El adelanto de las elecciones en Cataluña altera el tablero político en España y ha llevado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a no presentar el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para este año y trabajar para presentar en las cuentas públicas de 2025. La decisión deja algunas medidas en el aire: desde las viviendas para alquiler social que se comprometieron hasta la nueva configuración del Impuesto permanente a la banca y energéticas (que iba a detallarse en los Presupuestos) hasta la ampliación del permiso de maternidad y paternidad a 20 semanas, en lugar de las actuales 16. No son las únicas.
Sánchez había venido expresando su convencimiento de que habría presupuestos este año, pero tras el adelanto de las elecciones catalanas asume que conllevaría un retraso notable en las negociaciones y, por tanto, en la aprobación en su caso de los presupuestos. Así se quedan también en el cajón el desarrollo de las líneas del AVE así como el plan para los enfermos de ELA.
Este terremoto político en Cataluña que ha tenido réplica en Madrid acaba con Sánchez renunciado finalmente a la aprobación de las nuevas cuentas para 2024 y apostando apostado por un retraso de unos meses en el diálogo con los grupos parlamentarios para lograr que salgan adelante los de 2025. Así lo confirmaban fuentes próximas al Gobierno a este diario.
Otra réplica de este terremoto se ha dejado notar en los inversores internacionales con la deuda pública española. El adelanto de la cita con las urnas en Cataluña al próximo 12 de mayo. Nada más conocerse la noticia el rendimiento del bono a 10 años subía. De cara ya al año que viene el escenario cambia para España y el resto de socios comunitarios. Deberán incluir un "ligero ajuste", según recordaba esta misma semana el Eurogrupo.
¿Qué pasará con el IPREM y el SMI?
La renuncia a los Presupuestos de 2024 supone que Hacienda tendrá que aclarar cómo va a presupuestar los 9.905 millones de fondos europeos previstos para este año, según se había avanzado en la presentación del techo de gasto. También está a la espera una eventual revalorización del indicador público de renta a efectos múltiples (Iprem), que sirve para calcular diferentes ayudas y prestaciones y que actualmente está en 600 euros, y el anunciado ajuste del IRPF para evitar que quienes cobren el salario mínimo o menos tengan que pagar el impuesto. Asimismo, quedan pendientes algunos de los compromisos económicos adquiridos durante las negociaciones de investidura con los diferentes grupos parlamentarios, que se iban a materializar en los Presupuestos pero que podrían articularse en otro tipo de normas.
Novena prórroga de los presupuestos
La prórroga de los presupuestos de 2023, en vigor desde el 1 de enero, es la novena de la democracia, tras las de los años 1979, 1983, 1996, 2012, 2017, 2018, 2019 y 2020, y no es la primera vez que unas cuentas prorrogadas se mantienen durante todo el ejercicio. Las cuentas de 2018, elaboradas por un Gobierno del Partido Popular y aprobadas ya con el PSOE en el poder tras la moción de censura, se prorrogaron dos años consecutivos, algo que no había ocurrido nunca hasta entonces, y estuvieron vigentes hasta el 31 de diciembre de 2020. En dos ocasiones (1995 y 2019) la convocatoria de elecciones anticipadas fue consecuencia del rechazo por parte del Congreso de las cuentas del Estado, situación en la que se da por acabada la legislatura para el Gobierno de turno.
