Elecciones, un túnel inundado y caos: las 24 horas sin tren entre Madrid y Valencia

Nadie podría esperarse que, en plena jornada electoral, una incidencia ferroviaria más fuera a generar tanto ruido. El incendio de una arqueta a las cuatro de la mañana del domingo en que España se preparaba para votar dejó inutilizado el sistema de bombeo del túnel ferroviario de alta velocidad situado en el subsuelo de Valencia, y que se encuentra por debajo del nivel del mar. La situación derivó en una inundación de 80 centímetros de altura que dejó inhabilitada la infraestructura, según desveló Adif, el gestor de la red, de forma inmediata.

La dificultad de apagar el fuego, primero, de extraer el humo, después, y de achicar el agua, por último, hicieron imposible la pronta vuelta a la normalidad del servicio ferroviario en un día crítico para la movilidad. Domingo, de julio, vuelta de vacaciones para muchos y, encima, jornada electoral. Un cóctel perfecto. El tiempo corría y tanto Adif como las tres operadoras que prestaban servicios ese día se apresuraron a tomar medidas. Cada una, en función de sus recursos. El gestor de la red contrataba más bombas para achicar agua y desplazaba todos los medios técnicos necesarios para volver a la normalidad cuanto antes. 

El plan flexible de Renfe

Renfe, en calidad de operador mayoritario, dejó uno de los trenes que estaban en ruta en Requena y, haciendo uso de autobuses, trasladó a sus pasajeros hasta Valencia. El segundo tren del día, uno de Ouigo que partió desde Chamartín, se quedó en Cuenca y muchos de sus viajeros optaron por bajarse y buscarse la vida para llegar a Valencia. Los siguientes trenes con origen o destino Madrid fueron cancelados a la espera de soluciones. 

Pero los pasajeros seguían llegando a las estaciones, y comenzaban las aglomeraciones, las esperas y las quejas. Y aquí, cada operador aplicó su propia política. Renfe, aprovechando la mayor flexibilidad de su flota y la existencia de la línea convencional, dispuso varios trenes lanzadera a Albacete y reubicó a sus 8.500 viajeros en los AVE que unen Madrid con Alicante. Una vez finalizada la incidencia, la compañía estatal ha querido destacar el ser "la única de las tres empresas que ofreció viajes alternativos ese mismo día para que los afectados pudieran llegar a su destino". 

Las privadas, con poco margen de actuación

La operadora francesa Ouigo canceló todos sus trenes según se confirmaba la imposibilidad de avanzar y ofreció la devolución del precio del billete y una compensación adicional del 200% del coste para que los más de 4.000 pasajeros que tenían previsto circular pudieran viajar en otra alternativa de transporte. Hubo quienes optaron por compartir taxis, con un precio estimado de 300 euros. 

Iryo, con unas complicaciones similares pero una mayor operativa al Levante, gestionó el traslado de 150 de sus pasajeros hasta Alicante para, desde ahí, viajar a Madrid. Lo pudo ejecutar gracias a Renfe, que fletó un tren especial por vía convencional. Otros 507 fueron desplazados en una docena de autobuses hasta la estación de Requena-Utiel, desde donde continuaron su viaje a Madrid. El resto de viajeros de la compañía italoespañola recibieron, además de la devolución del dinero, la posibilidad de viajar hoy lunes. En total fueron 2.800 afectados y 1.600 billetes cancelados, recolocando a todos sus pasajeros antes de las 23:00 horas de la noche. 

Todos los operadores han prometido la devolución del total del importe de sus billetes a los pasajeros afectados, tal y como dicta la normativa. La incidencia quedaba solucionada durante la madrugada del lunes 24, cuando España ya sabía quién había ganado las elecciones. Algunos pudieron votar, otros no, pero todos acabaron llegando a sus destinos.