¿El ejecutivo más ambicioso del mundo?

Elon Musk, el loco inventor de coches eléctricos que ha convencido al planeta

Es cierto que consigue logros inimaginables pero también es posible que sea el gestor más impredecible del mundo. El llamado "tiempo Musk" - los retrasos de sus lanzamientos- ya es un concepto en el mercado.

Elon Musk
Elon Musk, el loco inventor de coches eléctricos que ha convencido al planeta.

La junta de accionistas más rara del mundo tuvo lugar en Fremont, Calofornia, el pasado 22 de septiembre. Elon Musk, fundador y consejero delegado de Tesla, el fabricante de baterías y coches eléctricos, había invitado a que los accionistas acudieran con sus coches al aparcamiento al aire libre de la empresa. Cuando llegó, los 200 coches hicieron sonar sus bocinas y algunos conductores sacaron la mano por la ventana.

Tesla había montado un escenario como si fuera un concierto de Madrid Río. Una vez terminada la junta, se dio lugar a la celebración del llamado Battery Day (Día de la Batería), donde Musk mostró cuáles son los avances que están haciendo respecto a esa forma tan aparentemente sencilla de guardar energía: las pilas.

Las pilas o las baterías están en una enorme cantidad de objetos cotidianos, desde el móvil hasta el mando de la tele el ordenador. Son productos que consumen una cantidad manejable de energía. El reto estaba en dar el salto y conseguir que objetos más grandes pudieran ser alimentados con baterías. Los coches, camiones o incluso aviones.

Tecnológicamente era posible hacerlo, pero el coste era tan elevado que cualquier proyecto se estrellaba al no poder bajar el precio. Pero desde que Elon Musk se empeñó en sus proyectos más 'locos' como construir coches eléctricos asequibles, el resto de las compañías le ha ido a la zaga. Los que se reían hace años de sus ideas y se alegraban de sus fracasos, ahora se quedan maravillados de cómo consigue hacer coches cada vez más baratos y baterías cada vez más potentes. Mientras tanto, la acción de Tesla sube como un cohete: hace un año valía 45 dólares. En agosto de este año, rozó los 500 dólares. Es decir, alguien que hubiera comprado acciones de Tesla en agosto del año pasado habría multiplicado por 10 su inversión. Para el que hubiera comprado acciones en 2010, cuando salió a Bolsa, la inversión se ha multiplicado por 30.

A muchos les escama este 'rally'. La acción de General Motors, el mayor fabricante de coches de EEUU, vale poco más de 30 dólares. Eso hace pensar a algunos analistas que detrás de Tesla hay eso que Keynes denominaba "castillos en el aire": inversores que proyectan sus sueños y que están más colgados que una nube.

Pero con Elon Musk puede suceder cualquier cosa. Es verdad que consigue logros inimaginables, pero también es posible que sea el gestor más impredecible del mundo. Para empezar, hay un consenso en el mercado en algo que denominan el "tiempo Musk". Einstein tenía su propio concepto, donde la relatividad jugaba un papel decisivo. Para Musk el tiempo no solo es relativo sino que es una chorrada. Si él dice que lanzará un modelo de coche el día X del año X, de seguro no será ese día ni ese año sino mucho después.

De hecho, desde que salió a Bolsa en 2010, Tesla ha tenido que informar a la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos) sobre los retrasos de sus lanzamientos. La palabra más repetida en esas Notas Relevantes es "delay": retraso. En 2017 sacó el Semi, un camión de carga totalmente eléctrico. Afirmó que ya estaría entregando las primeras unidades este año, pero en abril anunció que se retrasaba un año más: para 2021.

La segunda característica de Elon Musk es que a veces le da un pronto que sacude a su valor en Bolsa. Por ejemplo, le encanta provocar a la gente en Twitter. En agosto de 2018 dijo que iba a retirar a Tesla del mercado pagando 420 dólares por acción y que tenía suficiente dinero para hacerlo. La SEC le amonestó seriamente. Luego se supo que ese tuit lo puso un 20 de abril, que en EEUU se considera como el "Día del cannabis". Era una broma. Para colmo, Musk calificó poco después a la SEC por Twitter como "la Comisión de Enriquecimiento Especulativo" (Shortseller Enrichment Commission).

En mayo de este año dijo: "El valor de Tesla está demasiado alto, en mi opinión". Un inversor le escribió por Twitter que por culpa ese mensaje había perdido 10.000 dólares en pocas horas. Aquel día la empresa perdió de valor en bolsa unos 14.000 millones de euros.

