CEOE y sindicatos no olvidan la 'traición' de Sánchez y le exigen que negocie el SMI

  • Tanto los empresarios como CCOO y UGT temen que las negociaciones con Pablo Iglesias para un Gobierno de coalición contaminen los trámites.
Foto Valerio, Garamendi, Sánchez y Sordo / CEOE
Foto Valerio, Garamendi, Sánchez y Sordo / CEOE

Mientras Pedro Sánchez busca los apoyos necesarios para lograr su investidura como presidente del que sería el primer Gobierno de coalición de la democracia, los agentes sociales le exigen que no repita lo que hizo el año pasado y, esta vez sí, les llame para negociar la actualización del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2020. Las posturas de los empresarios y los sindicatos en esta materia son radicalmente opuestas, si bien coinciden en algo: todos esperan que el Ejecutivo se ponga en contacto con ellos para tratar este asunto antes de que acabe el año, tal y como obliga el Estatuto de los Trabajadores y al contrario de lo que hizo el líder socialista a finales de 2018, cuando pactó la mayor subida del SMI de la historia a puerta cerrada con Pablo Iglesias.

A primera hora de la mañana del 11 de octubre de 2018 saltaba la noticia: Sánchez e Iglesias habían llegado a un acuerdo para ejecutar una subida histórica del SMI del 22,3% en 2019, hasta los 900 euros. Tanto la CEOE como CCOO y UGT montaron en cólera porque, más allá de la cuantía, el Gobierno se había saltado el diálogo social para priorizar el político y arrancar, mediante esta concesión, el apoyo de Unidas Podemos a los Presupuestos Generales del Estado. Sin ellos, la legislatura pendía de un hilo, tal y como quedó demostrado poco después, cuando el Congreso los tumbó y precipitó la convocatoria de elecciones, las del 28 de abril.

SMI
 

Los agentes sociales no olvidan aquella 'traición'. Y temen que vuelva a repetirse en la actual coyuntura, que ahora está condicionada por las negociaciones entre el PSOE y UP para configurar el futuro Gobierno de coalición. La subida del SMI a 1.200 euros en 2020 es piedra angular de la ambiciosa agenda social de Iglesias, mientras los socialistas están evitando cuantificarlo y se remiten a su apuesta por alcanzar el 60% del salario medio que marca la Carta Social Europea al final de la legislatura.

Así las cosas, no cabe duda de que el SMI será clave en las negociaciones, y los representantes de los empresarios y de los trabajadores exigen tener voz y voto en este asunto. Hay que recordar que el Artículo 26 del Estatuto de los Trabajadores establece que "el Gobierno fijará, previa consulta con las organizaciones sindicales y asociaciones empresariales más representativas, anualmente, el salario mínimo interprofesional". Si bien se trata de una consulta meramente preceptiva, ya que esta cuestión es potestad exclusivamente del Ejecutivo.

El calendario corre

Con la investidura en el aire, el calendario corre y a menos de un mes y medio de que acabe el año, el Gobierno todavía no ha convocado a los agentes sociales, tal y como confirman fuentes tanto del Ministerio de Trabajo como de la patronal y los sindicatos. Desde el departamento que dirige Magdalena Valerio aseguran que en esta ocasión sí pasarán por el diálogo social antes de tomar una decisión sobre el SMI. Pero CCOO les envió una carta a finales de octubre para concertar esta cita y aún no han recibido respuesta. Tampoco saben nada del tema en UGT ni en la CEOE. 

Independientemente de los tiempos del Ejecutivo en funciones, que tendría que aprobar la medida por Real Decreto como tarde a finales de diciembre, los interlocutores sociales ya han tomado posiciones. Tal y como reveló La Información, la patronal no apoyará un nuevo incremento de este sueldo legal de referencia basándose en la evolución plana del Índice de Precios de Consumo (IPC) en 2019 y en las previsiones de enfriamiento y ralentización de la economía para 2020. A su juicio, una subida excesiva del SMI –que implica un incremento proporcional de las bases mínimas de cotización a la Seguridad Social– encarecería en exceso la contratación y afectaría a la creación de empleo. 

Por su parte, CCOO apuesta por alcanzar ese umbral del 60% del salario medio –que hoy por hoy supone unos 1.150 euros– de manera progresiva a lo largo de la próxima legislatura, porque consideran que las empresas tienen margen de sobra para aplicar nuevas subidas. UGT también ve viable este incremento y en los últimos días ha ido más allá, al asegurar que el SMI debería alcanzar los 1.000 euros ya en 2020. 

Precisamente, en la CEOE ya se están preparando para encajar esos 1.000 euros de salario mínimo el próximo año, lo que supondría una subida de 100 euros mensuales. En cualquier caso, lo que descartan es que Sánchez lo deje en 900 euros, menos aún si sale adelante el Gobierno de coalición progresista. Sería la tercera vez en la historia que se congela el SMI. La anterior ocasión fue en 2014, cuando por decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy quedó establecido en la misma cantidad que se había fijado para 2013 con motivo de la crisis económica, y anteriormente había quedado intacto en el año 2012 por las mismas causas.

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