Encuentro privado

Cumbre de la JUR con la élite de la banca de inversión por su papel postpandemia

König ha discutido con los grandes asesores y gestores financieros internacionales sobre el sector bancario en el contexto de salida de la crisis del Covid-19 o la gestión de los activos 'tóxicos'. 

Elke König
Elke König
CER

La autoridad europea de resolución tiene la ambición de que todos los actores adopten una postura proactiva en la recuperación del Viejo Continente tras la crisis del coronavirus. La presidenta de la JUR (SRB, por sus siglas en inglés), Elke König, se ha reunido esta semana con los representantes de los principales fondos, bancos de inversión y sociedades de gestión de activos internacionales en un encuentro privado para discutir sobre las preocupaciones de la nueva era económica postpandemia en el sector bancario, según han confirmado fuentes financieras a La Información. 

La tarea principal de esta agencia europea es establecer normas homogéneas para la resolución de entidades que se vean en problemas, tomar decisiones uniformes para mantener la confianza en el mercado y establecer mecanismos que comporten credibilidad, pero también eliminar obstáculos para conseguir un sistema bancario más seguro o minimizar el coste para los contribuyentes en caso de que un banco se precipite, como ocurrió con el Popular, que fue absorbido en 2017 por el Santander. La entidad española fue la primera en ser liquidada y resuelta por este novedoso mecanismo desde su creación. 

Para lograr su misión es fundamental coordinar a todos los partícipes financieros. Los bancos de inversión, fondos y sociedades de gestión de activos con los que se ha reunido la jefa de la JUR son y serán esenciales a la hora de echar un capote al sector bancario, que previsiblemente tendrá que enfrentarse en el corto y medio plazo a un entorno más complejo, sobre todo una vez acabe el efecto de la 'anestesia' de las medidas de apoyo estatales sobre sus balances. 

Los bancos se enfrentarán a un entorno complejo una vez acabe el efecto de la 'anestesia' de las medidas de apoyo estatales sobre sus balances

Las conversaciones que se mantuvieron en el cónclave fueron solamente accesibles para la comunidad inversora. En cualquier caso, además de los habituales temas que inquietan a los representantes europeos de más alto nivel, como la finalización de la Unión Bancaria o la creación de un esquema de protección común para los depósitos, König ha mostrado su también intranquilidad por el sector bancario en el nuevo contexto de recuperación y por la gestión de los activos 'tóxicos'

En España, la morosidad de la banca, una ratio que relaciona el porcentaje de créditos impagados con el total concedido por las entidades, se situó en el 4,39% el pasado mes de julio -últimos datos disponibles del Banco de España-. Se trata, en realidad, de su tasa más baja en doce años, desde marzo de 2009. El saldo de los créditos impagados cayó también desde los 54.218 millones de euros, hasta los 53.644 millones. Sin embargo, los bancos ya se están preparando para el pico de morosidad que se espera que llegue en 2022, aunque no se prevé que se dispare a niveles de la anterior crisis, cuando alcanzó una cifra de doble dígito. 

El sector continúa reorganizando sus carteras según el riesgo de recuperación de los créditos 

Por el momento, todas las entidades ha realizado una reorganización de sus carteras, pasando importantes volúmenes de créditos a clasificar como en vigilancia especial, lo que implica que se han generado dudas sobre su recuperación. Estas operaciones están a solo un escalón de experimentar pérdidas y de ser renombradas al entrañar un riesgo dudoso por razones de morosidad. Aquí es donde el papel de la banca de inversión, como asesores financieros, y los grandes fondos de inversión, juega un papel destacado. Estas últimas firmas buscan oportunidades en las 'pérdidas' comprando lotes de activos 'tóxicos' a precios habitualmente de ganga, permitiendo a las entidades minoristas sanear sus balances. 

Asimismo, König ha discutido sobre el proceso de digitalización del sector bancario, que ha servido como excusa para muchos para reducir sus plantillas en miles de empleados. Igualmente, ha hablado sobre la moda del denominado 'branchification', una estrategia que están adoptando algunas entidades y que pasa por convertir subsidiarias en sucursales extranjeras dependientes de la matriz. Este proceso de recorte de licencias permite recortar gastos, fundamentalmente relacionados con el ámbito del 'legal compliance' o cumplimiento normativo y regulatorio. Pero también no tener que cumplir con los requisitos de capital que impone cada jurisdicción. 

Precisamente, el 'branchification' es bien conocido por Santander Consumer Finance (SCF), la gran financiera al consumo del grupo presidido por Ana Botín, que continúa dando pasos hacia la simplificación de su estructura y costes enmarcada en la estrategia de su fusión con Openbank para la creación de Digital Consumer Bank. Busca reducir al máximo el número de licencias bancarias que SCF tiene repartidas por toda Europa y su meta es situarlas en torno a tres, aunque no descarta tener que mantener alguna más. En los países en los que se va produciendo la absorción de esta autorización, la financiera sigue implantada pero mediante una sucursal dependiente. 

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