Zona Franca de Barcelona

Los exempleados de Nissan afrontan un incierto 2024 dos años después del cierre

Se cumplen dos años del cierre de Nissan en Barcelona, el millar de extrabajadores afrontan un 2024 incierto: el paro agotado y un contrato de formación sobre la mesa a la espera de que Chery decida si entra en la Zona Franca.

Última unidad de 'pick up' Navarra producida en la planta de Nissan de la Zona Franca de Barcelona en 2021
Última unidad de 'pick up' Navarra producida en la planta de Nissan de la Zona Franca de Barcelona en 2021
NISSAN

Cuando se cumplen dos años del fin de la actividad de Nissan en Barcelona, el millar de trabajadores pendientes de recolocar afrontan un 2024 incierto: el paro agotado y un contrato de formación sobre la mesa a la espera de que la china Chery deshoje la margarita y decida si aterriza en la Zona Franca.

El 16 de diciembre de 2021 la factoría de la Zona Franca produjo su último vehículo, poniendo punto y final a una larga trayectoria industrial de 41 años de la multinacional nipona en la capital catalana.

El cierre de esta planta y de los centros de Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca afectaron a unos 2.500 trabajadores, de los que un millar se prejubilaron o aceptaron bajas incentivadas, mientras que el resto se fueron a sus casas con un permiso retribuido hasta final de año, cuando se hizo efectiva su baja y empezaron a cobrar del paro.

El largo proceso que llevó hasta el D-Hub

Se abrió entonces un tortuoso proceso de reindustrialización, comandado por el Gobierno y la Generalitat con presencia del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Nissan y los sindicatos, que concluyó en febrero de 2023 con la adjudicación de la gestión de los antiguos terrenos de Nissan al operador logístico Goodman, que se presentó al concurso en alianza con el 'hub' de electromovilidad (ahora D-Hub).

En aquel momento los trabajadores llevaban más de un año consumiendo su prestación de desempleo y depositaron toda su confianza en los impulsores del D-hub, QEV Technologies y BTech, encargados de reactivar la Zona Franca con un proyecto industrial centrado en la movilidad eléctrica.

Los meses han pasado y los trabajadores han ido perdiendo la esperanza al mismo ritmo que se acumulaban los retrasos en la ejecución de los planes iniciales.

Se llegó a hablar de crear más de 7.000 empleos, un millar de ellos directos, con arranque de la producción a principios de 2024 (algo con lo que ya nadie cuenta) y con volúmenes de 60.000 unidades antes de 2026.

Hasta ahora, el D-Hub ha contratado sólo a un centenar de extrabajadores mientras que el fabricante de motocicletas eléctricas Silence, al que se le asignó también una parte de la planta, ha incorporado a otro centenar y sí está produciendo.

Los contratos de formación, la solución provisional

Con la espada de Damocles sobre ellos en forma de fin de la prestación del paro, un total de 606 empleados han aceptado firmar un contrato de formación que les permitirá cobrar de febrero al 1 de octubre 1.575 euros brutos al mes a la espera de que se concrete el proyecto del 'hub'.

Aunque los trabajadores pendientes de reubicar son unos 1.100, son estos 606 los que se han inscrito para entrar en los cursos de formación ofertados por la Generalitat. El resto cuenta de manera temporal con otra ocupación o prefiere esperar.

A partir de octubre de 2024 los trabajadores pasarán a tener un contrato ordinario, con el salario del convenio del Metal más un 20% adicional, tal y como se pactó con los sindicatos durante la reindustrialización.

Chery, la 'casi' única esperanza a corto plazo

Ante las dificultades para llenar la Zona Franca con las furgonetas de última milla de la marca Zeroid (QEV) y los modelos de la marca Ebro (BTech), las esperanzas de todos los implicados en la reindustrialización han virado en los últimos meses hacia el fabricante chino Chery.

La firma asiática baraja fabricar modelos de su marca Omoda desde Barcelona, ciudad que serviría para su desembarco en Europa, y está en conversaciones para ello con BTech.

Si se cierra el acuerdo, que hace semanas que se da por casi ultimado, BTech podría empezar a ensamblar los vehículos de Chery el próximo abril y contratar a unas 150 personas, en un primer momento, y a otras 150, después, hasta alcanzar las 300 a finales de 2025.

Mientras esperan el sí definitivo de la firma china, los sindicatos confían también en que se confirme el montaje de camiones de un fabricante extranjero que podría dar empleo a 200 personas más.

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