Tras la pandemia

La nueva movilidad: el tren combate al avión, pero el coche afianza su liderazgo

Los datos monitorizados desde Transportes, Industria, Aena y el INE reflejan que la carretera se ha recuperado más rápido que el resto de transportes y que el avión pierde terreno frente al ferrocarril.

02-08-2021 Imagen de recurso de una carretera, autopista.
ECONOMIA 
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La carretera se ha recuperado mejor que el resto de medios de transporte.
Europa Press

La pandemia del coronavirus ha cambiado la movilidad en el mundo y los nuevos planes de recuperación tienen intención de terminar de modificar la relación de los usuarios con los distintos modos de transporte. Tren, avión y vehículo privado se reparten a los viajeros de manera desigual desde antes de la crisis sanitaria, pero las restricciones a la movilidad y las posteriores medidas de distanciamiento social han influido en la nueva composición.

Así lo prueban datos del Ministerio de Transportes, Industria, Aena y el INE que monitoriza la carrera entre estos tres medios de transporte. La fotografía actual deja un claro titular: mientras el tren ha ido ganándole terreno al avión, el coche ha sido el medio "refugio" ante las posibilidades de contagio, lo que le ha empujado a ser el que más rápido se ha recuperado. Hasta junio -últimos datos disponibles-, la información consultada arroja que mientras avión y tren acumulan todavía un nivel de tráfico superior al 50% respecto a antes de la pandemia, el coche únicamente sufría un descenso de un 1,9%.

Con todo, se observa una caída generalizada todavía hasta junio, fruto de las restricciones que siguieron durante este año a raíz de los rebrotes. La movilidad en estos tres modos presenta tasas negativas desde marzo de 2020, como consecuencia del inicio de la crisis sanitaria. A junio de 2021, el nivel general de pasajeros -excluyendo al coche particular- arrojó un desplome conjunto del -55,8% respecto al mismo periodo del año sin pandemia.

La situación actual puede cambiar en los próximos años tras varias medidas de calado que la Administración pretende llevar a cabo en los distintos medios de transporte y su infraestructura. En la carretera, sin lugar a dudas, la introducción de un sistema pago por uso -ya sea peaje o viñeta- en las autovías de alta capacidad y en el resto de las carreteras, es el plan de mayor influencia. Los representantes del Ministerio de Transportes, concretamente de la Secretaría General de Infraestructuras, consideran que no solo se conseguirán ingresos que repararán el déficit en conservación que actualmente existe en las carreteras españolas, sino que parte de este tráfico se desviará al tren.

El ferrocarril espera ser el gran beneficiado de las nuevas políticas de movilidad

El ferrocarril, por su parte, también prepara sus planes para seguir creciendo en pasajeros y mercancías. Uno de los pilares fundamentales será la liberalización, que ha empezado en la alta velocidad y deberá extenderse al resto de líneas. De momento, ya ha aterrizado un nuevo operador, Ouigo (SNCF), que opera contra el AVE en la línea Madrid- Barcelona con precios agresivos, lo que se ha traducido en un repunte de pasajeros en esta ruta. El próximo en seguir sus pasos será el operador de capital italiano y español, Ilsa. Pero no se espera que una mayor competencia se traduzca necesariamente en una pérdida de poder de Renfe. El operador incumbente también espera un boom de viajeros para los próximos años -118 millones más en 2022 que en 2021-, como explicó esta misma semana su presidente, Isaías Táboas, en el Congreso de los Diputados.

Aerolíneas, las más afectadas

El transporte que se está viendo más golpeado tras la pandemia es el aéreo. De acuerdo a la documentación consultada, su caída es la más acusada, con un retroceso del -61,1% respecto a 2019. Los datos más actualizados se complementan con la información que el gestor aeroportuario estatal, Aena, aporta mes a mes. En septiembre, según sus propias cifras, los aeropuertos de su red registraron 16.316.040 pasajeros y 172.035 movimientos de aeronaves, lo que le ha supuesto recuperar más del 60% del tráfico de pasajeros del mismo mes de 2019.

Pero las previsiones a futuro entrañan algunos peligros. El avión sufrirá la liberalización del tren y verá cómo 600.000 los viajeros anuales dejarán de subirse al avión y pasarán a ir en trenes de alta velocidad. La evolución de esta tendencia será desigual entre rutas. Sin duda, la más castigada será la conocida como puente aéreo Madrid-Barcelona, donde empezarán a competir el máximo número de actores posibles, lo que elevará la oferta para el pasajero.

A ello se suman los planes que el Gobierno tiene para este tipo de rutas de corto radio. En la Administración consideran que dichos trayectos pueden ser sustituidos por el tren, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un modelo mucho menos contaminante. Mientras el avión es responsable del 13& de las emisiones de CO2, el tren apenas lo es del 0,4%. Vecinos europeos como Francia ya se han puesto manos a la obra para restringir estos vuelos de corto radio, si bien en nuestro país figura una idea similar en el plan España 2050: terminar con aquellos trayectos que puedan realizarse en tren en menos de 2,5 horas.

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