¿Ampliación del plazo legal?

El Estado se garantiza 1.160 millones de CaixaBank si no vende hasta 2024

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) podría recuperar vía dividendos y en solo tres años casi la misma cantidad que la que se ha repuesto desde la nacionalización parcial de Bankia en 2012.

La vicepresidenta Calviño deberá decidir si el FROB aprueba el incremento salarial de Goirigolzarri en CaixaBank. El misterio se desvelará el viernes en al junta de accionistas
La vicepresidenta Nadia Calviño, junto al presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri
EP

El nuevo Plan Estratégico de CaixaBank mejora las perspectivas del Estado en su aspiración de recuperar la mayor cantidad posible de las ayudas públicas inyectadas en Bankia para sacarla a flote en medio de la crisis financiera de 2012. El nuevo grupo, del que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) posee un 16,1% del capital, le garantiza el reparto de un máximo de 1.160 millones de euros en dividendos, aunque solo si se mantiene como accionista al menos hasta 2024. 

Si el Fondo público no vende su participación ni la reduce hasta el final del plan, se podría embolsar a las arcas públicas en tan solo tres años casi la misma cantidad que lo recuperado hasta la fecha bajo la fórmula de la retribución mediante el reparto de un porcentaje de los beneficios, cuyo payout está fijado en el 50%. Precisamente este año se cumplen diez años del rescate de Bankia y desde entonces se han devuelto 1.424 millones de euros al Estado únicamente por esta vía. Paralelamente se debe sumar lo conseguido por las colocaciones en el mercado de dos paquetes accionariales, de modo que entonces asciende a 3.540 millones de euros (el 14,75% del total recibido). 

El escenario base de la hoja de ruta de CaixaBank para los próximos tres años prevé una generación de capital de aproximadamente 9.000 millones de euros a repartir entre los accionistas. A esta cifra se la han de restar los 1.800 millones de euros de la recompra de acciones que se pondrá en marcha este 2022, por lo que quedan unos 7.200 millones de euros -condicionado a que en los siguientes ejercicios no se activen nuevos programas de buybacks- a repartir entre la base accionarial del grupo hasta 2024. Existe un escenario alternativo dibujado por la cúpula, donde los tipos de interés suben con menor fuerza de lo que se prevé ahora, en el que la generación de capital podría limitarse a unos 8.000 millones de euros. 

En todo caso, se da la circunstancia de que el Estado tiene la obligación legal de salir del accionariado de CaixaBank antes de que acabe 2023, ya sea mediante la venta en bloque, gradual o a través de la búsqueda de un inversor privado. Si las condiciones no se aprecian favorables, el Gobierno podría volver a prorrogar el tope fijado, una decisión que ya ha tomado en hasta tres ocasiones. De hecho, el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, que rechaza rotundamente aconsejar a un accionista sobre qué debe hacer -y mucho menos cuándo tiene que vender-, está convencido de que si el Ejecutivo lo considera puede volver a renovar la fecha teórica de salida. 

Aunque para CaixaBank implicaría seguir arrastrando el legado de Bankia y no poner broche final a la etapa de la crisis bancaria española, el Estado tiene la oportunidad ahora de exprimir lo máximo posible a un grupo que se ha convertido en un titán financiero en el ámbito doméstico tanto por activos como por depósitos. Hasta el momento, los planes estratégicos de las entidades estaban claramente basados en la defensa ante un entorno de baja rentabilidad y alta competencia. CaixaBank ha lanzado ahora un plan que, lejos de ser defensivo, es de "crecimiento", según Goirigolzarri. 

Desde que se dio a conocer la operación de fusión, CaixaBank se ha revalorizado en bolsa alrededor de un 59%, mientras que el Euro Stoxx Banks lo ha hecho un 41% y el Ibex 35 un 19%. Teniendo en cuenta solamente lo acumulado este 2022, la entidad firma una mejora de su capitalización de alrededor del 20%, a diferencia del índice sectorial bancario que pierde un 15% y el español que aglutina a las principales compañías del país que registra un descenso cercano al 4%. A pesar de que resulta complicado predecir qué va a ocurrir con la cotización, la cúpula de CaixaBank se atreve a a afirmar que será el banco con mejor comportamiento bursátil de media en comparación con todo el sistema bancario. 

Y la mejora de la cotización es clave también para elevar el valor de la participación que el Estado tiene en la entidad y poder sacar así la máxima ganancia posible en caso de venta, algo que se impulsará de manera adicional gracias a la recompra de acciones por 1.800 millones de euros. Este tipo de programas convierten a las compañías promotoras en una gran compradora de acciones propias atrayendo a inversores que buscan ir a rebufo de estas operaciones tácticas. Su participación del 16,1% tiene actualmente un valor de mercado de unos 3.763 millones de euros, que irá en aumento a medida que CaixaBank mejore su perfil de negocio y la confianza en los mercados. 

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