Informe a la SEC de Wall Street

BBVA alerta al regulador de EEUU de los daños que genera la inflación argentina

La filial latinoamericana de la entidad advierte a los inversores de que si los niveles actuales de inflación se mantienen, los resultados de las operaciones y la situación financiera del banco podrían verse afectados.

EFE
Carlos Torres, presidente de BBVA.
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BBVA advierte a los inversores de la inestabilidad de Argentina, mercado en el que opera a través del antiguo BBVA Francés. La entidad financiera que encabeza Carlos Torres ha enviado a la SEC un folleto en el que advierte de la situación de inflación que vive el país latinoamericano y admite que de continuar así durante mucho tiempo puede afectar a los resultados de las operaciones y la situación financiera del banco. Además, la entidad señala que las últimas medidas del Gobierno de Alberto Fernández para paliar esta situación han resultado "infructuosas" y no descarta que la inflación pueda seguir aumentando. 

En este sentido, la filial argentina de BBVA admite que los altos niveles de inflación e incertidumbre financiera que se viven en el país han afectado en el pasado a la actividad económica y "pueden hacerlo en el futuro". Este hecho derivaría directamente en un golpe contra el negocio de la entidad financiera del que ahora ha querido advertir a sus inversores internacionales a través del regulador americano.

La entidad que capitanea Carlos Torres se centra en la inflación en el documento enviado al regulador americano, señalando que ha afectado negativamente a la economía argentina históricamente. Este hecho, según narra, ha dañado la capacidad de los diferentes gobiernos para crear condiciones propicias para el crecimiento del país. "Un entorno de altas tasas de inflación también afecta negativamente a la competitividad internacional de Argentina, los salarios reales, las tasas de empleo, la tasa de consumo y los tipos de interés", apunta. 

Los últimos gobiernos, como el de Mauricio Macri, han tratado de poner coto a este problema pero la irrupción de la pandemia de la Covid-19 se ha llevado por delante los progresos conseguidos. En este sentido, el gobierno de Fernández anunció un paquete de medidas de estímulo fiscal para paliar los efectos de la recesión que estaban enfocadas a sostener los ingresos de las familias más vulnerables y las empresas más afectadas. El aumento del gasto y la caída de los ingresos por la recesión económica ha producido un aumento significativo del déficit fiscal en el último año, lo que provoca, según BBVA, "trastornos inflacionarios y cambiarios". 

Más allá de los problemas macroeconómicos, el banco señala que esta situación de deterioro de la posición fiscal del Gobierno también afecta negativamente a su capacidad de acceso a los mercados de deuda. Este hecho podría dar lugar a mayores restricciones de acceso a la financiación por parte de las empresas argentinas, "incluido BBVA", apunta en el folleto enviado a la SEC esta semana.

Mirando hacia el futuro, BBVA no es nada halagüeño con la situación del país andino. El banco señala que "es probable" que la incertidumbre política o los cambios de liquidez en los mercados internacionales provoquen una mayor volatilidad, y que la depreciación del peso o la reducción de las reservas del Banco Central como consecuencia de la intervención en el mercado de divisas puedan afectar negativamente a las expectativas de inflación.

Argentina lleva meses negociando con el FMI una reestructuración de deuda que llegará en las próximas semanas

Esta advertencia se produce al mismo tiempo que el Gobierno de Alberto Fernández negocia con el FMI un acuerdo para la reestructuración de su deuda. El objetivo de estas negociaciones es la reorganización de los 45.000 millones de dólares -poco más de 37.000 millones de euros- de deuda que tiene el país andino. Las conversaciones se encuentran avanzadas, según afirmaba esta misma semana el director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, que espera cerrar un acuerdo "relativamente rápido".

La entidad financiera entró en Argentina en los años 90, con la compra de una participación del 30% del entonces Banco Francés. Desde entonces ha ido creciendo y a día de hoy cuenta con una plantilla de 6.000 personas en el país. La filial andina registró un beneficio neto de 12.032 millones de pesos, unos 125,9 millones de dólares, durante 2020, cifra que supone una caída de un 38,9% con respecto a 2019.

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