Los precios de la industria en España bajaron un total de cuatro décimas en julio respecto al mismo mes del pasado ejercicio, lo que significa un 8,4%, cinco meses consecutivos de descensos. La causa principal es el abaratamiento de la energía. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este viernes el índice de precios industriales (IPRI) de julio, que muestra un abaratamiento cada vez más intenso de la industria tras los descensos de marzo (1,4%), abril (4,5%), mayo (6,8%) y junio (8%).
La energía es el sector industrial que más tira a la baja de los precios en julio, ya que se abarató un 26,2%, debido a una menor subida de los precios de la producción de gas y al abaratamiento de la Producción, transporte y distribución de energía eléctrica, que aumentaron en el mismo mes del año anterior.
De hecho, una vez eliminado el componente energético, el índice de precios industriales se situó en julio en el 1,9%, dos décimas por debajo del de junio y más de 10 puntos por encima de la tasa general. Los precios de los bienes intermedios bajaron hasta el 5,7% -casi medio punto por debajo del de junio- como consecuencia de la bajada de los precios de la fabricación de productos químicos básicos, frente a la subida en el mismo mes de 2022.
Respecto a los precios de los bienes de equipo, su tasa disminuye cuatro décimas, hasta el 2,6%, por el descenso de los precios de la fabricación de vehículos de motor, que es mayor este mes que en julio del año anterior. En la industria de la alimentación los precios subieron un 9,3 % y en la de bebidas, un 11,1%.
La inflación industrial en tasa mensual se sitúa en el 0,1%
En términos mensuales, los precios industriales subieron un 0,1% en julio y se trata del segundo mes consecutivo con la tasa en terreno positivo. Entre los sectores industriales que tienen repercusión mensual positiva destacan la energía, que presenta una variación mensual del 0,9%; y los bienes de consumo no duradero, con una tasa del 0,7%.
En julio, los precios industriales disminuyen en 12 comunidades autónomas, sobre todo en Islas Baleares y Canarias; se mantiene en una -Cantabria-; y aumenta en las cuatro restantes, especialmente en Andalucía y País Vasco. No obstante, a excepción de la Rioja, todas las comunidades mantienen la tasa en terreno negativo.
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