Misión: convencer a los Benetton

ACS planifica 3.500 millones de Cobra para Atlantia y no consolidar la deuda

La constructora no quiere financiar toda la compra de la firma italiana con el dinero de la venta a Vinci. La operación se ha complicado tras el anuncio de Edizione, que rechaza a GIP y Brookfield.

El presidente de ACS, Florentino Pérez
El presidente de ACS, Florentino Pérez.
ACS

Pese a que los planes de ACS sobre Atlantia han encontrado el escollo de los Benetton, el esquema de la operación de Florentino Pérez no se ha desechado oficialmente. El grupo constructor, que cuenta con Brookfield y GIP como compañeros de viaje, ha diseñado una posible opa con varios objetivos. El primero de todos ellos, crear un gigante de las concesiones en Europa tras haber recibido 5.000 millones con la venta de Cobra. Y el segundo es buscar la fórmula de no consolidar la deuda de la compañía italiana para poder amortiguar los riesgos de una operación de una dimensión tan grande, según las fuentes consultadas por La Información.

ACS lleva tiempo manifestando su voluntad de recuperar y reposicionarse tras la venta de Cobra a la francesa Vinci, que le llevó a cerrar 2021 con beneficio récord. La operación se cerró por 5.000 millones de euros, cantidad que ahora deberá buscar nuevo destino para compensar la pérdida en el negocio industrial del grupo. Tras haber quedado acreditado que hay mucho apetito por el negocio de las concesiones-especialmente en autopistas- y haber explorado otros mercados como el estadounidense, Atlantia, con Abertis como principal activo en este segmento, es una pieza perfecta en el engranaje de ACS. 

La operación es compleja. La opa por la mayoría de la compañía no se limitaría únicamente a los 15.000 millones de capitalización bursátil que hoy refleja la compañía en el parqué, sino que habría que sumar su deuda (aproximadamente 30.000 millones de euros). Esa es una clara línea roja para ACS, por lo que ha sido necesario buscar dos socios con pulmón financiero suficiente -el fondo estadounidense GIP y el canadiense Brookfield- para acometer conjuntamente la compra y, al mismo tiempo, repartir el peso del pasivo. La compañía presidida por Florentino Pérez destinaría 3.500 millones de euros, según las fuentes consultadas.

Es una maniobra que conseguirá en última instancia captar todo el negocio de Abertis, de la que ACS ya domina el 50% del capital social menos una acción entre la propia matriz y su filial alemana Hochtief. Esta fórmula busca precisamente no consolidar la deuda de la compañía de origen catalán en el grupo constructor. La participación restante está en manos de los Benetton a través de Atlantia, con quien emprendió la compra de manera conjunta en 2018, en una operación que se gestó durante casi un año y supuso finalmente la exclusión de bolsa de la firma de concesiones de autopistas. 

Problemas a la vista

A día de hoy la opa sobre Atlantia es más difícil que hace 24 horas. La carta de los Benetton a través de su holding Edizione al Consob (la CNMV italiana) es una clara respuesta negativa, como mínimo, a los socios de ACS en la operación, cuya propuesta se traduciría en la "ruptura" de la compañía italiana. Ante todo, la apuesta por Atlantia por parte la saga italiana es "estratégica" y a largo plazo, por lo que Pérez deberá conseguir convencer de que sus planes por la compañía son positivos para este accionista y el resto de propietarios.

La lectura de los analistas también es poco optimista. Casas como Bankinter han hecho hincapié en la necesidad de contar con el visto bueno de la familia italiana, pues son los accionistas mayoritarios de un 33% de Atlantia. La alternativa pasaría por una opa hostil, un extremo poco probable pero que no descartaba Bloomberg este miércoles, horas antes de que se oficializaran las intenciones de ACS. 

El bloqueo de los Benetton al plan de ACS reduce las posibilidades de éxito de una opa sobre Atlantia 

Los Benetton podrían sumar a su bloque a otros propietarios históricos, como el fondo soberano de Singapur (8,29%), que tiene buena sintonía con la familia italiana al compartir accionariado en otros negocios. El capital social restante de Atlantia está en manos de HSBC (5,01%) y la organización sin ánimo de lucro Fondazione Cassa di Risparmio di Gorizia (4,54%). El resto es capital flotante y autocartera.

Por si fuera poco, Blackstone, el mayor gestor de fondos del mundo, ha irrumpido en escena como ariete de Edizione para prepararse para una posible contraopa, aunque en el comunicado se especificó que todavía no había nada decidido al respecto. La compañía estadounidense ya fue el pasado año un socio necesario -junto al fondo de infraestructuras australiano Macquarie- en la venta de Autostrade per l'Italia (ASPI), otra operación en la que ACS mostró su interés y el Estado italiano intervino para llevarse el gato el agua y asegurarse que la compañía no terminaba en manos extranjeras.

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