El 30% del capital, línea roja

Fainé asegura una opción para comprar el paquete del FROB en Caixa-Bankia

Fundación La Caixa ha marcado un umbral mínimo de participación en el nuevo banco para que la ecuación de canje salga adelante. La fiscalidad y la Ley de opas son claves para entender este movimiento.

EFE
Fainé asegura sus derechos de compra sobre el paquete público en CaixaBankia
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Horas de infarto en la negociación entre CaixaBank y Bankia para cerrar la fusión. La ecuación de canje -el peso que tendrán una y otra entidad en el nuevo banco- centra las discusiones en los últimos días y sigue sin haber un acuerdo definitivo entre las dos antiguas cajas. El punto clave sería, desde hace días, el porcentaje de prima que se le dará a Bankia a la hora de aplicar esta operación. Los gestores de la antigua Caja Madrid no estarían dispuestos a reducir el 20% que se habría marcado inicialmente, pero tras las subidas en bolsa que se viven desde el anuncio de la fusión, la entidad que encabezan Gonzalo Gortazar y Jordi Gual y, sobre todo, que tiene a Isidro Fainé como negociador en la sombra, no estaría dispuesta a llegar a tales porcentajes. 

Hacerlo supondría traspasar una línea roja que marcó el propio Fainé y que tiene más repercusión de la que cabría esperar: la Fundación La Caixa no bajará del 30% del capital en la nueva entidad. Tras ella hay dos razones principales. Por un lado, es el propio presidente de la Fundación La Caixa el que no quiere perder derechos sobre una hipotética operación en el capital. Es decir, si Criteria finalmente tuviese menos del 30% de la nueva entidad y más adelante quisiese llevar a cabo la compra de más títulos, por ejemplo una parte de la ahora participación pública que ostenta el FROB, se vería obligado a lanzar una opa. Cabe recordar que, de acuerdo con la Ley de opas, es necesario lanzar una oferta sobre el 100% cuando alguno de sus accionistas supera el 30% de los derechos de voto. 

Esta opción no sería viable para la Fundación La Caixa por varias razones. Entre ellas destaca la limitación del Banco Central Europeo (BCE) por la que las fundaciones de las cajas no pueden tener más del 40% del capital del banco del que son accionistas. En cambio, si ya se ha superado este límite mínimo la norma no aplica, por lo que Fainé tendría vía libre para adquirir los paquetes de acciones que el Estado o cualquier otro accionista pusiese en el mercado sin tener que lanzar una opa. Siempre y cuando, se quede por debajo del 40% que marca el supervisor.

Pero más allá de este razonamiento, existe también una cuestión fiscal.  Debido a la arquitectura institucional y societaria del grupo, una rebaja de este porcentaje descompensaría la estructura impositiva del mismo y llevaría al desembolso de importantes cantidades de dinero en forma de pago de impuestos al perder el beneficioso régimen fiscal con el que actualmente cuenta. Además, desde su creación, la fundación siempre ha sido el eje vertebrador del grupo y un porcentaje del capital por debajo del 30% supondría la 'ruptura' del equilibrio y conllevaría pagos por parte de CaixaBank a su accionista como 'compensación'. La línea roja para la entidad catalana está clara y no se traspasará por ninguna razón, confirman fuentes conocedoras a La Información

Para mantener la ecuación de canje tres a uno -tres partes para CaixaBank y una para Bankia- y cumplir la premisa de que Criteria tendrá, al menos, el 30% del capital existen varias opciones que también dejarían contento al Estado. Una de ellas, que se estaría barajando en estos momentos sería que, con el beneplácito del BCE, la Fundación La Caixa subiese del 40% del capital que actualmente ostenta en la entidad catalana antes de que se lleve a cabo la operación. Con este movimiento, se conseguiría respetar la línea roja marcada por Fainé.

Las sombras de Unicaja-Liberbank

Las partes implicadas en la que será la mayor operación de concentración bancaria desde los años 90 en España dan por hecho que, pese a las dificultades a las que se están enfrentando en los últimos días, la fusión saldrá adelante. En cambio, es precisamente la línea roja del 30% del capital para la Fundación La Caixa la que recuerda a otros movimientos en el sector que no terminaron bien. Es el caso de la fusión fallida de Unicaja y Liberbank, cuyas negociaciones se rompieron precisamente a la hora de cerrar la ecuación de canje por, de igual forma, el requisito del 30% que había marcado Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja.

En este caso, es diferente, pues cabe recordar que un 62% del capital de Bankia está actualmente en manos del Estado. Además, dada la situación de rentabilidad del sector tanto el BCE como el Banco de España (BdE) ven con buenos ojos y apoyan este tipo de operaciones. Por si fuera poco, la situación en bolsa desde que se anunciara la fusión -con subidas superiores al 30% para la antigua Caja Madrid- supone que el mercado ha descontado al alza la operación, por lo que una cancelación podría suponer el hundimiento del valor en el parqué. No parece haber marcha atrás. 

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