Sube un 4% en 15 días

El precio del diésel vuelve a dispararse: ¿superará de nuevo los 2 euros por litro?

Una tormenta perfecta azota al precio del gasóleo, que tras varias semanas de caída continuada, ha vuelto a subir coincidiendo con el retorno de las vacaciones, y con el ojo puesto en un invierno crítico para Europa.

Una persona echa gasolina a su vehículo, el día en que arranca la segunda fase de la operación salida de Semana Santa 2022, a 13 de abril de 2022, en Móstoles, Madrid (España). Hoy, Miércoles Santo, arranca la segunda fase de la Operación Salida de la Semana Santa 2022, una jornada marcada por el inicio de un puente de varios días en los que los desplazamientos serán notorios por la vuelta de las procesiones, canceladas los dos últimos años. La salida de viajeros finalizará a las 23.59 horas del próximo lunes 18 de abril. Según la DGT, se prevén 14 millones y medio de desplazamientos de largo recorrido. 13 ABRIL 2022;OPERACIÓN SALIDA;SEMANA SANTA;2022 A. Pérez Meca / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 13/4/2022
Una persona echando combustible.
Europa Press

La melancolía del final de las vacaciones de verano ya ha dejado paso a la habitual 'cuesta' de septiembre, que este año no solo vendrá acompañada de la alta inflación. La temporada estival había dejado una buena noticia después de que el precio de los combustibles diera un respiro al bolsillo de los españoles, que durante ocho semanas registraron una bajada continua de precios tras superar ampliamente la cota nunca antes vista de los 2 euros por litro. Sin embargo, esa caída ha llegado a su fin. Las gasolineras han vuelto a subir el precio de los carburantes durante las dos últimas semanas, que si en el caso de la gasolina parece ser una subida moderada, inferior al 1%, es todo lo contrario para el gasóleo, donde la escalada ha sido mayor. 

El combustible diésel se ha encarecido un 4,2% desde el 15 de agosto, cuando registró su mínimo de los últimos meses tras pagarse, de media, a 1,806 euros por litro en las gasolineras españolas, importe que no tiene en cuenta la bonificación estatal de 20 céntimos. Este incremento, registrado por el Boletín petrolero de la Unión Europea que se publica semanalmente, ha sido especialmente notorio durante la última semana del mes, cuando se ha elevado un 3,6% debido a una amplia relación de causas que auguran la llegada de una 'tormenta perfecta' en el mercado de los combustibles

Si bien la tendencia ha rebotado y ahora registra subidas, la gasolina está sufriendo poco esta crecida debido a la caída de la demanda de este combustible en Asia y haber superado su pico de requerimientos en Estados Unidos. Por el contrario, el diésel -un bien menos sensible al consumo- se enfrenta al inicio del curso en Europa, que implica la reactivación de la industria o el aumento de la demanda por la vuelta a la rutina laboral y escolar. 

Aunque en España se relacione con combustibles de automoción, ya que más del 50% del total de vehículos en España se mueve con diésel, este hidrocarburo es "el combustible que mueve la industria", según Nacho Rabadán, director de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES). "Las fábricas, la construcción, los vehículos de obra, todos ellos utilizan gasóleo, y por tanto, su demanda es mucho menos sensible que la de la gasolina", afirma a La Información. Rabadán vincula la subida del precio a la subida de la demanda tras finalizar el verano: "Empieza el curso, se reanuda la industria y empieza la temporada de calefacción, ya que las viviendas empiezan a llenar sus calderas". 

A esto se suma una perspectiva futura poco halagüeña: Europa empezará a activar sus calefacciones el próximo mes, a las puertas de que las sanciones de Occidente a Rusia se hagan efectivas y no se pueda importar petróleo del país que, además de barriles de crudo, exporta uno de sus derivados, el gasóleo, en grandes cantidades. Esta situación, a priori, afecta en menor medida a España, que tiene diversificadas sus importaciones de crudo hasta tal punto que en junio importó petróleos procedentes de 24 países, según datos de Cores. 

España invirtió más de 7.000 millones de euros entre 2008 y 2012 para aumentar la capacidad de conversión de las refinadoras y maximizar la producción de los derivados del crudo que dejan un mayor valor añadido, normalmente querosenos y gasóleo. Esta situación ha permitido torear los cuellos de botella que sufren otros países europeos, como Alemania, "y que durante los últimos meses no hayamos tenido una crisis de suministro en España, ya que contamos con un sistema de refino más preparado que otros países", comenta un portavoz de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) a La Información. 

La patronal de petroleras apunta a estos cuellos de botella como uno de los grandes motivos que tensionan el precio al alza, ya que, a su juicio, se está anticipando la compra de diésel para calefacción de cara al invierno. Otro de los motivos tiene que ver con la cotización del carburante refinado, cuyos mercados "responden a sus propias dinámicas, relacionadas con el crudo, pero en ocasiones no operan en la misma dirección". La incertidumbre económica está generando una volatilidad nunca vista en los mercados, que impiden a los actores el poder predecir qué pasará en un futuro cercano. 

Otro motivo tiene que ver con que el mercado estaría ya descontando el efecto de las sanciones a Rusia que impiden la importación de crudo, que entrarán en vigor en noviembre. La producción rusa de gasóleo es una de las más importantes del mundo y su salida del mercado europeo reducirá aún más la oferta disponible en un contexto en el que la demanda va al alza, ya que ante los altos precios del gas natural, en varios países del viejo continente han empezado a utilizar destilados medios derivados del crudo para generar electricidad, afectando también a la producción del diésel. 

Por si las tensiones geoestratégicas no eran suficientes, los grandes actores están empezando a mirar cada uno hacia sus propios intereses. Mientras se debate levantar las sanciones a Irán o Venezuela para que puedan volver al mercado global, Arabia Saudí plantea recortar la producción para mantener el precio del barril en unos 100 dólares, algo que podría confirmar la OPEP el lunes. Los productores de Estados Unidos, aprovechando la dependencia energética europea y los elevados márgenes del refino, han hecho su agosto con las exportaciones hacia el viejo continente. Sin embargo, los bajos niveles de disponibilidad en los inventarios de la costa este del país han hecho que la Secretaria de Energía de la administración Biden, Jennifer Granholm, les exhortase a satisfacer la demanda local y limitar los envíos al extranjero de cara a prepararse para la temporada de huracanes. 

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