El BdE prevé un frenazo mayor del PIB y advierte del impacto del parón político

  • El supervisor rebaja en cuatro décimas su previsión de crecimiento para este año y la deja en el 2%, por debajo de la proyección del Gobierno.
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El Banco de España es ahora menos optimista que antes del verano sobre la evolución de la economía española. En sus nuevas proyecciones macroeconómicas el supervisor refleja una fuerte rebaja de la previsión de crecimiento anual del PIB para este año, desde el 2,4% que anunció en junio hasta el 2% que ha comunicado esta mañana. ¿Los motivos? Por un lado, la revisión a la baja de los datos de Contabilidad Nacional efectuada recientemente por el INE, sobre todo por la pérdida de brío del consumo privado, el empeoramiento de los indicadores coyunturales más recientes y el incesante contexto de incertidumbre global (tensiones comerciales, conflictos geopolíticos, Brexit, incertidumbre política...). 

Pero hay otro factor que no pasa desapercibido al organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, y es la situación política que atraviesa España, ante la nueva convocatoria electoral que llamará a los ciudadanos a las urnas por cuarta vez en menos de cuatro años. "También influyen factores internos como la incertidumbre sobre la formación de Gobierno y por tanto sobre la orientación futura de las políticas económicas", ha indicado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, durante la presentación de las proyecciones.

En el documento publicado ya en la web del BdE, el supervisor advierte de que "en el ámbito interno, persiste un elevado grado de incertidumbre acerca de la orientación futura de las políticas económicas y de la adopción de medidas que permitan elevar la capacidad de resistencia de la economía española ante un eventual empeoramiento del contexto macrofinanciero global y aumentar su crecimiento potencial". En particular, avisa de que "se dispone de pocos detalles acerca de la política fiscal, en un contexto en el que el todavía elevado nivel de deuda pública hace que las finanzas públicas españolas sigan presentando elementos de vulnerabilidad ante eventuales perturbaciones adversas".

Con todo, el Banco de España entiende que la nueva proyección es optimista, porque admite que los riesgos son a la baja y se sostiene sobre una recuperación del comercio mundial en los próximos tres años. De cualquier manera, el avance del PIB previsto por el BdE para este año, del 2%, se queda por debajo del 2,2% que pronostica el Ejecutivo. Si bien sin la revisión a la baja del crecimiento efectuada por el INE, que dejó la tasa anual del PIB de 2018 en el 2,4%, la previsión del Banco de España se alinearía con la del Gobierno de Pedro Sánchez.

Durante la rueda de prensa, Arce ha identificado los factores que han empujado al equipo de analistas del Banco de España a ser más pesimistas que el pasado mes de junio, cuando auguraron un crecimiento del 2,4%. Básicamente, la entidad apunta al enfriamiento del mercado de trabajo, que ha sido incapaz de reducir de forma significativa el paro en verano por primera vez en un lustro y cuyo ritmo de incorporación de afiliados se ha atenuado de forma sensible; y también a la materialización de algunos de los riesgos que se apuntaban a principios de verano y al incremento de las incertidumbres en el contexto internacional, como pueden ser las tensiones derivadas de la 'guerra comercial', el riesgo de un Brexit desordenado y otras amenazas geopolíticas.

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De cualquier manera, las proyecciones del BdE apuntan a una prolongación de la fase expansiva de la economía española, aunque el dinamismo tenderá a moderarse a lo largo del horizonte de proyección, tanto en términos de crecimiento de PIB como de creación de empleo y reducción de la tasa de paro. Se prevé un avance del PIB del 2% en 2019, del 1,7% en 2020 (dos décimas menos que en junio) y del 1,6% en 2021 (una décima menos). En cuanto a la tasa de paro, también empeora el pronóstico: se espera que no baje del 14% este año y que arroje un 13,2% a finales del año que viene (ocho décimas más que en la anterior estimación) y un 12,8% a cierre de 2021 (un punto más). Mientras, el empleo pasará de crecer un 1,8% en 2019 al 1,3% en 2020 (en ambos casos, dos décimas menos) y al 1,5% en 2021 (una décima menos).

Hay un elemento especialmente interesante en las proyecciones del Banco de España. Los analistas mantienen su previsión de déficit público para 2019 en el 2,4% del PIB. Aseguran que el impacto negativo del menor crecimiento se compensará por los ahorros en los tipos de interés de la deuda y los mayores ingresos impositivos. Hay que tener en cuenta que las previsiones sobre política fiscal incorporan la prórroga para 2019 de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 y, sobre el resto del horizonte temporal, el supervisor indica que "la próxima convocatoria de elecciones generales prácticamente imposibilita la presentación durante 2019 del proyecto de PGE para el ejercicio 2020". De acuerdo con estos supuestos, el BdE considera que el tono de la política fiscal será expansivo en 2019 y "aproximadamente neutral" en los dos años siguientes.

Impacto de la incertidumbre en el consumo

Lo que está claro es que se está produciendo un repunte de la incertidumbre económica que se refleja ya en una desaceleración del gasto en bienes y servicios de consumo. De ahí que la revisión del ritmo de avance de la demanda interna tenga signo negativo. "A futuro, se estima que el avance del consumo se vea respaldado por la evolución del mercado de trabajo, que continuará siendo favorable (si bien acusaría el impacto de la reciente desacelercación), y por la persistencia de condiciones de financiación favorables", sostiene el BdE. Sobre la posibilidad de caer en una nueva crisis, Arce ha considerado que "si se materializan todos los riesgos que están sobre la mesa y de una forma radical, no podemos asegurar que España no pueda entrar en una recesión, pero no es ni mucho menos nuestro escenario central y creemos que la probabilidad de que ocurra es muy remota".

La incertidumbre no es solo económica, también política, y así lo constata el supervisor. Si bien Arce ha querido quitar hierro al peso sobre estas previsiones de la ausencia de Gobierno, al asegurar que el principal impacto de la incertidumbre política no es la ausencia de Gobierno sino la ausencia de medidas de reforma económica en los últimos años. "Hay que aprovechar mientras el sol todavía brilla para arreglar el tejado", ha zanjado, para instar al futuro Ejecutivo a recuperar las reformas económicas que favorezcan mejoras en el mercado laboral y en el deficitario sistema de las pensiones.

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