Orange deberá afrontar una factura de cerca de 300 millones si quiere el fútbol

  • La operadora aún no ha tomado una decisión, aunque su posición hasta ahora hace indicar que los comprarán en la oferta mayorista de Telefónica.
Lionel Messi celebra un gol
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AFP7

Se ha convertido en una de las decisiones clave para el negocio del próximo año entre los grandes operadores de telecomunicaciones. Comprar o no comprar el fútbol y los derechos para poder retransmitir los partidos de La Liga y la Champions League. Vodafone y Orange deben decidir. El primero lo tiene más o menos claro: salvo giro brusco en la estrategia, no sacarán la chequera. Los franceses estudian qué hacer para la próxima temporada. Si quieren seguir con todos los partidos de Primera y los campeonatos europeos deberá afrontar una factura de cerca de 300 millones de euros.

Telefónica es hoy el dueño de los derechos de la Champions y La Liga. Lo es desde que el año pasado ganara a Mediapro en la subasta. Por la temporada pasada y las dos próximas del campeonato europeo se comprometió a pagar 1.080 millones de euros; por los tres próximos ejercicios de La Liga deberá desembolsar 2.940 millones de euros. La operadora presidida por José María Álvarez-Pallete tiene unas obligaciones regulatorias tras la compra de Canal+, que lo colocó como operador más que relevante de la televisión de pago. Entre esas obligaciones está vender como mayorista con un precio marcado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el 50% de toda su oferta audiovisual.

Pero, ¿quién pasará por caja? Orange es el que más posibilidades tiene. Desde hace tiempo, su consejero delegado en España, Laurent Paillassot, ha insistido continuamente que si hay un competidor en este mercado que tiene fútbol (en este caso, Telefónica) ellos lo tendrán. Desde la compañía sólo se limitan a asegurar desde fuentes oficiales que su voluntad es "ofrecer siempre los mejores contenidos y de más valor a sus clientes, el fútbol entre ellos".

Si finalmente quieren contar con el fútbol entre esa oferta de contenidos de su portfolio de paquetes en España deberán pasar por caja. Y la factura no va a ser menor. El reparto se fundamenta en una fórmula que garantiza un mínimo al mayorista (Telefónica) y se calcula en base a la cuota de mercado de clientes de televisión de pago y de banda ancha. Ese cálculo se hace sólo incluyendo en el total del mercado a los operadores que van a acceder a la oferta. Si, como todo hace indicar, se consolida esta forma de cálculo, Orange tendrá por delante el pago de cerca de 300 millones, pues a cierre del primer trimestre cuenta -comparado con Telefónica-con casi el 15% de clientes de TV y de más del 41% en clientes de internet fijo, según diferentes fuentes del mercado consultadas por La Información.

Esta cantidad sería sensiblemente superior a lo que pagó el año pasado, debido principalmente a la más que probable ausencia de Vodafone en esta subasta (esta temporada aún estaba pagando por los 8 partidos de Liga, sin el Partidazo), al entender que el sistema le penaliza al contar con muchos clientes de televisión (heredada de la compra de ONO) y un porcentaje menor de los que compran fútbol. Es decir, el coste hay que repartirlo entre dos en base al universo de clientes de banda ancha y televisión de los dos contendientes.

En el caso (poco probable) de que Orange dé calabazas a Telefónica y no compre los derechos en la oferta mayorista, la operadora española deberá afrontar 1.340 millones de euros de coste este año en solitario -hasta ahora el coste era progresivo al alza y ahora el desembolso es el mismo en todos los ejercicios-. Bien es cierto que no habría ingresos por esta reventa, pero habría muchos más en el lado del negocio de particulares, pues serían los únicos proveedores que ofrecerían estos contenidos. Entre los analistas se mostró cierta preocupación por este posible sobrecoste durante las últimas conferencias. En la que se celebró con motivo de la presentación de resultados del año 2018, el consejero delegado, Ángel Vilá, tuvo que responder a varias preguntas sobre este asunto. Y uno de sus argumentos, que se ha repetido en varias ocasiones, es que hay mucho margen para crecer en la televisión de pago en España.

Con todos estos números sobre la mesa, la gran pregunta es si el fútbol es o no rentable para los operadores. Vodafone ha dicho en numerosas ocasiones que para ellos no lo era. Telefónica y Orange no quieren dar cifras, pero insisten en que tener el fútbol es un 'intangible' comercial en plena guerra por los clientes que tiene un valor relevante. Pero, ante los altos precios pagados por estos derechos, sobre el retorno real de esa inversión hay muchas sombras.

¿Y los operadores en internet?

Esta es la batalla entre los grandes operadores de telecomunicaciones. Luego hay otra de menor cuantía, pero también relevante, pues puede cambiar el escenario anterior. Es la que se librará en el lado de los operadores de internet (OTT) que podrían también acceder a los derechos para retransmitir los diferentes partidos a través de la red. El llamado 'Netflix de los deportes' Dazn estudia si accede a la oferta mayorista de Telefónica. Y también hay otros que lo barajan.

Estos deberán decidir si sacan la cartera -con un precio, evidentemente, menor al que pagaría Orange- o no. En caso de que lo hagan, podrían trastocar el resto del mercado, pues desincentivaría aún más el pago por estos derechos, al poder incluir la oferta de estos OTT dentro de los paquetes convergentes. Y de hecho algunos analistas verían un movimiento así como clave para Telefónica y el resto de operadores. ¿Respuesta de Telefónica? Señaló los antecedentes como el de BeIn Connect, la operadora por internet de Mediapro, a la que le costó hacer crecer su base de clientes. "Y también hay algunos factores técnicos relacionados con los retrasos en la emisión o la calidad de la imagen", explicaba el consejero delegado a preguntas de uno de esos analistas el pasado mes de febrero.

Esta es la fotografía de los derechos del fútbol a unas semanas de que arranque el baile de compras y ventas. Orange deberá rascarse el bolsillo para adquirir todo el contenido, mientras las OTT deshojan la margarita sobre si entran de manera definitiva en el mercado español.

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