La junta de BBVA celebrada este viernes ha cumplido con el guión esperado. Se han aprobado todos los puntos del orden de día, pero sin borrar todavía la sombra del 'Caso Cenyt'. El encuentro de este año se ha producido tras el final de la fase de instrucción de la pieza que instruye Manuel García Castellón en la Audiencia Nacional, que se produjo el pasado 29 de enero, y a la espera de que la posible apertura de juicio confirme si la propia entidad o alguno de sus directivos actuales o pasados es procesado.
El banco, que insiste en que el Caso Cenyt "no ha tenido impacto en el negocio de la entidad, su reputación o en la evolución de la acción", llega a este momento con un órgano de gobierno sin ningún consejero histórico de la etapa de Francisco González. El último, José Maldonado Ramos, que ha ocupado un sillón durante 24 años ha dejado su puesto en esta junta junto a Juan Pi Llorens (13 años) a Cristina de Parias (otra externa) y a Enrique Casanueva (independiente).
Los nuevos consejeros han contado con el aval de los 'proxy' internacionales (ISS y Glass Lewis), aunque Corporace recomendó votar en contra del nombramiento de De Parias por incorporarse al consejo sin ser independiente; que sería la mejor desde el punto de vista de la gobernanza. Para Corporance, la alta retribución de los consejeros con esta categoría podría poner en cuestión su grado de independencia; si bien es una valoración que el asesor de voto español no sólo circunscribe al BBVA, si no que afecta a otras cotizadas españolas del Ibex 35 y que fue recogiendo en sus análisis de las juntas del año pasado.
El cierre del proceso de renovación, que se inició en 2019 con la renuncia de Francisco González a la presidencia de honor el día antes de la junta, sin embargo, no ha impedido que de cara a la de este año el principal asesor de voto del mundo y el español Corporance reiteraran el toque de atención que han ido dando al banco en los últimos años, poniendo indirectamente sobre la mesa lo larga que se está haciendo la investigación de la Justicia al evaluar el punto 4 en el orden del día, en el que los accionistas debían posicionarse al respecto de la gestión del consejo durante 2023.
"Por sexto año consecutivo, la investigación de espionaje (caso Cenyt) sigue siendo motivo de preocupación, aunque no hay evidencia de que el consejo no ha cumplido con sus deberes fiduciarios en este momento", señalaba Institutional Shareholder Services (ISS) en su informe de recomendación de voto, en el que aconsejaba a los accionistas votar a favor.
En todo el proceso de investigación y de instrucción, a excepción del propio Francisco González, ningún consejero ha sido señalado, pero parecía positivo refrescar y rejuvener de cara al mercado un órgano que podría haber estado en activo durante los años en los que presuntamente se podrían haber contratado los servicios del Comisario Villarejo a través de Cenyt. De hecho, desde que Carlos Torres accediera a la presidencia, se han impulsado varias reformas de la gobernanza, y la de 2019, en pleno punto álgido del caso y tras el anuncio del paso al lado de Franscisco González, fue muy específica.
"El consejo ha acordado profundizar en la evolución del Sistema de Gobierno Corporativo y de su estructura, por lo que se está llevando a cabo en estos momentos un proceso de revisión en profundidad del que resultará un plan de reforma que se concretará a lo largo del ejercicio 2019", señaló entonces. En pocos meses se revisaron el reglamento del consejo o el de las comisiones, incluyendo una vicepresidencia y la figura del consejero regulador.
Previamente, en 2018, ya se había aprobado una división de poderes entre el presidente y el consejero delegado en el proceso de sucesión de Franscisco González. Entonces, todos estos movimientos se interpretaron como una estrategia de refuerzo para poner distancia con el equipo de la 'era FG' y se miraba al banco para que también esos cambios se reflejaran en el consejo de administación.
Años de investigación, tiempo para la renovación
La pieza que investiga la Audiencia Nacional se circunscribe a los años 2004 y 2017 y, poco a poco, los miembros históricos del consejo del núcleo duro de FG han ido siendo sustituidos, con la tranquilidad de que todos siempre han estaban al margen de las investigaciones; que es algo que el banco pone en valor. "A futuro, BBVA seguirá actuando con total determinación y diligencia bajo el liderazgo del consejo de administración, cuyos miembros no tienen conexión alguna con el caso", apunta el BBVA en la información específica del caso en su página web corporativa.
Además de Maldonado, que acaba de decir adiós a un consejo al que pertenecía desde 2000, otros históricos nombrados por González que han ido abandonando el órgano poco a poco han sido Carlos Loring Martínez de Irujo (2020), Susana Rodríguez Vidarte (2023), que habían formado parte del consejo desde 2004 o 2002, respectivamente, Tomás Alfaro Drake (2020), que se incorporó en 2006, o José Manuel González-Páramo (2020), que ya llegó años después, en 2013.
La edad de muchos de ellos y la categoría (otros externos en la mayoría de casos) han servido de argumentos para que la renovación del consejo se haya producido de manera natural, asentada en las prácticas de gobernanza y sin aspavientos relacionados con el 'Caso Cenyt', que ha entrado en 2024 en la fase definitiva para BBVA.
