Cero energético en la isla por segunda vez en menos de un año

Endesa y REE vuelven al enfrentamiento por el segundo gran apagón de Tenerife

El gestor de la red apunta a "un fallo en la generación" de Endesa como causa del incidente; el Gobierno canario sancionó a las dos compañías hace un mes con 40 millones.

REE prepara un plan de inversión de 7.000 millones.
REE fue sancionada en junio con 30 millones por el anterior apagón y  Endesa con 10.
REE

Tenerife sufrió a las 9.43h del miércoles 15 de julio, hora insular, el segundo "cero energético" en menos de un año. La peor pesadilla de los técnicos hecha realidad. Fue un apagón total como el que ya sucedió el 29 de septiembre de 2019. Entonces, un fallo en la subestación de Granadilla-Abona dejó sin suministro a medio millón de abonados de la comercializadora Endesa. En aquel primer cero, REE asumió la mayor parte de la responsabilidad tras semanas de debate con Endesa. Ahora, vuelve el enfrentamiento. En su primera valoración, REE -operador del sistema y transportista en Canarias- achacó el apagón a "un fallo en la generación". Endesa esquivó el disparo. Según fuentes de la compañía en Canarias, la causa del "cero energético" no está clara y, probablemente, no será de una sola empresa.

El nuevo apagón se ha producido un mes después de que el Gobierno canario sancionara con 10 millones a Endesa y con 30 millones a REE por los fallos del otoño pasado. Las mayor multa recayó sobre el operador del sistema, que acabó por asumir también el grueso de la responsabilidad por lo que sucedió:  un doble fallo en la subestación de Granadilla-Abona que llevó al sistema al cero energético y paralizó las dos centrales eléctricas de la isla, Caletillas y Abona, propiedad de Endesa. Algo que se ha podido repetir.

Fuentes de las empresas en al archipiélago explican que hace un mes, un fallo en la red ya estuvo apunto de apagar Tenerife, aunque entonces los sistemas funcionaron. Pero al fin, sucedió lo inevitable. Averiguar todas las causas llevará tiempo, según coinciden fuentes de las dos empresas afectadas. Canarias y, por supuesto Tenerife, constituye un sistema eléctrico frágil, aislado y en el que las fronteras entre transportista, generador y operador son difusas. De ahí los enfretamientos. "Algo como lo sucedido ayer es difícil que obedezca a una sola causa", apuntaban fuentes de Endesa.

El criterio N+1

REE opera con el criterio denominado N-1, un estándar internacional que, con pequeñas variaciones, se aplica a las actividades de planificación y operación de los sistemas eléctricos. El propósito es que la red pueda hacer frente al fallo de alguno de sus componentes, sin que el problema genere una caída general del sistema. En teoría, con ese criterio que exige la Administración, si se avería cualquier elemento simple, sea el que sea -una central, una línea, un transformador- los usuarios no se enteran porque hay una manera inmediata de solucionarlo. En el caso de Tenerife, queda claro que el criterio no fue suficiente. Ni en septiembre de 2019, ni en julio de 2020.

Curiosamente, el incidente en Tenerife y el choque entre compañías tiene lugar cuando ambas hacen proclamas de su interés inversor en las redes, la electrificación y la digitalización. REE ha presentado esta misma semana una empresa para invertir en tecnología eléctrica y telecomunicaciones y prevé dedicar 5.684 millones a la red entre 2021 y 2026. Por su parte, Endesa quiere convertir a los archipiélagos de Canarias y Baleares en el mascarón de proa de su apuesta por las renovables. De momento, los grandes planes se han estrellado en Tenerife, al menos por unas horas.

La batalla entre REE y Endesa puede  alargarse. Hay precedentes. El más sonado fue el que protagonizaron las dos empresas hace 13 años en Barcelona. Hubo apagón, hubo sanciones y hubo una batalla legal que duró ocho años y que llegó al Tribunal Supremo. El apagón de Barcelona tuvo lugar el 23 de julio de 2007. Afectó a más de 300.000 abonados y enfrentó a REE, que entonces presidía Luis Atienza, con Endesa, dirigida por Manuel Pizarro. Atienza aplicó el dicho de quien da primero da dos veces y achacó el gran apagón a la caída de un cable propiedad de Endesa sobre la subestación eléctrica de Collblanc. 

Contraataque

Endesa contraatacó con fuerza. Elaboró un informe para la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que señalaba directamente a REE como responsable del incidente. El informe detallaba "una serie de incidentes previos en la red de 220 kilovoltios [propiedad de REE], que ocasionaron sobreintensidades y vibraciones muy importantes hasta hacer que los conductores se rompieran".

En el caso de Tenerife, ahora toca recabar datos. El sistema eléctrico es complejo y para tenerlo todo bajo control, REE trabaja con una gran cantidad de información en tiempo real. El corazón del sistema es el Centro de Control Eléctrico de Red Eléctrica, donde se reciben cada ocho segundos más de 200.000 señales con información, que los ordenadores procesan y que sirven para dar las instrucciones oportunas a los generadores –que suben o bajan potencia–, al transportista y a los distribuidores, para ajustar la oferta y la demanda. En Tenerife, un sistema aislado, el mecanismo no sirvió.

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