Números rojos. La revisión en la valoración de activos, la pandemia, la caída del precio de los hidrocarburos, el efecto del tipo de cambio y la reducción de ingresos regulados han llevado a Naturgy a registrar unas pérdidas de 347 millones de euros en el año 2020, frente a las ganancias de 1.401 millones de euros el ejercicio anterior. La compañía que preside Francisco Reynés comunicó los resultados de un año atípico en vísperas de que el fondo australiano IFM formalice la oferta de compra parcial sobre el 22,69% de las acciones de la empresa, por 5.060 millones.
Una de las claves del cierre de ejercicio, según ha detallado la compañía, ha sido una nueva revisión del valor de los activos en el último trimestre de 2020. Según la empresa, el ajuste ha resultado en un deterioro de 1.363 millones de euros. La revisión se realizó "con el objetivo de proporcionar una valoración de sus activos más transparente y ajustada al escenario energético actual". Afectó,sobre todo, a activos de generación en España.
En 2018, con el relevo de RafaelVillaseca y la llegada de Francisco Reynés a la presidencia del grupo , Naturgy ya procedió a una revisión de sus activos que le llevó a registrar un deterioro de casi 4.900 millones de euros por la depreciación de las centrales de generación en España. Además, de la revisión contable del cuarto trimestre, el ejercicio 2020 de la gasista tuvo como hitos destacados la revisión de contratos de suministro de gas con Argelia, el acuerdo de salida de Egipto y la venta de la filial chilena CGE.
La compañía precisó en su comunicación que, en términos ordinarios, la empresa ganó el pasado año 872 millones, un 36,7% menos que en 2019. La cifra está por debajo de la cantidad estimada por los analistas. No obstante, cumplió sus previsiones de obtener un resultado bruto "de 3.964 millones de euros, cumpliendo así con el guidance para 2020 de alrededor de 4.000 millones". Naturgy distribuirá 1,44 euros por acción con cargo al ejercicio.
La compañía gasista está pendiente de los plazos administrativos que marcarán el desenlace de la opa lanzada por el fondo IFM, una oferta que calificó de "no deseada". El primer hito pendiente será la presentación del folleto de la oferta de compra. La previsión es que llegue la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en torno al 15 de febrero. Y que quede varada hasta que el Gobierno se pronuncie. El Ejecutivo, sin una posición unánime sobre la operación, tiene tiempo. La normativa le da hasta seis meses para considerar la operación. En el escenario más lento, posible aunque improbable según las partes implicadas, la luz verde a la compra podría posponerse hasta el verano. Después, se abriría un periodo de aceptación de la oferta de 70 días.
El Gobierno tiene la sartén por el mango. La posibilidad de vender empresas españolas está limitada desde marzo de 2020 por el Real Decreto 436/2020, de 14 de marzo, y por el RDL 34/2020 de 17 de noviembre, que extiende la limitación también a los inversores europeos. Los decretos han reinstaurado el control del Ejecutivo sobre todas aquellas operaciones corporativas que pretendan hacerse con más de un 10% del capital de las empresas españolas consideradas estratégicas. Naturgy lo es. Su relación con la empresa estatal argelina Sonatrach (accionista de la compañía con el 3,85%), sus contratos de suministro de gas y su posición en el gasoducto Medgaz (49%) le dan esa consideración.
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