La venta de armas a Riad cerca a Sánchez: acatar el veto de Merkel o salvar Navantia

  • El presidente del Gobierno anunciará la posición de España el miércoles, tras escuchar a Erdogan y bajo la presión de PP y Podemos en el Congreso. 
Astilleros de Navantia en San Fernando (Cádiz)
Astilleros de Navantia en San Fernando (Cádiz)
NAVANTIA - Archivo

Poco le ha durado la calma al Gobierno español tras el reciente desencuentro con Arabia Saudí a cuenta del envío de 400 bombas de precisión láser. Apenas un mes después, y en un entorno internacional bastante más delicado, ante la consternación por el presunto asesinato de Jamal Khashoggi, Pedro Sánchez se encuentra entre la espada de los países europeos que, encabezados por Alemania, presionan para suspender la venta de armas al régimen de Riad hasta que se esclarezcan las circunstancias de la muerte del periodista saudí, y la pared de los trabajadores de Navantia, que ven con preocupación la posible cancelación de un contrato de 1.800 millones de euros del que dependen nada menos que 6.000 empleos.

Sánchez está cercado y, consciente de que su posicionamiento va a acarrear importantes consecuencias a uno y otro lado de la controversia, guarda silencio hasta el miércoles, cuando tiene previsto pronunciarse ante el Congreso de los Diputados, una vez conozca las conclusiones sobre la investigación que previsiblemente ofrecerá mañana el presidente turco, Tayyip Erdogan. Lo hará ante la atenta mirada de su principal socio de Gobierno, Podemos, que le exigirá que suspenda la venta de armas a Arabia Saudí. Y también del PP, que presionará para que el Gobierno cumpla con los compromisos adquiridos con Navantia.

Hasta entonces, expectación absoluta. La tensión escalaba ayer, cuando Alemania anunciaba la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí, al menos, hasta conocer los detalles que rodean la desaparición de Khashoggi. La canciller Angela Merkel aseguraba en un acto electoral que estas exportaciones "no pueden tener lugar en las circunstancias actuales" y, en un comunicado conjunto, Berlín, Londres y París pedían una "aclaración urgente" a Riad. "En último término, emitiremos nuestro juicio en función de la credibilidad de la explicación adicional que recibamos sobre lo que sucedió y nuestra confianza en que un evento tan vergonzoso no podrá repetirse ni nunca lo hará", según la nota, con la triple firma del ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, alemán, Heiko Maas y francés, Jean-Yves Le Drian.

Una triple alianza europea a la que no se sumó España. Ni siquiera hoy, después de que el ministro de Economía germano, Peter Altmaier, elevase la presión al instar al resto de países de la Unión Europea (UE) a paralizar la venta de armamento al país árabe.

España se aleja de la línea crítica europea

Nuestro país ha evitado arrimarse a la línea más crítica con Arabia Saudí. Y esto después de que el Gobierno redactara días atrás uno de los comunicados más tibios de todas las diplomacias occidentales sobre el 'caso Khashoggi', periodista crítico con la monarquía saudita, brutalmente asesinado y descuartizado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, según aseguran las autoridades de Turquía.

La búsqueda de una "posición común" en la UE ante este espinoso asunto empuja a Sánchez, por un lado. Por el otro, los trabajadores de Navantia ejercen presión para proteger la construcción de cinco corbetas que Arabia Saudí encargó a los astilleros españoles por 1.800 millones de euros. Un contrato que consideran "imprescindible", del que dependen 6.000 puestos de trabajo directos e indirectos. "No estamos exentos de otro sobresalto", ha señalado a Efe Jesús Peralta, presidente del comité de empresa del astillero de Navantia en San Fernando (Cádiz), donde está previsto que empiece la construcción de las cinco corbetas en noviembre.

Peralta entiende que el Gobierno español "tiene claro" que este contrato debe "seguir adelante", sobre todo desde el pasado mes de septiembre, cuando la decisión del Ministerio de Defensa de paralizar la venta de bombas de precisión a Arabia Saudí hizo temer que el reino del desierto suspendiera este encargo y los trabajadores salieron a la calle a defenderlo. "Digo lo mismo que dijimos entonces: si en algún momento el contrato peligra, los trabajadores responderán de inmediato, hay en juego muchos puestos de trabajo para la Bahía de Cádiz", subraya el presidente del comité de empresa.

Fuentes sindicales consultadas por La Información reconocen que existe "una gran preocupación", porque el contrato es "esencial para la viabilidad del astillero". Hay "miedo", dicen, a que se reviva la problemática de hace apenas un mes, pero esperan que el Gobierno "haya aprendido del conflicto". Ahora, "toca esperar". Así de prudentes se muestran, ante un conflicto diplomático internacional en el que resulta prioritario "evitar enfrentar lo que es un problema laboral con la conciencia cívica de la sociedad europea". 

Desde la UE explican que la decisión de imponer un eventual embargo de armas europeo a Arabia Saudí está en manos de los gobiernos de los Veintiocho, que deben acordarlo por unanimidad. "Las consultas entre Estados miembro están en marcha a diferentes niveles y en diferentes contextos", ha explicado hoy en rueda de prensa la portavoz del Servicio diplomático europeo, Maja Kocijancic, al ser preguntada por si el bloque impondrá sanciones a Arabia Saudí en respuesta al asesinato de Khashoggi.

Según los últimos datos de las autoridades oficiales comunitarias, España exportó armas a Arabia Saudí por valor de 116,2 millones de euros en 2016. Pero fue Francia el primer exportador a Riad, al que vendió armamento por valor de 1.085 millones de euros, mientras que Reino Unido y Alemania sólo facilitan el valor de sus licencias autorizadas (613 millones y 529,7 millones, respectivamente). Entre los primeros, por valor de exportación de armas, también figuran Bulgaria (239 millones) e Italia, con casi 140 millones.

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