Electrificación vs gases renovables

Bomba de calor o caldera con biometano: cuál es la mejor opción para la calefacción

La pugna por descarbonizar los hogares abre un nuevo frente entre eléctricas y gasistas. El precio medio por equipo de bomba de calor es de uno 18.000 euros, en comparación con los 1.500 de una caldera de alta eficiencia.

Montaje bomba de calor y caldera
Bomba de calor o caldera con biometano: cuál es la mejor opción para la calefacción.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Las bombas de calor y las calderas de gas han ocupado muchos titulares en los dos últimos meses. Incluso se ha llegado a decir que la Unión Europea (UE) prohibiría el uso de las calderas y es totalmente mentira. Una vez pasado el ruido, intentaremos abordar el tema sin demonizar ningún tipo de tecnología y orientándolo más hacia un ejercicio práctico con el fin de determinar cual es la mejor opción en función de cada caso.

El debate sobre la descarbonización residencial en España ha abierto una nueva pugna entre eléctricas y gasistas, ya que este sector es responsable de alrededor de entre el 12% y 15% del total de las emisiones. Las primeras consideran que la bomba de calor es una solución capaz de proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria con un solo equipo y que, por tanto, es útil durante todo el año. Por su parte, los segundos defienden que se tengan también en cuenta otras soluciones como las calderas de alta eficiencia y que consumen gases renovables como el biometano, gas renovable que se produce a partir de materia orgánica.

Pues bien, hay varios tipos de bombas de calor y las de aire-aire son las más habituales en España. Obtienen el calor de la energía térmica del aire del ambiente y se transfiere al aire de la ubicación a calentar. De su lado, en las de aire-agua el calor se obtiene del aire y se trasfiere al circuito caloportador para las instalaciones de distribución. Por último, en las de agua-agua el calor se adquiere de un circuito de agua en contacto con una fuente de calor y se transfiere a otro que es el circuito caloportador de las instalaciones de distribución.

Las bombas de calor gastan un 70% menos

Entre las principales ventajas de la bomba de calor destacan el ahorro energético, ya que suministra más energía útil de la que utiliza para su funcionamiento y gasta un 70% menos frente a otros sistemas convencionales en condiciones de alta eficiencia. Hay que tener en cuenta que el rendimiento de estos equipos puede alcanzar valores muy por encima de su 100% en condiciones climatológicas ideales y con un funcionamiento continuo.

Otro de sus atractivos es el bajo mantenimiento y que el usuario puede acceder a ayudas públicas para su instalación. Por el contrario, el coste de adquisición es elevado si se quiere tener un funcionamiento de alta eficiencia y la consideración de tecnología renovable. Según un estudio de la Fundación Naturgy, el cambio completo de una instalación antigua por una bomba de calor que cumpla criterios de renovable puede alcanzar el 50% de la renta media anual de un hogar español -entre 10.000 y 20.000 euros-, además de que requiere incrementar la potencia a contratar entre 1,5 y 4,5 kW adicionales.

Asimismo, en las bombas bibloc -equipos constituidos por dos unidades separadas en el exterior e interior- puede suponer un problema el espacio. La unidad interior puede parecerse a un frigorífico. También es importante señalar que es difícil extraer calor de un aire excesivamente frío, por lo que su uso más óptimo se en lugares templados. De hecho, un informe de la Fundación Naturgy evidencia que España dispone de zonas climáticas en las que las bombas de calor son soluciones ineficientes económicamente y pueden llegar a no obtener la condición de renovable.

El documento también advierte de que aunque las instalaciones basadas en bombas de calor puedan ser una opción eficiente desde el punto de vista energético (considerando solo los equipos), su aplicación como tecnología baja en emisiones se ve influenciada por el suministro eléctrico, la disponibilidad de las fuentes de energía renovable y el refuerzo de las redes de distribución.

300.000 bombas de calor instaladas al año

El ritmo de instalación de las bombas de calor se ha incrementado en los últimos años, alcanzando una media de, aproximadamente 300.000 al año, aunque si se analizan las horas de funcionamiento y el consumo energético asociado, se comprueba que en el caso de la aerotermia los equipos no se estarían destinándose a usos de calefacción, ni utilizándose de forma eficiente. Según el informe, el 25% de las bombas de calor que se instala se destinan a usos de calefacción, mientras que el 75% se emplea para refrigeración. Un estudio de la patronal Sedigas señala que cambiar todas las calderas actuales por bombas de calor tendría un coste de unos 201.300 millones de euros, lo que supondría 15 veces más el precio de cambiar calderas antiguas por modelos de alta eficiencia -lo que requeriría una inversión de 13.421 millones de euros-.

En este sentido, en las zonas con barreras socioeconómicas, la promoción de equipos de calor renovables de mayor eficiencia (no solo las bombas de calor) y la sustitución de calderas convencionales por calderas de condensación de alta eficiencia pueden ser otra opción. La caldera es el sistema más utilizado hasta la fecha y se basa en el uso de un combustible para calentar el agua y, posteriormente, transmitir el calor mediante un circuito de agua.

Las calderas han evolucionado su uso y tipología y ahora se han adaptado a las diferentes normativas. En la actualidad, a efectos de instalación de nuevos equipos, solo se consideran las calderas de condensación de alta eficiencia en detrimento de las convencionales, que producen mayores emisiones y no tienen recuperación de calor. Los nuevos equipos son capaces de recuperar el calor residual de los gases de escape y en forma de vapor de agua para devolverlo al sistema. De esta forma, consumen menos combustible y producen menos emisiones.

Potencial del biometano

Aquí es donde entran en juego los gases renovables, ya que hay calderas que no requieren modificaciones en caso de consumo de gases renovables como el biometano. En este sentido, para que un sistema de calefacción sea reconocido como renovable no depende de la tecnología que tenga, sino del combustible que use, por lo que los gases de origen renovable se presentan como otra opción para conseguir la descabornización residencial. También las hay eléctricas y de biomasa-. No obstante, el biometano todavía está por desarrollar a gran escala y España tiene el potencial de jugar un papel significativo, con hasta 163 teravatios hora (TWh) al año.

Alianza naturgy y aedas homes

  • Las dos compañías llevarán el gas renovable a la promoción de viviendas. Instalarán sistemas que posibiliten el suministro de biometano en alrededor de 500 casas que la promotora inmobiliaria tiene en desarrollo.

Las calderas de alta eficiencia logran una reducción del consumo energético de un 30% y, por tanto, un importante ahorro económico en la factura del combustible. Reducen hasta un 70% las emisiones de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono al trabajar a bajas temperaturas. Por su parte, entre los inconvenientes resalta la necesidad de instalar un desagüe para la eliminación de los condensados y de una salida de evacuación de humos.

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