En plena crisis diplomática

Cepsa y Sonatrach pugnan en la revisión de su alianza de 900 millones en Argelia

La petrolera española renegocia con la empresa estatal argelina el alcance definitivo del proyecto de exploración conjunta en el país magrebí, conocido como yacimiento RKF. 

Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa, durante la presentación del Plan Estratégico 2030
Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa, durante la presentación del Plan Estratégico 2030
Cepsa

Cepsa y Sonatrach están renegociando el futuro de su alianza 'estrella' en el país magrebí, el proyecto conjunto de exploración y producción de crudo en la cuenca de Berkine conocido como RKF, según fuentes conocedoras de estas conversaciones consultadas por La Información. Ambos socios históricos defienden intereses enfrentados en un momento especialmente complejo, dada la creciente brecha en las relaciones entre España y Argelia derivada del pacto entre Pedro Sánchez y Marruecos sobre el Sáhara.

Cepsa, que ha rehusado responder a las preguntas de este medio, intenta cerrar un acuerdo con la estatal argelina para redimensionar a la baja el alcance y la magnitud el proyecto del yacimiento de Rhoude el Krouf (RKF), del que la empresa española controla un 49%. El empeño de Cepsa está alineado con su 'Estrategia 2030', donde la energética ha disparado su ambición verde. Dicha hoja de ruta, diseñada bajo la dirección del nuevo consejero delegado, Maarten Wetselaar, contempla inversiones por valor de 5.000 millones de euros para proyectos sostenibles, así como la segregación progresiva de los negocios 'marrones' del grupo.

El interés de Sonatrach es otro. El monopolio estatal argelino insiste en mantener el alcance original de su alianza con Cepsa sobre este activo aún en desarrollo, cuyas ventas superaron los 99 millones de euros el año pasado, a fin de retener la inversión comprometida en los términos acordados, cuya cuantía prevista asciende a 1.000 millones de dólares (más de 900 millones de euros al cambio actual). Sonatrach no está dispuesta a recortar un proyecto que podría generar hasta 1.500 empleos en la fase más activa de construcción.

A favor de Sonatrach juega la significativa presión fiscal a la que está sometida la empresa española en el país magrebí. Desde 2006, la legislación argelina aplica una tasa sobre los beneficios excepcionales que se embolsan las petroleras cuando el precio del petróleo Brent de referencia en Europa supera el tope de 30 dólares el barril. En el primer trimestre de 2022 el Brent cotizó a una media de 102,2 dólares por barril, frente a los 61 dólares del mismo periodo del año pasado. 

La histórica escalada del precio de los hidrocarburos agrava el golpe de este impuesto para compañías como Cepsa y refuerza la posición de Sonatrach en el proceso de negociación sobre el citado yacimiento, toda vez que Argelia recompensaría el potente esfuerzo inversor de la petrolera española con ciertos beneficios fiscales, según las fuentes consultadas. El año pasado, la compañía que dirige Wetselaar inyectó a las arcas argelinas más de 143 millones de euros por obligaciones fiscales.

La fuerte carga fiscal con la que lidian las petroleras en Argelia juega en contra de Cepsa en su negociación con Sonatrach

Cepsa, Sonatrach y Alnaft, la Agencia Nacional Argelina para la Valorización de Recursos en Hidrocarburos, firmaron en 2018 la ampliación en 25 años del contrato de explotación del yacimiento RKF. El acuerdo contemplaba la perforación de 30 nuevos pozos, la puesta en marcha de una planta de tratamiento de gas licuado del petróleo (GLP) y la construcción de instalaciones de evacuación de GLP.

El gigante argelino cuenta con una baza para presionar a Cepsa a mantener los términos originales del acuerdo. De acuerdo con las fuentes consultadas, la estatal argelina suele introducir en sus contratos una cláusula por la cual los eventuales conflictos entre las partes deben resolverse ante la Corte Internacional de Arbitraje de París. Históricamente este órgano siempre ha fallado a favor de la empresa argelina en sus conflictos con compañías como la antigua Gas Natural (hoy Naturgy) o Repsol

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