifras récord, que también afecta al resto de economías mundiales. De hecho, pese al recorte, España será la economía avanzada que más crezca este 2022. Para 2023, el FMI estima que el PIB crecerá un 3,3%. Sin embargo, los cálculos de la institución se sitúan ligeramente por debajo de los que maneja el Gobierno -del 5%- y añade presión a la revisión que Moncloa presentará a finales de este mes.

Antes incluso de la invasión rusa de Ucrania, la OCDE ya había recortado la previsión de crecimiento del PIB al 4,5% para España. La Comisión Europea, por su parte, calculó en febrero que la economía española crecerá un 5,6% este año. En el ámbito nacional, el Banco de España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) o Funcas estiman que el crecimiento del PIB estará por debajo del 5%. Así, la situación geopolítica que ha agravado la crisis energética y una inflación en el 9,8%, según el dato del mes de marzo, han dejado desfasados los cálculos del cuadro macroeconómico del Gobierno, que estimaban un crecimiento del 7%.

En cuanto a la inflación, el FMI calcula que se situará en el 5,3% de media en 2022, para moderarse hasta el 1,3% en 2023. La institución que dirige Kristalina Georgieva reconoce que el alza de los precios se mantendrá durante más tiempo del inicialmente previsto, sobre todo en cuanto a las materias primas. Además, advierte, en el World Economic Outlook publicado este martes, que las sanciones impuestas a Rusia tendrán un efecto negativo para las cadenas de suministro, lo que a su vez agravará la inflación. Con todo, prevén que los precios se moderen a partir de 2023, aunque señalan que la guerra añade incertidumbre a estas previsiones.

En línea con otras instituciones, el FMI alerta del riesgo de que la inflación se traslade a los salarios. Aunque sin referirse en concreto a España, apunta que el incremento de salarios se puede producir cuando los trabajadores demandan una remuneración más alta para hacer frente a los costes de vida. "Esto podría intensificar y ampliar la presiones inflacionistas", concluye el organismo. Por ello, aboga por una política monetaria más rígida que permita controlar el ciclo de la inflación trasladándose a los salarios y los salarios más altos provocando alzas de los precios.

El FMI destaca que la invasión de Ucrania juega un papel importante en la transición energética. En el corto plazo, los precios y la posible escasez de suministro "puede suponer un incremento de la dependencia de energías fósiles, como el carbón". Sin embargo, "en el largo plazo, las secuelas del conflicto y los movimientos estratégicos por la independencia energética podría acelerar la inversión en renovables". En cualquier caso, el FMI señala que las tensiones geopolíticas pueden "descarrilar la cooperación global para una transición energética ordenada".

Recuperación

Además de contener la inflación, el FMI recomienda ajustar las medidas fiscales a la situación de cada país con respecto a la guerra, a la pandemia y a la fortaleza de la recuperación. "La necesidad de consolidación no debería evitar que los gobiernos prioricen proteger y ayudar a los ciudadanos vulnerables afectados por la guerra en Ucrania y la pandemia", apunta. En esta línea, aboga por ayudas económicas para aliviar los presupuestos de los hogares en aquellos países que estén sufriendo incrementos severos de los precios. 

A cambio, el FMI señala que en aquellos países donde la pandemia esté controlada, se pueden ir eliminando las medidas que se diseñaron para hacer frente a las consecuencias económicas del Covid, para ganar "margen fiscal". Sin embargo, subraya que aquellas empresas afectadas por el conflicto pueden necesitar garantías de crédito o transferencias. El FMI añade que las operaciones de estas compañías deben ser viables en el medio plazo para no malgastar recursos necesarios para la recuperación.

Igual que el Banco de España o la Airef, el FMI insiste en la necesidad de que los países diseñen planes de consolidación fiscal a medio plazo, para que las finanzas vuelvan a una senda sostenibles tras el esfuerzo realizado durante la pandemia. Además, las inversiones que garanticen reformas estructurales, sobre todo en el ámbito de la digitalización, y las políticas medioambientales también deben ser una prioridad, según el organismo.

Mostrar comentarios