Frenazo a los proyectos verdes

La gran banca pone en cuarentena a las renovables tras el golpe a su retribución

Las entidades han cerrado el grifo del crédito a las empresas del Recore pendientes de analizar sus planes de cobertura, después de que el Gobierno haya ligado sus ingresos al mercado de futuros.

Ribera
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera
EFE

Los grandes bancos han puesto en cuarentena a las renovables que operan en régimen primado, conocido como Recore (renovables, cogeneración y residuos), después del último ajuste normativo del Gobierno . Los equipos de riesgo de las principales entidades financieras nacionales e internacionales han extremado la vigilancia sobre las plantas con derecho a retribución específica, después de que el Ejecutivo haya ligado el ajuste a sus ingresos a una cesta de productos futuros, en lugar de al precio del mercado diario como sucedía hasta ahora.

El ajuste del Gobierno busca impulsar la participación del Recore, que cubre cerca del 38% de la demanda eléctrica, en el mercado de venta de energía a plazo, a fin de reducir la volatilidad del sistema. Tradicionalmente, estas renovables han enfocado las estrategias de venta de su producción en el mercado diario e intradiario, huyendo del mercado de futuros. 

El giro regulatorio supone un reto para el sector que no ha escapado a ojos de los grandes bancos. "Los proyectos en fase de financing (obtención de fondos) están parados", señala una fuente del mercado. En el sector prevén que el frenazo durará al menos un par de meses, hasta que las empresas del Recore adapten su operativa al nuevo marco regulatorio, que ha quedado recogido en el Real Decreto-ley 10/2022, publicado en el BOE el 14 de mayo. 

La banca ha cerrado el grifo del crédito a las renovables. Al menos, hasta poder analizar en detalle las estrategias de cobertura (hedging en el argot financiero) de estas compañías, a fin de evitar posibles pérdidas, según varias fuentes del mercado y del sector consultadas por La Información. La dificultad es que buena parte de estas empresas no habían trabajado con este tipo de blindajes financieros.

Los proyectos en fase de financiación están parados, pues la banca ha cerrado el grifo del crédito al Recore hasta comprobar sus coberturas

Las renovables se han metido de lleno en una contrarreloj para diseñar nuevas coberturas capaces de convencer a los inversores de la seguridad del negocio, de acuerdo a los nuevos parámetros retributivos. Las grandes energéticas como Endesa, Iberdrola o Naturgy cuentan con recursos propios para acometer esta tarea, no así los operadores de menor tamaño. 

Las compañías más pequeñas se han lanzado a la contratación de asesores externos que les ayuden a gestionar los riesgos. En algunos casos, han recurrido a sus asesores de cabecera, tanto financieros como legales, con los que ya trabajaban en algunos proyectos renovables. En otros, estas empresas han llamado a la puerta de firmas como Baringa Partners o Aurora Capital Partners, consultoras especializadas en el sector, contratando sus servicios para este trabajo específico, según las fuentes consultadas.

Más incertidumbre para el sector

Las plantas del Recore tienen una rentabilidad garantizada por ley del 7,1% para el conjunto de la vida regulatoria del proyecto. Cada planta se encuadra bajo una etiqueta de entre las miles de clasificaciones que define la norma, lo que se conoce como instalación tipo (IT). Hasta ahora, el Gobierno ajustaba la retribución del Recore en función del tipo de instalación, tomando como referencia el precio medio anual del pool. Las empresas podían prever con total seguridad a cuánto ascenderían sus ingresos cada año. 

Con el nuevo sistema, la referencia del ajuste retributivo ya no es el precio medio del mercado mayorista, sino el precio calculado en función de esa cesta de futuros, que ponderará gradualmente referencias a productos de mercados a plazo; entre ellos, podrán utilizarse futuros anuales, futuros trimestrales y futuros mensuales. La modificación eleva la incertidumbre de estas compañías, que ya no tienen tan fácil anticipar si en cada caso estarían operando de acuerdo con su tipo de instalación y, por tanto, si al final de cada periodo retributivo van a recibir los ingresos establecidos para cada instalación tipo. 

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