Folleto de la CNMV

Criteria monitoriza los dividendos de sus participadas por la invasión de Putin

El holding de la Fundación Bancaria La Caixa depende del 'músculo' de las sociedades en las que invierte debido a que, la liquidez que devenga de ellas, sostiene la Obra Social. 

El presidente de Criteria, Isidro Fainé
El presidente de Criteria, Isidro Fainé
EFE

CriteriaCaixa, el brazo inversor del principal accionista de CaixaBank, teme que el impacto de la guerra de Rusia sobre Ucrania en la economía afecte a sus inversiones. El holding inversor de la Fundación Bancaria La Caixa considera la posibilidad de que sus participadas distribuyan unos dividendos inferiores o que incluso lleguen a desaparecer. La disminución del valor de las sociedades en cuyo capital está presente también es un riesgo que está ya contemplando en caso de que la magnitud del conflicto se agrave o simplemente que se prolongue demasiado en el tiempo.

El problema es que, para Criteria, el deterioro de las participadas accionariales es el principal riesgo de su modelo de negocio, como resulta natural en una sociedad cuyo objeto es la tenencia de participaciones. Esta circunstancia obliga al área de inversiones a revisar de forma continuada e individualizada cada inversión para adoptar las decisiones más oportunas. Paralelamente y con el fin de armar un escudo mayor, un equipo de analistas monitoriza otros elementos como la evolución de los datos económicos y financieros. De hecho, el absoluto control no es una cuestión irrelevante si se tiene en cuenta que de su buen devenir depende el patrimonio destinado a la Obra Social, vital para garantizar la continuidad de la Fundación. 

La sociedad instrumental patrimonialista tiene un 30% de CaixaBank, un 17,4% del chino The Bank of East Asia (BEA) y un 9,1% de Inbursa. El valor bruto de los activos  (GAV) de su cartera bancaria asciende a 7.100 millones de euros. La industrial y de servicios tiene un GAV de 13.100 millones de euros a 31 de diciembre de 2021, encabezada por un 99,5% de Saba Infraestructuras, un 26,7% de Naturgy, un 4,3% de Cellnex, un 1,3% de Telefónica -que ha venido ampliando durante las últimas semanas con sucesivas compras de acciones- y, hasta el pasado 18 de enero, contaba con un 5,8% de Suez, que acabó vendiendo por unos 760 millones de euros tras la opa que Veolia lanzó sobre el grupo. También mantiene inversiones por 2.600 millones de euros en el negocio inmobiliario y por 1.000 millones en otros activos financieros. 

La firma comandada por Isidro Fainé, expresidente de CaixaBank y miembro de su consejo de administración hasta 2016, pone de manifiesto que las sanciones dirigidas a personas, empresas -incluidos bancos- e instituciones rusas impuestas por todo el mundo, como Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido, desembocarán en una gran reducción de los volúmenes de comercio entre estas economías y Rusia. Este contraataque ya está resultando en un aumento de los precios de las materias primas en los mercados globales de petróleo, gas natural e incluso sobre el trigo. 

Cree que la menor actividad por falta de confianza y la caída de la capacidad de inversión empresarial puede traer mayores tasas de paro y un frenazo de la economía global

El grupo prevé que el efecto de estas sanciones, junto con la amplificación de las tensiones geopolíticas, recrudecerá la ya alta inflación y los problemas de suministro, expone en un suplemento a su folleto financiero registrado recientemente a la CNMV. Este riesgo podría contagiarse al sistema con un muy probable efecto adverso sobre la confianza de las empresas, los consumidores y de la economía en general. De hecho, no descarta que la inseguridad, la minoración de la actividad del tejido productivo y de su capacidad de inversión genere mayores tasas de paro y un frenazo en el crecimiento mundial, justo en un momento en el que la economía parecía empezar a recuperarse de la crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus. 

El Banco Central Europeo (BCE) pretende afrontar esta nueva economía de guerra reduciendo su plan de estímulos monetarios cerrando el grifo de la liquidez extra y ya empieza a atisbarse la posibilidad de un aumento de tipos de interés este mismo año. Fuentes financieras consultadas por este medio prevén incluso que la autoridad gobernada por Christine Lagarde realice dos movimientos al alza de la tasa de referencia en 2022. El Euríbor empieza a descontar este escenario y ha entrado en una racha alcista, reduciendo día tras día su trayecto hacia el 0%. El indicador lleva en negativo desde 2016.

En sus cuentas anuales e informe de gestión de 2021, hecho público justo antes de que estallara el conflicto, Criteria ya hacía alusión al repunte de las tensiones geopolíticas y sus posibles derivadas económicas. Citaba al enfrentamiento estadounidense y chino por la hegemonía tecnológica y comercial, pero también a la lucha entre Joe Biden y Vladímir Putin por la posible adhesión de Ucrania a la Alianza Atlántica, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). En ese documento, la firma señalaba que lo más deseable era que, en cada uno de los frentes, y más allá del ruido que puedan provocar las retóricas maximalistas, termine primando el pragmatismo y el sentido común. 

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