Navantia busca otra vida: construirá cruceros y hará labores de consultoría

  • La hoja de ruta de los astilleros públicos aboga por explorar nuevos modelos de negocio. La empresa prejubilará a 2.200 empleados y contratará 1.658.
Fotografía operarios de Navantia / EFE
Fotografía operarios de Navantia / EFE

En los astilleros de Navantia en Puerto Real (Cádiz) esperan desde hace semanas que las negociaciones de la dirección de la empresa con el astillero francés Chantier de L'Atlantique fructifiquen y atraigan por primera vez a los bancos de la tricentenaria empresa estatal de construcción naval un proyecto relacionado con la industria de los cruceros. En el centro de trabajo de Fene (A Coruña) trabajan desde hace meses en la construcción de los llamados 'jackets', los gigantescas estructuras metálicas que sustentan los molinos de los parques eólicos marinos, que se han revelado como un nicho de negocio potentísimo para un astillero civil siempre amenazado por un futuro incierto.

Tradicionalmente dependiente de los ciclos inversores de la industria militar y agobiada desde hace décadas por una cuenta de resultados en permanentes números rojos, Navantia ha decidido dar un paso adelante en los próximos años para generar un caudal permanente de negocio en el ámbito civil y reducir esa dependencia del negocio militar que, entre otras cosas, provocó que la cartera de pedidos de los astilleros públicos se desplomará a la mitad durante la pasada crisis.

El nuevo Plan Estratégico de la compañía para el periodo 2018-2022, que se rubricará formalmente este jueves por SEPI, la empresa y los representantes de los trabajadores, tras ser respaldado por el 67% de la plantilla, plantea expresamente la intención de "fomentar nuevos modelos de negocio" y buscar "oportunidades rentables de construcción de buques civiles" al objeto de estabilizar la carga de trabajo de los astilleros públicos y de su industria auxiliar en los periodos valle entre ciclo de inversión militar y ciclo de inversión militar.

Sobre estas premisas, el plan de futuro de Navantia se sostiene sobre tres pilares. El primero es el tradicional: la cobertura de las necesidades de la Armada Española mediante la ejecución de los programas previstos en el ciclo inversor y la exploración de oportunidades en el exterior a partir de la intensificación de su actividad comercial y la optimización de la diplomacia económica patria, algo comprometida en los últimos meses tras la crisis de las corbetas con Arabia Saudí.

La apuesta por la Navantia del futuro se vislumbra, no obstante, en los otros dos pilares. Los astilleros del Estado prevén por una parte sacar más provecho comercial a su amplio catálogo de servicios, superando el modelo de 'construcción-entrega' y tratando de construir un vínculo permanente con sus clientes mediante contratos vinculados para la reparación, apoyo al ciclo de vida (mantenimiento) y transferencia de tecnología con sus clientes. También mediante la oferta de una suerte de servicio de consultoría, que identifique las necesidades de cada cliente y le ofrezca una solución personalizada.

La tercera pata de la nueva Navantia será el impulso de la actividad civil, "principalmente en el sector eólica-offshore (jackets) y en oportunidades rentables en la construcción de buques civiles". ¿El objetivo? Equilibrar los ciclos de demanda del mercado naval militar, mantener la carga de trabajo de la industria auxiliar y mejorar la eficiencia de los centros productivos.

Navantia prejubilará a 2.200 trabajadores mayores de 61 años

El desarrollo de ese planteamiento estratégico exigirá de cambios profundos en la compañía. El más drástico será un Plan de Rejuvenecimiento de la plantilla que mandará a sus casas en los próximos cuatro años a 2.200 trabajadores de más de 61 años, cuyas vacantes se cubrirán en al menos un 75% de los casos con la contratación de 1.658 nuevos trabajadores, con perfiles diferentes y una formación orientada a la implantación del modelo de astillero 4.0. Un rato que exigirá más de 900.000 horas de formación a la plantilla.

Según fuentes sindicales, la compañía también abordará un profundo proceso de reclasificación laboral interna, que mejorará el tratamiento salarial a técnicos e ingenieros; y creará una Comisión Central de Ordenación de la Industria Auxiliar de nueva creación, con el objetivo de regular las relaciones con las empresas de la industria auxiliar y fijar una serie de requisitos para garantizar unos ciertos estándares de calidad enlos  servicios que éstas le presten y también el cumplimiento por su parte de sus obligaciones laborales y fiscales.

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