Tras la reforma laboral

Díaz estudia subir la indemnización por despido en los trabajadores de más edad

La vicepresidenta se abre a un debate sobre el coste del despido alejado de la vuelta a los 45 días que proponen algunos grupos parlamentarios. Plantea incorporar diferencias en función de los años cotizados.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.
Díaz estudia subir la indemnización por despido en los trabajadores de más edad
Europa Press

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha abierto la puerta a elevar la indemnización por despido, un debate que no se abordó en las negociaciones de la reforma laboral con la patronal y los sindicatos por el enorme rechazo que genera entre los empresarios y en Bruselas. Durante su comparecencia en la Comisión la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Congreso de los Diputados, la ministra se mostró a favor de recuperar los 45 días de indemnización por despido improcedente que reclaman los grupos parlamentarios de la izquierda, pero reconoció que   "la doctrina está caminando en otra dirección más provechosa" y apostó por avanzar hacia un "despido restaurativo y disuasorio" al estilo europeo.

El posicionamiento de la vicepresidenta no es baladí. Hay que recordar que, durante la negociación parlamentaria de la reforma laboral para tratar de atraer a los socios habituales de la coalición, ERC puso sobre la mesa la necesidad de recuperar la indemnización por despido improcedente de 45 días de sueldo por año trabajado y Yolanda Díaz tumbó la propuesta por lealtad a los agentes sociales, con los que no se había abordado este asunto en la mesa de diálogo, provocando el rechazo de Esquerra a su medida estrella y forzando la carambola del 'Caserazo'. Ahora, con la reforma laboral aprobada, la vicepresidenta del Gobierno admite públicamente que está de acuerdo con la necesidad de incrementar la indemnización por despido, aunque con matices, y se muestra dispuesta a abrir este debate en el ámbito parlamentario, independientemente del diálogo social.

A mediados del pasado mes de mayo, ERC, EH Bildu y el BNG registraron en el Congreso una proposición de ley con medidas como el aumento de las indemnizaciones por despido, la reforma de las causas de despido objetivo, la recuperación de los salarios de tramitación y la reinstauración de la autorización administrativa en caso de despido colectivo; básicamente, las que no incluyó la reforma laboral y cuya ausencia adujeron para votar en su contra. Los tres partidos de izquierda, cuyo rechazo a la reforma estrella del Gobierno les vienen reprochando el PSOE y Unidas Podemos, presentaron su propuesta como un intento de "complementar dicha iniciativa legislativa del Gobierno, con total voluntad de colaboración con todos los actores que compartan la aspiración de garantizar mejores derechos a los trabajadores".

Pues bien, este jueves, coincidiendo con los buenos datos de paro, Díaz acudía al Congreso a comparecer ante la Comisión de Trabajo y recogía el guante de ERC, EH-Bildu y el BNG. Si bien lo hacía con matices. La ministra de Trabajo afirmaba que el planteamiento de los grupos estaba hecho "mirando atrás". Según afirmó, la propuesta de recuperar los 45 días de indemnización vigentes antes de la reforma laboral de José Luis Rodríguez Zapatero se basa en una "formulación clásica". Aunque reconoció que la iniciativa le parece "bien", explicó que el debate actual en Europa va sobre "el despido restaurativo y disuasorio". "Las miradas que está haciendo el sindicalismo europeo van mucho más allá", aseguró, y reclamó una mirada "más ambiciosa en la indemnización".

En este sentido, la vicepresidenta puso sobre la mesa un nuevo enfoque, a través del ejemplo de un trabajador que tenga 58 años y no disponga de una larga carrera de cotización. ¿Este trabajador no merecería que su indemnización fuera mayor justamente por la razón de la edad que tiene?", se preguntó. De este modo, Díaz no solo abrió la puerta a elevar el coste del despido en el caso de los trabajadores que son expulsados del mercado laboral en momentos más cercanos a la edad de jubilación, sino también en los casos que tienen carreras de cotización insuficientes, para que así puedan armar un colchón más generoso para su retiro ante el riesgo de no volver a reincorporarse al mercado de trabajo en los últimos años de edad activa.

Se trata de una medida nunca antes planteada por Díaz. Tampoco la había mencionado hasta ahora ningún otro miembro del Gobierno ni figura en ninguna agenda legislativa de la coalición. En este sentido, la única iniciativa similar es la que pretende incorporar el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en la segunda parte de la reforma de las pensiones, en la que pretende ampliar el periodo de cómputo para el cálculo de la pensión, permitiendo eliminar las lagunas de cotización. Esto solucionaría la problemática de los trabajadores que son despedidos en los últimos años de su carrera laboral y no logran volver a ocupar un puesto de trabajo para cotizar en los años previos a la jubilación, que son cruciales para la cuantía de la pensión, lo que termina mermando su nómina vitalicia.

Sin hacer mención alguna a esa medida prevista en el segundo bloque de la reforma de las pensiones, Díaz apostó, en definitiva, por abordar en el ámbito parlamentario "un planteamiento del despido más integral". "He mirado con mucho cariño su propuesta y seguramente llegaremos a muchos puntos de encuentro", aseguró al portavoz del Grupo Republicano en la Comisión, Jordi Salvador, quien, por su parte, reclamó que esta iniciativa sirva de "punto de partida de un nuevo proceso amplio de debate en el ámbito parlamentario". "Sabemos que Unidas Podemos, la candidatura de la que usted forma parte, recogía todas esas propuestas en su programa electoral y nos consta su compromiso incluso personal con muchas de ellas", remachó el portavoz republicano antes de pedir a la vicepresidenta que aborde este asunto en esta legislatura.

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