Cautela por los costes

Moody's avala el plan de IAG para lograr ingresos precovid y bajar deuda en 2023

La agencia de rating analiza el comportamiento de la compañía tras la campaña de verano y el escenario para el próximo año, donde el precio de los carburantes y otros escollos podrían truncar sus aspiraciones.

IAG Iberia avión
IAG Iberia avión
Europa Press

La agencia de calificación Moody's ha revisado la hoja de ruta de IAG y ha proyectado una evolución positiva que cumpliría con dos de los objetivos que su presidente, Luis Gallego, se ha marcado: acercarse a las cifras previas a la pandemia y empezar a devolver la deuda contraída durante este periodo tras el freno en seco de la actividad en 2020 y una paulatina recuperación en los años posteriores. El análisis de la agencia de calificación no está exento de precauciones, pues en el horizonte hay nubarrones en forma de alza de precios de combustible, el débil entorno económico y la presión salarial en las negociaciones colectivas.

En una nueva revisión de la compañía, la agencia de rating confía en que al cierre del próximo ejercicio las ventas alcancen los 26.500 millones de euros, lo que supone estar por encima de las anotadas en el año previo a la pandemia (25.500 millones). El rendimiento de la compañía también se verá en un aumento generalizado de los márgenes y, sobre todo, en la deuda, el aspecto sobre el que Gallego ha puesto el foco en los últimos meses. El grado de apalancamiento será de 5,4 veces el beneficio operativo al cierre de 2023, una métrica también por debajo de la registrada en los nueve primeros meses de este 2022 (7,5 veces). 

Los factores para pensar en ello son la fuerte demanda reprimida y la relajación de las restricciones de viaje, que pueden impulsar una fuerte recuperación del volumen de pasajeros y de los precios, como probó ya la compañía en el tercer trimestre del año, periodo estanco (solo agosto, septiembre y octubre) en el que ya se recuperaron las ventas previas al coronavirus. Sobre el futuro rendimiento de la compañía, los principales ejecutivos afirmaron a finales de octubre que "confiaban en volver a los niveles de beneficio operativo anteriores a la crisis".

El primer escollo en el camino para conseguirlo es que no todas las aerolíneas del grupo hispano-británico despegarán hacia la recuperación igual de preparadas. El caso paradigmático es British Airways, más expuesta al viajero de negocio, como prueba que su principal centro de operaciones sea el aeropuerto de London-Heathrow, donde más de un tercio de sus pasajeros viaja por trabajo. Este aspecto puede influir negativamente en el futuro, ya que Moody's considera "probable" que los viajes corporativos retrocedan irremediablemente en Europa "por el crecimiento de las reuniones virtuales y el enfoque de las empresas en los costes y las emisiones de carbono". 

Fuel, salarios y recesión

Entre el resto de riesgos, tres factores sobresalen por encima del resto. El principal es la incertidumbre sobre el siguiente año, en el que el consumo puede reducirse por los altos costes de la energía y la inflación, lo que restará elasticidad a la demanda y reducirá la capacidad de repercutir nuevos aumentos de costes a los pasajeros. Moody's añade en la ecuación la evolución de los tipos, ya que prevé un encarecimiento de las hipotecas y los préstamos -especialmente para el pasajero británico-, lo que inevitablemente mermará los presupuestos de los clientes.

Los costes también pueden aumentar por el lado del personal, como ya han demostrado las negociaciones en España con las unidades de tierra y pilotos en Iberia, así como las dificultades para encontrar el consenso con el personal de la low-cost Vueling. Para Moody's es "probable" que estos costes aumenten por la escasez de mano de obra y también por la enorme competencia en el sector. "Las negociaciones para 2023 pueden ser más difíciles", apunta la agencia de rating, que recuerda que algunas compañías además tienen todavía que contratar personal para adecuar su fuerza laboral a la previa al coronavirus.

A ello hay que sumar el precio del combustible, que aumentará a medida que desaparezcan los efectos de las actuales coberturas. De momento, para el cuarto trimestre de este año son del 68%, aunque este nivel se reducirá al 33% en el mismo periodo del año siguiente. "Estimamos que, sin contar con la cobertura de combustible, los costes unitarios de combustible de IAG crecerán en 2023 en torno a un 10% según nuestras hipótesis de precios del combustible, lo que podría cubrirse con un aumento del precio del billete de alrededor del 3%", concluyen.

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