Sánchez mezcla los logos de Podemos y Moncloa y destapa un pacto de Gobierno

  • Los analistas ven una estrategia "presidencialista" trás de un acuerdo de Estado que siempre se hacía entre partidos y escenificado en el Congreso..
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el acuerdo de Presupuestos Generales del Estado
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el acuerdo de Presupuestos Generales del Estado

La puesta en escena del acuerdo presupuestario entre el presidente del Gobierno y Podemos no ha pasado desapercibida entre la clase política y los analistas por la novedad que supone que se trate de todo un acuerdo de Gobierno, hecho sin el paraguas de los grupos políticos o los partidos en el Congreso y al más puro estilo presidencialista. Constitucionalistas, expertos y expolíticos de signos distintos se han mostrado sorprendidos este jueves con un documento encabezado con el logo y el sello del Gobierno, junto con la enseña de un partido político como Podemos (o el de su grupo parlamentario) cuyo contenido no es solo sobre presupuestos, sino que conlleva un verdadero acuerdo de Gobierno con cuestiones relativas a educación, Ley Mordaza y delitos contra la Corona, entre otras.

“En cuarenta años es la primera vez que veo que el Gobierno y un partido presentan algo así, con esa solemnidad y esa especie de institucionalización”, señalaba un profesional y expolítico retirado, muy preocupado además por el impacto que algo así tiene dentro y fuera de nuestras fronteras. “Y eso que ni siquiera es un pacto mayoritario”, recuerda, para advertir que todavía tiene que pasar por el Congreso y aprobarse todo. A su entender, es un tema de imagen, que apunta más a una coalición de Gobierno que a un pacto meramente presupuestario.

Esa es precisamente la mayor crítica que se lanza desde uno de las agencias de lobby y análisis político más importantes en España a la hora de valorar la conveniencia o no de buscar una foto a toda costa, con prisa y desde la misma sede del Ejecutivo. “Es un intento de dar una imagen de presidente presidencialista, que cuadra mal cuando se hace dentro de un sistema parlamentario como el que tenemos en España”, señalan, para recordar después que antes de esto estuvo la foto del avión al estilo Kennedy, el footing por Moncloa, las manos del presidente o los viajes en helicóptero, tan típicos de sistemas presidencialistas como el norteamericano. “Acuerdos de este tipo son habituales en la Casa Blanca”, rematan.

Evidentemente, no se trata de nada ilegal, pues pactos de Estado y acuerdos de Gobierno ha habido muchos en España, tanto en el área económica como en otros grandes teas, como la educación, contra el terrorismo, sobre la mujer o en la lucha contra la violencia de género, por recordar algunos. Pero siempre han sido pactos entre partidos políticos, escenificados y ratificados en el seno del Parlamento, que es donde se deposita la soberanía del país, y después elevados al poder Ejecutivo para que los ponga en marcha.

El hecho de que un partido firme directamente su acuerdo con el Gobierno en la sede del Ejecutivo, "puede hacer de menos al Parlamento y choca con la práctica que hasta ahora se venía teniendo en estos temas”, recuerda un exdiputado de izquierdas ya retirado, que advierte que incluso en la sede del PSOE no se ha contado con toda la información del pacto hasta ahora. “Puede ser algo bueno para el país, pero tal vez esa no sea la mejor manera de hacerlo -señala-, porque son todo medidas conocidas de las que se ha hablado ya mucho, incluso asumidas de antemano alguna de ellas, y lo que más choca del documento son los dos membretes de arriba”.

Solo hay que recordar acuerdos recientes, como el del PP de Rajoy con Ciudadanos hace menos de un año, que por más que se negociara al más alto nivel se ratificó entre partidos y en el Congreso. O hace más tiempo, cuando el propio Aznar como presidente del PP cerró el ‘acuerdo del Majestic’ con la CiU de Jordi Pujol en el año 1996, para poder gobernar con estabilidad, pero se cristalizó entre los dos partidos, no en Moncloa. “Ahora la situación ha estado fuera del protocolo institucional para este tipo de pactos y, curiosamente, entre dos fuerzas que en el Congreso se necesitan, porque compiten y se solapan a la vez”, advierten desde la agencia de lobby político.

¿A quién beneficia la foto?

La pregunta que queda en el ambiente es a quien le beneficia más la foto provocada este jueves a primera hora de la mañana, apenas dos horas después de dar las claves del acuerdo a los servicios de información de Moncloa y tras avisar a la prensa de madrugada de que habría imagen, pero no declaraciones ni explicaciones, que se quedaban para la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Desde la oposición del PP, un exresponsable del anterior Gobierno tiene muy claro que se trata de una maniobra del líder de Podemos, que necesita mejorar su peso específico dentro de la formación.

Junto a ellos, los expertos consultados coinciden en que todo responde a una estrategia muy pensada, que coloca el marco político para los Presupuestos en una situación muy similar a la que había para sacar adelante la moción de censura. La carga cae ahora en las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas, que de echar para atrás el proyecto de Podemos y el Gobierno (que no el PSOE) estarían abriendo el camino a una crisis política grave que amenaza con la vuelta de un PP que, por ahora, está desactivado. “Se empezó con el Acuarius, los inmigrantes y Franco, luego las preguntas pactadas con Podemos en las sesiones de control parlamentario y los globos sonda de la negociación, hasta llegar a este acuerdo y escenificarlo en Moncloa”, advierten.

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