Cambio de paradigma 

El negocio del GNL se desploma tras el llenado absoluto de las reservas de la UE

Las descargas de buques en España caen un 22% en septiembre. Las terminales nacionales reciben gas natural licuado (GNL) de hasta 13 orígenes diferentes y el país posee el 30% de la capacidad de regasificación europea.

Esquema de una planta de regasificación.
La regasificación se desploma tras el llenado absoluto de las reservas de la UE.
Nerea de Bilbao (Infografía)

El papel de las terminales de gas natural licuado (GNL) ha sido clave para la seguridad y diversificación del suministro de energía tras la invasión de Rusia a Ucrania. España se convirtió el año pasado en el principal reexportador de gas natural hacia el resto de Europa. Sin embargo, el Viejo Continente ha hecho los deberes y con las reservas de gas al completo la actividad de la regasificación en España se ha desplomado. 

La Unión Europea (UE) se vio obligada a diseñar un plan para acelerar el llenado de sus almacenes subterráneos de gas para hacer frente a posibles cortes de suministro ruso y, bajo este contexto, las reservas españolas alcanzaron su máximo histórico en julio, con el 98,7% de llenado. A 13 de octubre estaban al 100%, según los datos de los operadores europeos que publica GIE-AGSI, lo que supone 34.230 gigavatios hora (GWh). España es el único estado miembro que está a 'full' y  en mayo ya sobrepasó el requisito de llenado que impone la Comisión Europea (CE) del 90% a partir del 1 de noviembre, es decir, seis meses antes de lo establecido.

Hay países como Alemania o Italia que superan a España en volumen almacenado, aunque el porcentaje sobre el total es menor. La media de la UE se sitúa en el 97,5%. Las reglas comunitarias no exigen que los estados miembro dispongan de depósitos de gas (como sí ocurre con el petróleo, donde es obligatorio contar con reservas para 90 días de consumo) y hay 160 instalaciones entre 18 socios comunitarios. Los nueve países que carecen de almacenes gasísticos son Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Lituania, Luxemburgo, Malta y Eslovenia. A estos la normativa les obliga a asegurarse de que un país vecino almacena al menos el equivalente al 15% de su consumo anual.

La regasificación cae relegada a un segundo plano 

Con los registros anteriores, la regasificación se ha visto relegada a un segundo plano tras un 2022 a pleno rendimiento con las terminales de GNL duplicando su actividad y situando al país como centro de reexportación de gas al resto del continente. Según el boletín estadístico de Enagás, en septiembre se descargaron 23 buques, lo que supone una caída del 15% en comparación con el mismo mes del año pasado. El volumen de GNL también fue inferior, con una bajada del 22%, hasta 19.190 GWh.

El GNL se transporta en buques metaneros a 160 grados centígrados bajo cero en estado líquido y se descarga en las plantas de regasificación (proceso más caro que el transporte por gasoducto). Mediante un proceso físico, para el que se utilizan vaporizadores con agua de mar, se aumenta su temperatura y, de este modo, se transforma en estado gaseoso para poder inyectarse y transportarse posteriormente por la red de gasoductos. De este modo, en las plantas de regasificación se lleva a cabo la carga de buques con gas natural licuado para su reexportación o utilización como combustible marítimo y también la carga de camiones cisterna. En septiembre se cargaron 625 GWh de GNL en mentaneros, un 42% menos interanual, mientras que los camiones cisterna se llevaron 923 GWh, un 26,2% más.

Según Enagás, el sistema gasista español se ha consolidado como un punto de entrada de aprovisionamiento de gas natural a Europa y en el primer trimestre registró un récord histórico de envío de gas natural a Francia de 8 teravatios hora (TWh). España lidera capacidad de regasificación europea con un 30% del total. La ventaja de poseer plantas regasificadoras es tener una mayor independencia energética, ya que estas permiten importar GNL en barcos procedentes de cualquier país. 

Peligro de que algunas plantas queden inservibles para 2030

El operador del sistema tiene plantas de regasificación en Barcelona, Cartagena y Huelva. Además, cuenta con el 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Por su parte, la planta de El Musel (Gijón) inició la actividad comercial en verano tras años paralizada. En 2012 se pararon las obras por orden judicial tras una inversión de unos 360 millones de euros por vulnerar la normativa entonces vigente, lo que obligó a iniciar de nuevo toda la tramitación administrativa. La planta asturiana podrá aportar hasta 8 billones de metros cúbicos de capacidad al año de GNL.

En la parte negativa, un estudio del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) advierte de que más de la mitad de la capacidad europea de importación de GNL podría quedar inservible en 2030. En su opinión, los planes actuales de construcción de instalaciones superará "con creces" la demanda prevista de GNL para finales de década. El estudio recalca que la capacidad de las terminales europeas de GNL podría superar los 400.000 millones de metros cúbicos en 2030, frente a los 270.000 millones de metros cúbicos de finales de 2022. Sin embargo, IEEFA indica que la demanda de GNL para final de década se situará alrededor de 150.000 millones de metros cúbicos.

"Se trata de la póliza de seguro más cara e innecesaria del mundo. Europa debe equilibrar cuidadosamente sus sistemas de gas y GNL, y evitar inclinar la balanza de la fiabilidad a la redundancia", apunta la autora del informe y analista de energía de IEEFA Europa, Ana María Jaller. España, Turquía, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania son los países con mayor riesgo de tener activos abandonados, según el análisis.

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