Santander avisa de un auge populista en occidente que puede frenar el crecimiento

A poco más de dos semanas de que se celebren elecciones generales en España, Banco Santander, la principal entidad financiera del país, ha avisado al mercado de que se está produciendo un auge populista en occidente que debilita el comercio global que, en última instancia, puede tener un efecto negativo sobre la economía de aquellos países donde tiene presencia.

El banco, que este viernes celebra su junta de accionistas, incorpora esta advertencia en un documento remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "Se está produciendo un incremento de políticas proteccionistas y populistas en muchos países desarrollados. Este incremento contribuye a debilitar el comercio global pudiendo afectar a las líneas de negocio tradicional del grupo", asegura Santander, que sostiene que este ascenso del proteccionismo, unido a unas mayores restricciones a la inmigración, puede tener un afecto adverso "material" sobre aquellas economías donde opera.

En el folleto continuado enviado al supervisor, el banco que preside Ana Botín subraya también como focos de incertidumbre los cambios de gobierno que tuvieron lugar en Brasil y México -dos de sus principales mercados- y las tensiones políticas y sociales en Cataluña, cuyo desenlace considera incierto, lo que podría afectar a las condiciones de financiación o el entorno en el que el grupo opera en esta comunidad autónoma.

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Entre los principales riesgos macroeconómicos, Santander no se olvida del Brexit y asegura que las valoraciones de los activos, los tipos de cambio y las calificaciones crediticias podrían estar sujetas a una mayor volatilidad si las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea (UE) perduran "hasta  el próximo 31 de octubre". Una vez se consume la salida, el banco considera que no está claro cuál será el régimen alternativo de sus filiales británicas, lo que podría tener incidencia sobre la rentabilidad global del grupo.

Santander advierte de que la factura legal del Popular podría elevarse

Respecto a los riesgos derivados de la compra de Banco Popular, Santander ha abierto la puerta a tener que abonar compensaciones adicionales a los antiguos accionistas de la entidad de las que había estimado inicialmente. Es la primera vez que el banco que preside Ana Botín reconoce esta posibilidad y lo hace apenas 24 horas después de que se haya dado a conocer el informe de los peritos del Banco de España, que afirma que las cuentas de Popular correspondientes al ejercicio 2015 incumplían con la normativa contable.

En el documento, Santander recuerda que estimó un coste de 680 millones de euros para compensar a los accionistas de Banco Popular, de los cuales 535 millones se utilizaron en los bonos de fidelización. "En el supuesto de tener que abonar compensaciones adicionales, podría producirse un efecto adverso significativo en los resultados y en la situación financiera del grupo", recoge el banco.

La entidad cántabra también pone en guardia a los inversores respecto a que no puede descartarse que se pudieran encontrar en Popular activos deteriorados, riesgos desconocidos y pasivos ocultos que pudieran resultar en contingencias materiales, "aunque hayan transcurrido casi dos años desde la adquisición".

Además, el banco advierte de que el proceso de integración de Popular, que está previsto que concluya el próximo mes de julio, es "complejo". "Santander está afrontando dificultades y obstáculos por ejemplo como consecuencia de, entre otras cuestiones, la integración o incluso la existencia de conflictos entre los sistemas operativos y administrativos, los sistemas de control y gestión de riesgos de ambos bancos, o la integración y armonización de diversos procedimientos y sistemas operativos específicos de negocio y sistemas financieros", avisa la entidad, que no obstante, está cumpliendo los plazos de la integración.