El propio Musk reconoce que está un poco loco, como reconoció en 2019 diciendo: "Que lo sepáis: en Twitter se me va la pinza". Cuatro días después añadió dijo: "Mi perfil de Twitter es un absoluto disparate".

Uno de sus tuits más controvertidos fue en abril de este año, cuando escribió con letras mayúsculas tres palabras: "Liberad EEUU ahora". Se refería a eliminar las normas de confinamiento que estaban atenazando a miles de empresas en el país. Desafió al coronavirus con bastante irresponsabilidad, hasta el punto de anunciar que a finales de abril no habría más infectados. EEUU ya va por 200.000 fallecidos y siete millones de infectados.

En una ocasión calificó de pedófilo a uno de los rescatadores de los niños tailandeses que se quedaron atrapados en una cueva subterránea. Y a quien le acusa de ser un elitista le responde "¡Idiota!".

Panasonic, que es la empresa japonesa con la que Musk produce baterías y pilas en la famosa Giga Factory de Reno, en Nevada, reconoce que esas salidas de tono de Musk le desconciertan. En Japón sería inconcebible que un ejecutivo tuviera el mismo comportamiento que una montaña rusa.

Además de todo eso, Musk es conocido porque a veces le salen las cosas realmente mal. Presentó a principios de año su Cybertruck, una especie de camioneta ("pick up") futurista. La presentación fue hilarante pues tras decir que los cristales eran indestructibles, un técnico de Tesla lanzó una bola de metal contra la ventana del conductor y se astilló.

Para compensar eso, se puede decir que Musk es el ejecutivo más ambicioso del mundo en términos de metas más allá de la imaginación. No solo ha logrado poner en las carreteras 367.000 coches eléctricos al año (2019), sino que ha logrado lanzar cohetes y recuperarlos, y gracias a eso se ha convertido en la primera compañía privada en poner astronautas de la NASA al espacio, cosa que ocurrió hace pocos meses.

El famoso Cybertruck, la camioneta 'superblindada', ya tiene, según anunció esta semana, más de medio millón de pedidos, cada uno de los cuales ha puesto por adelantado… 100 dólares. El proyecto de unir San Francisco y Los Ángeles con trenes basados en la supercavitación que los acelera a unos 1.000 kilómetros por hora, espera saltar en el próximo futuro de los laboratorios de ensayo a la realidad. Y la fábrica de baterías de todo tipo, la que aspira a ser la instalación más grande del mundo, empezará a producir nuevas baterías baratas para hacer los Tesla más baratos. Eso fue lo que anunció esta semana.

Las cifras le acompañan pues el año pasado vendió 367.000 coches, un 50% más que el año anterior, y obtuvo unas ventas de 24.600 millones de dólares, casi todos en EEUU, lo cual representaba un enorme avance. A pesar de que sigue perdiendo dinero (800 millones de dólares), y de que las ventas se resintieron este año debido al coronavirus, y tuvo que hacer despidos en sus fábricas, los analistas ya predicen que en los próximos 12 meses la acción de Tesla pueda dispararse hasta los 800 dólares (según la CNBC). Se basan sobre todo en que ha abaratado mucho el precio de las baterías, y que espera sacar modelos Tesla mucho más asequibles para el gran público, según anunció esta semana.

Poco a poco, sus sueños o locuras, se van cumpliendo. El más estrafalario es viajar a Marte. Ya lanzó hace años un cohete hacia Marte del que se desprendió un coche de Tesla (un Roadster) con un maniquí dentro y con una placa que dice: "Hecho en la Tierra por humanos". Musk ha dicho que él mismo viajará a Marte dentro de pocos años.

El año que viene cumplirá 50 años, de modo que le quedan bastantes para cumplir su sueño. Muchos siguen pensando que es otra locura y que no tiene sentido ir a dicho planeta. Son nueve meses de ida y nueve de vuelta. Werner von Braun ya soñó con la misma idea pues en 1948 escribió el libro 'Das Mars Project' ('El proyecto Marte'). Veinte años después de escribirlo logró que los cohetes de la NASA llegarán a la Luna.

Quizá a Musk la vuelta de Marte le sobre porque confesó que prefiere quedarse allí y pasar los últimos días de su vida en el planeta rojo. Si es así, habrá que avisar a los marcianos de que un loco llegará a su planeta y que revolucionará su forma de producir naves.

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