El año de la guerra en Ucrania, del agravamiento de la crisis energética a nivel global, de los cuellos de botella en las cadenas de suministros, de la escasez de materias primas... deja a la economía española con importantes retos o cuentas pendientes que encarar de aquí a finales de año. La más evidente es la inflación que muy probablemente ha tocado techo ya, pero que seguirá aún elevada lo que resta de ejercicio -de acuerdo con las perspectivas de los principales organismos y analistas-. Sin ir más lejos, el Banco de España calcula que la inflación media se disparará este ejercicio hasta el 7,5%, frente al 3,1% que registró el año pasado.
Junto a la subida de los precios y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo para los hogares, la tasa de paro se sitúa en el 13,65% de la población activa -es decir, que se mantiene aún por encima del nivel de desempleo estructural- por lo que es otro de las referencias a vigilar junto con el déficit y el coste de la deuda, que se irá elevando una vez que el Banco Central Europeo vaya retirando su arsenal de compra de deuda pública y vaya dando carpetazo a más de una década de política monetaria acomodaticia. ,
Pero además, otra de las grandes cuentas pendientes de España en lo económico es la que tiene que ver con aprovechar sus ventajas competitivas en sectores como el de las renovables -por el efecto bálsamo que tendrá sobre los precios de la energía-. Sobre todo lo anterior se pronuncian en el podcast de 'La Información' Raymond Torres, Director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas y Daniel Fuentes, Director de Kreab Research. Unas perspectivas que completan las previsiones realizadas por Oxford Economics y que hizo públicas Ángel Talavera, responsable de Economías Europeas.
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