Galán baja la tensión contra Ribera y se acopla a los cambios de su 'decretazo'

Iberdrola ha aprovechado la presentación de los resultados pertenecientes al tercer trimestre de 2021 para limar asperezas con el Gobierno de cara a la galería y lanzar un mensaje de cordialidad tras semanas de ataques cruzados. Pese al impacto negativo de 114 millones de euros que ha generado en sus cuentas la nueva regulación, Ignacio Sánchez Galán ha asegurado en la conferencia con analistas que la suavización del decreto ley favorece más los intereses de la compañía.

El presidente de la eléctrica ha mostrado una satisfacción comedida por la modificación anunciada este martes por Teresa Ribera, que reduce en buena medida el impacto tras la exclusión de los contratos bilaterales del mecanismo de minoración de ingresos. Sin embargo, no ha cuantificado el alivio que supondrá para las cuentas del grupo.

"Lo que hemos pedido siempre es estabilidad y predictibilidad, una política clara para cumplir los planes de inversión que tenemos".  Asimismo, ve alcanzable los objetivos de beneficios y de dividendos para 2021 y "años venideros".

En sus primeras declaraciones públicas desde la entrada en vigor del decreto, en septiembre, ha sostenido que no afectará a los contratos firmados con empresas, a las que en un primer momento alertó de una subida en su factura para compensar el alza en los precios del gas. De hecho, ha indicado que la volatilidad solo afecta a 10 millones de clientes y no espera que se mantengan tras las últimas medidas del Gobierno.

Ante las preguntas de los inversores, Galán ha sostenido que mantienen las perspectivas de inversión en España, al tiempo que restaba importancia a su decisión de no acudir a la última subasta de renovables adjudicada por el Gobierno. "Participamos en muchas subastas de muchos países, así que estamos permanentemente pendiente de cuáles son los riesgos y los retornos". Prueba de ello son los proyectos en Reino Unido, Alemania y Dinamarca a los que ha concurrido recientemente la compañía.

Según el ejecutivo, el aumento de la inversión en suelo español es del 20% en lo que va de año, hasta los 1.600 millones de euros, convirtiéndose en el país dónde más ha crecido. Ello pese a la "preocupación en los inversores" por las medidas anteriores y por la estructura actual de tarifas, que ha obligado a comprar energía a un precio más alto en el mercado. "En el caso particular de España estamos metidos en muchas construcciones y podemos vender al cliente final sin participar en subastas", ha precisado.