Informe de remuneraciones

El CEO de Digi España cobra 1,1 millones, un 10% menos por el ajuste del variable

El primer ejecutivo en España de la operadora rumana y miembro del consejo de la matriz redujo su variable, entre bonus y 'stock options', hasta los 825.000 euros pese a la gran subida del año anterior.

El CEO de Digi en España, Marius Varzaru.
El CEO de Digi en España, Marius Varzaru.
L.I.

El consejero delegado del quinto operador en España cobró algo más de un millón de euros durante el último ejercicio completo. Marius Varzaru recortó casi un 10% ese salario al frente de la rumana Digi en este mercado debido al ajuste en las retribuciones variables, donde se incluyen bonus y 'stock options', pese al fuerte impulso vivido en el sector con su propuesta de precios muy bajos. El ejecutivo forma parte del consejo de administración de la operadora, que cerró el año superando los 500 millones de euros de facturación en el país.

La compañía confirma esta rebaja del salario en el informe de remuneraciones incorporado en las cuentas anuales del pasado ejercicio recién presentadas en el mercado bursátil rumano. Varzaru es el responsable del negocio español de Digi desde el año 2008 y antes ejercía como miembro no ejecutivo del consejo de todo el grupo desde el año 2013. El mercado español es el segundo más relevante para el grupo después de Rumanía y representa cerca de un tercio de los ingresos.

Durante el pasado ejercicio, Varzaru redujo sus emolumentos desde los 1,3 a los 1,1 millones. En concreto, cobró 351.000 euros de fijo que se mantuvo prácticamente invariable de un año para otro. Lo que ha cambiado ha sido lo que ellos califican en el informe como 'Variable de un año'. En esta categoría se incluyen no sólo las stock options otorgadas ('vesteadas' en el argot) sino también otros bonus. Esto ha pasado de 951.600 a 825.000 euros. Esta rebaja del 9,5% es la primera significativa vivida en los últimos años en el salario del primer ejecutivo en los últimos años: 760.000 euros en 2018; 831.000 euros en 2019, y 1,3 millones en 2020 y 2021.

Aunque no están en el consejo de administración como el CEO, el grupo incluye en el equipo ejecutivo a varios de los directivos de su filial española: el 'número 2', Catalin Neagoe; el responsable comercial (CMO), Ángel Álvarez, que fue fichado en 2016 de Moneygram; el jefe tecnológico (CTO), Ismael Serrano Casero, que es uno de los principales veterano tras aterrizar en 2011, o el director financiero, Carlos Sanz Tejedor, que llegó en 2021 procedente del área de Auditoría de PwC.

Año de crecimiento

Estas cifras salariales corresponden a un año en el que la empresa no ha dejado de crecer. Durante ese periodo se superó por primera vez la barrera de los 500 millones de euros en ingresos totales, lo que implica un crecimiento de algo más del 38%. Su propuesta de valor es el del 'ultra bajo coste', que le permitió disparar su base de clientes hasta los 843.000 de fibra (casi el doble que un año antes gracias a los despliegues propios) y casi 3,8 millones de móviles. El ingreso medio por cliente se mantuvo por debajo de los 10 euros. En el primer trimestre de este año 2023 se mantuvo la subida aunque con un ritmo ligeramente menor: un 30% de incremento de volumen de negocio. Y en portabilidades, rozó las 600.000 hasta junio.

Este fuerte crecimiento tiene también un reflejo en los costes, debido a que opera como OMV (operador móvil virtual) pagando a Telefónica por su red y también 'tira' de la red de la dueña de Movistar para ofrecer fibra donde no llega la suya, desplegada en zonas urbanas y muy pobladas de grandes capitales. Los gastos operativos se dispararon un 36% hasta los 418 millones en 2022 (en el primer trimestre de 2023 llegaron a 143 millones). Apunta tanto a esa razón de los pagos por explotar la infraestructura, como el incremento en salarios junto con el despliegue propio.

Plantilla al alza

Al margen de las cifras puramente operativas, la compañía ha disparado también la plantilla en base a su modelo en el que toda la atención al cliente es interna y no está subcontratada, como sucede en la mayoría de las operadoras. En concreto, el equipo del grupo en España ha pasado de 2.200 con los que cerró el año 2020 -marcado por la pandemia global del coronavirus- hasta los 6.100 que han superado durante el pasado ejercicio. Esto supone prácticamente triplicar en 24 meses. El 72% son hombres. Sólo tienen apenas 600 temporales y a tiempo parcial. La rotación es relevante, pues entraron al grupo 3.600 nuevos trabajadores y salieron casi 1.700, según su propio informe. Pese al tamaño no están regidos por un convenio de grupo propio y se basan en el del metal y otros.

Digi es uno de los grandes candidatos ante potenciales ventas de activos de la 'joint venture' conjunta entre Másmóvil y Orange. El mercado da prácticamente por hecho que habrá medidas correctoras para obtener la luz verde regulatoria en la Comisión Europea dado el pliego de cargos publicado por el organismo hace unos días. Y la rumana es, junto a Avatel, la mejor posicionada. En caso de ser beneficiaria, se convertiría de facto en el cuarto operador español, como sucediera en el año 2016 con Másmóvil tras la compra por ésta de casi un millón de unidades inmobiliarias de la propia Orange -como 'remedie' para la autorización de la compra de Jazztel-.

En este contexto, la empresa sigue rearmándose desde un punto de vista financiero. Hizo público hace unos días -y además lo contempla en el informe anual presentado esta misma semana- que en abril pactó con ING y Santander ampliar un préstamo con una cantidad 'extra' de 100 millones de euros. El objetivo es precisamente mantener el despliegue de red propia e España. A esto hay que sumar otros préstamos que ha ido logrando, además de operaciones como la pactada con Aberdeen en la que tanto el fondo como la teleco comprometen 300 millones de euros para instalar su red en hasta 2,5 millones de hogares en Andalucía.

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