La vendimia ya es generalizada en las zonas de recolecta más temprana de la Europa continental, en Montilla-Moriles (Córdoba) y el Condado de Huelva. Ya ha comenzado en el Marco de Jerez, el Penedés y Costers del Segre (Cataluña); y en el considerado ‘mayor viñedo del mundo’, Castilla-La Mancha, ya se recogen las variedades más tempranas; en la Ribera del Duero las previsiones son que la uva madurará una semana antes que el pasado año. En La Rioja, Viñedos de Aldeanueva, de Aldeanueva de Ebro, la mayor cooperativa de la DOCa Rioja dio oficialmente por comenzada la vendimia en la zona en la madrugada del jueves 10 de agosto y descargó en la bodega 100.000 kilos de uva tempranillo blanco. El ciclo de la uva se acelera y lo que años atrás se veía como algo excepcional, vendimiar a principios de agosto, se está convirtiendo en una costumbre en España.
José Luis Benítez, director de la Federación Española del Vino (FEV), explica que la vendimia en algunas zonas vitivinícolas de España se ha adelantado este año entre 7 y 10 días y por tanto, la misma “viene marcada en algunas zonas por una sequía persistente y en otras también por episodios de calor extremo, que ha afectado a la uva”. Desde los responsables del sector del vino de ASAJA se recuerda que “hace 30 años en el Pilar, 12 de octubre, se estaba en plena vendimia y ahora, en esa época ya no queda nadie vendimiando. Son las consecuencias del cambio climático”.
La Denominación de Origen Castilla-La Mancha difundía este mismo viernes 11 de agosto que “desde comienzos de esta segunda semana de agosto los viñedos de La Mancha reflejan la actividad más importante del año con la vendimia 2023. Una campaña, con cierto adelanto de entre una y dos semanas, cuyo inicio es ya generalizado en prácticamente las cuatro provincias que conforman la Denominación de Origen La Mancha, Albacete, Cuenca, Toledo y Ciudad Real.
Hasta 36 millones de hectolitros
Así, en toda España se cifran las previsiones en 36 millones de hectolitros para esta vendimia 2023, lo que supondría una campaña baja, respecto a los cinco últimos años, con una reducción de entre 4,5 y 5 millones de hectolitros respecto a la campaña anterior, la de 2022, en la que se obtuvieron 41 millones de hectolitros de vino y mosto. “Las previsiones de cosecha se pueden mantener en el entorno de la media de los últimos años, probablemente con una cantidad ligeramente inferior a la del año pasado”, adelanta Benítez. En Castilla-La Mancha se aventura una cosecha alrededor de un 12% inferior a la del año pasado y se llegará a entre 19-20 millones de hectolitros de vino y mosto.
En San Sadurní de Noia (Barcelona), la capital del cava, también ha comenzado ya la vendimia y se espera una campaña marcada tanto por la sequía y la drástica caída de la producción como por los bajos precios que las grandes bodegas quieren pagar por las uvas. En no pocas zonas de gran producción de Cataluña la caída podría situarse hasta un 50% respecto al pasado año.
La vendimia 2023 será más escasa que la de 2022, que también estuvo marcada por la sequía, pero de buena calidad, en general. “Ahora tenemos una gran calidad, estamos ilusionados con conseguir una uva excelente pero habrá que esperar para poder decirlo”, aseguran en la bodega de Aldeanueva de Ebro a la que llegaron este jueves los primeros 100.000 kilos de uva de la presente vendimia. También hay muy buenas previsiones de calidad en la Ribera del Duero o, pese a la escasez de la recolecta, en Montilla-Moriles. "Que la vid lo pase mal tiene, a veces, efectos positivos en el sabor y propiedades organolépticas del vino, porque la planta se vuelca en sus frutos", explica Javier Martín, presidente de la DO cordobesa. "La viña tiene inteligencia propia y ante las altas temperaturas que estamos sufriendo genera muchísima hoja para cubrir a la uva y protegerla de sol", sentencia.
Según fuentes técnicas consultadas, en la provincia de Albacete, bodegas como Vinícola de Villarrobledo o Juan Ramón Lozano iniciaron la vendimia ya el pasado 4 de agosto para variedades de ciclo temprano de maduración como la blanca Chardonnay (1.976 ha en DO La Mancha), la Sauvignon Blanc (2.170 Ha ) o la Moscatel de grano menudo (1.202 Ha). El estado sanitario del fruto entrante es muy bueno con un grado medio de 13˚ y un PH medio de 3,2.
"Que la vid lo pase mal tiene, a veces, efectos positivos en el sabor y propiedades organolépticas del vino, porque la planta se vuelca en sus frutos"
Ciudad Real, dentro de la D.O. Castilla-La Mancha, ya ha puesto en marcha las tolvas de sus bodegas para recibir las primeras uvas blancas de “fuerte carácter aromático”, como admitía el director técnico de Bodegas Yuntero, Jorge Martínez. Su presidente, Felipe Rodríguez, habla de la premura de recoger la cosecha “ante los efectos sobre la uva de la presente ola de calor”, resaltando la buena calidad del fruto. También en otros puntos de la provincia como Villarrubia de los Ojos, cuya bodega El Progreso, suele ser de las primeras en comenzar su vendimia, su presidente, Jesús Julián Casanova, apunta a la buena calidad de la uva, con una maduración óptima, a pesar de las jornadas tórridas, pero con noches frescas al amanecer. Coincide con las primeras valoraciones muy positivas sobre la uva de Esperanza Muñoz, enóloga en Bodegas Símbolo en Campo de Criptana.
El sector se la juega ante la sequía
El sector se juega mucho estos días porque de la calidad de la uva recogida que entre en las bodegas dependerá la calidad del vino que se elabora con la misma. Algo que no es baladí porque el sector vitivinícola es uno de los más importantes de la economía española y según un estudio promovido por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) la actividad de la cadena de valor vitivinícola es de 23.700 millones de euros, lo que supone el 2,2% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la economía española, y genera y mantiene 427.000 puestos de trabajo.
Hay que tener en cuenta de que nuestro país, aunque desde 1980 se ha reducido en un 43% la superficie plantada, es el mayor viñedo del mundo con 940.000 hectáreas -casi el 2% del territorio nacional- dedicadas al cultivo de la vid. Y es que se elabora vino en las 17 comunidades autónomas de nuestro país y las 17 son, además, exportadoras. En este sentido, el ránking en 2022 lo encabeza Castilla La Mancha, con 867 millones de euros de exportaciones en vino, seguida de Cataluña (642), la Comunidad Valenciana (335) y la Rioja (313) y lo cierran Asturias (6,6 millones de euros en exportaciones de vino), Canarias (6 millones) y Cantabria con 129.000 euros.
Y es que España es el primer exportador de vino del mundo en volumen, a 189 países, y el tercero, tras Francia e Italia, en valor, ya que en en 2022, las exportaciones vitivinícolas de España alcanzaron un máximo histórico en términos de valor, con 3.422,8 millones de euros, un 3,5% más que en 2021, según datos analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv). Y todo este dinero se juega estos días, cuando comienza la vendimia más temprana de la historia marcada por el calor y la sequía.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios