Llegan momentos decisivos para la historia de Telefónica. Y el presidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete, ha estrechado aún más su círculo de confianza tras una nueva reorganización de su comité ejecutivo. El detonante ha sido la salida de Enrique Lloves, uno de los pesos pesados entre los altos directivos de la operadora. Con este movimiento, se ha descartado nombrar a un sustituto y se ha reforzado esa terna que se ha convertido en un importante núcleo duro: Laura Abasolo, José Cerdán y Eduardo Navarro.
Todo se precipita con una salida muy sonada en el seno de la operadora, pues toca muy de cerca al presidente. Enrique Lloves era, hasta este miércoles, el director general de Estrategia y Desarrollo Corporativo y ha sido una de las personas de más confianza de Álvarez-Pallete. De la cantera de Altadis, al igual que Pablo Isla (Inditex), han tenido durante este tiempo un contacto muy cercano. Fue el 'alma máter' de algunas de las grandes operaciones corporativas de la última etapa, como la venta de Centroamérica y de los centros de datos, la joint venture con Prosegur- o el pacto con AT&T para acceder a su red en México. La operadora se refirió en un comunicado público a razones "personales" para su salida.
El movimiento de Lloves dejaba una vacante muy relevante en un momento como este, con la nueva estrategia en ciernes -en la que él mismo participó desde que a finales de verano la acción tocara mínimos de la última década- y varias operaciones corporativas en negociación. Ese hueco no ha sido cubierto por ninguno de los directivos del grupo, ni por ningún fichaje, sino que Álvarez-Pallete ha decidido hacer un reparto de sus responsabilidades entre tres de sus directivos de más confianza y no introducir un nuevo nombre en ese círculo. Por tanto, ha dado mucho más poder a sus más cercanos colaboradores en esta nueva fase.
En ese reparto, dos personas de su máxima confianza han ganado muchas más responsabilidades. El más destacado es Eduardo Navarro de Carvalho. En diciembre de 2018, en una de esas remodelaciones del comité ejecutivo, lo trajo desde Brasil, donde era el presidente de la filial. Dos años antes lo envió para liderar la consolidación de aquel mercado. Y tras ejecutar el cometido lo premió con su regreso a Madrid donde fue nombrado director de Comunicación Corporativa y relación con el regulador y asuntos públicos. Ahora le da un nuevo encargo: llevar la estrategia global de la compañía, algo que no es nuevo para él pues ya se encargó de eso entre 2011 y 2014, con César Alierta como presidente y el propio Pallete como CEO.
El segundo gran pilar es Laura Abasolo. Desde el año 2017, en otra de las grandes reformas de Pallete en la cúpula, fue ascendida a directora general de finanzas y control. Es decir, pilota todos los números y las entrañas económicas de la operadora, en un momento donde la batalla por reducir la deuda ha sido uno de los grandes mantras. En este tiempo se ha convertido en uno de los grandes pesos pesados de la directiva. Tras el llamado plan de acción de noviembre, asumió otra responsabilidad: toda la división de Latinoamérica reportaría a ella y no al consejero delegado, Ángel Vilá, como hasta ese momento. Dirigirá, por tanto, la salida progresiva de este mercado, clave para el futuro de la operadora. Ahora, también se encargará del desarrollo corporativo y de Fonditel (fondos de pensiones).
El último nombre es José Cerdán. Su carrera ha sido fulgurante en la compañía, especialmente bajo la presidencia de Álvarez-Pallete. Desde que aterrizó en la compañía en 2011 cuando ésta adquirió la empresa de hosting española Acens (de la que era CEO) ha pasado a ser el jefe del negocio de Empresas de la teleco y, posteriormente y desde el pasado noviembre, consejero delegado de la división estrella Telefónica Tech. Ahora este directivo será el que lidere las alianzas estratégicas. incluyendo la entrada de un socio externo en una división que comprende todos los servicios digitales de la empresa. Pallete viene potenciando este área de negocio en un intento por dar un giro en la visión estratégica de la operadora y complementar la actividad original de telecomunicaciones, muy castigadas en bolsa por los inversores.
Por otra parte, Ángel Vilá mantiene intactas sus funciones como consejero delegado de la compañía, sin que con esta remodelación haya tenido que asumir más responsabilidades. Después de que Abasolo se encargara de Latinoamérica -el nuevo CEO de Hispam le reporta ahora a ella- él mantiene lo fijado desde noviembre, sin más cambios. Formalmente en el organigrama será el que reciba el reporte de divisiones como la de 'Cliente Digital' (del hacker Chema Alonso), la del propio Cerdán y las unidades de negocio de los diferentes países.
Junto a los cambios en el consejo de administración y en la cúpula de los últimos años, la guardia pretoriana de Pallete sigue ganando poder. Por delante tiene el reto de convencer a los inversores para que respalden a la multinacional, con su entrada en las diferentes divisiones (torres y tecnología) o su irrupción en el accionariado para tratar de incrementar el castigado valor en bolsa. Y ya ha elegido a quienes le acompañarán.
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