Repsol dispara su beneficio hasta los 2.499 millones de euros, el más alto de los últimos diez años, al calor de la escalada de los precios del crudo y el gas, y gracias a unos menores costes de amortización y exploración. La compañía que dirige Josu Jon Imaz se recupera así de las pérdidas de 3.289 millones con que cerró el ejercicio anterior, cuando la empresa registró deterioros multimillonarios y sufrió la caída libre de los precios de los hidrocarburos a raíz de la crisis sanitaria.
La primera petrolera española ha elevado su resultado bruto de explotación (ebitda) un 199,3%, hasta los 8.170 millones de euros, frente a los 2.730 millones de 2020. La deuda neta del gigante energético se situó en 5.762 millones de euros al cierre de 2021, un 15% inferior a la del cierre del año anterior, lo que supone un recorte de 1.016 millones. El nivel de apalancamiento de Repsol (divide la deuda neta entre el capital empleado) se sitúa en el 20%, lo que mejora la disciplina de endeudamiento fijada en el plan estratégico 2021-2025, que fijó el umbral máximo en el 25%.
Con los precios del barril de petróleo en máximos históricos, la 'gallina de los huevos de oro' ha sido el área de Exploración y Producción de Hidrocarburos, con un resultado de 1.687 millones de euros, frente a los 195 millones de 2020. La división Industrial también ha mejorado su desempeño, con un beneficio de 606 millones, un 104% superior al de 2020. Por su parte, el área de Comercial y Renovables ha contribuido con 542 millones de euros, mejorando ligeramente frente a los 485 millones del año anterior.
Repsol tiene previsto proponer en la próxima junta de accionistas una mejora del dividendo, al calor del incremento de los márgenes del negocio de refino
Con esta carta de presentación en la mano, Repsol tiene previsto proponer en la próxima junta de accionistas una mejora del dividendo respecto a lo previsto en su plan estratégico. Esta hoja de ruta fijaba una retribución de 0,6 euros por acción para un escenario base. El incremento de los márgenes del negocio de refino respalda la mejora del dividendo, que la compañía ya anunció al cierre del tercer trimestre del año pasado, que pasa por elevar un 5% el dividendo en efectivo, hasta los 0,63 euros por título, a lo que habrá que sumar una reducción del capital social de 75 millones de acciones propias.
El resultado neto ajustado, que no tiene en cuenta la volatilidad de los precios y solo pondera la evolución de los negocios, se situó en 2.454 millones al cierre del pasado ejercicio, frente a los 600 millones de 2020. La reducción de costes de exploración, una tendencia que el grupo ha consolidado en los últimos años, y las menores amortizaciones, una vez superadas las provisiones contra los efectos de la pandemia, también han impactado positivamente el resultado.
El presidente de la petrolera, Josu Jon Imaz, ha hecho balance del pasado ejercicio. "Ha sido un año extraordinario. Hemos alcanzado los mejores resultados de Repsol en la última década. Esto supone una clara evidencia de la alta calidad e integración de nuestro portafolio, de una gestión disciplinada y una estrategia orientada hacia el futuro". Imaz ha incidido en la sólida posición financiera que ha logrado el grupo a lo largo del último ejercicio. El flujo de caja libre aumentó un 43%, hasta 2.839 millones de euros, gracias al desempeño del negocio upstream. La generación de caja operativa alcanzó los 5.453 millones de euros, un 70% superior a la de 2020.
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