¿Repsol 'en verde'? Defensa del refino y tres cuartas partes de las reservas en gas

Las petroleras han invertido 8.000 millones en refinerías.
Las petroleras han invertido 8.000 millones en refinerías.

Repsol ya no tiene dudas. La compañía petrolera ha asumido que el futuro de la economía pasa por la descarbonización y el abandono progresivo de los combustibles fósiles y ha anunciado un plan para adaptar la compañía a los nuevos tiempos. Ni será fácil, ni será barato. Para empezar, la empresa ha anunciado un ajuste contable, al estilo de lo que hicieron en su momento Naturgy o Endesa,  para devaluar los activos más contaminantes por valor de 4.800 millones. Pero la adaptación va a ser lenta. Repsol mantiene la apuesta por el negocio del gas con el argumento de que contamina menos que el petróleo y es necesario para asegurar el suministro energético.

Hoy por hoy, el gas representa cerca de tres cuartas partes de las reservas de la compañía y dos tercios de su producción. Es el gran activo. Hasta tal punto de que, el mismo día que la petrolera informaba a los mercados de su hoja de ruta para dejar de ser una de las compañías más contaminantes del país -con emisiones netas cero en el año 2050- su socio ruso Gazprom, hacía público el cierre de un acuerdo societario para explorar nuevos yacimientos de gas en Siberia.

El anuncio de Gazprom,según explica la compañía, fue esbozado en sus grandes líneas el pasado verano. Pero es coherente con el guión empresarial aplicado en los últimos años. La petrolera ha conseguido más de 50 hallazgos de hidrocarburos entre 2007 y 2019. De ellos, diez han sido considerados entre los más grandes del mundo en sus respectivos años de descubrimiento y más de la mitad de los descubrimientos están actualmente en producción.

Nuevos mercados

Como el resto de las grandes petroleras en el mundo, Repsol lleva tiempo abriéndose hueco en mercados que le eran ajenos pero que se ajustan más a una economía que abandonará progresivamente el consumo de los combustibles fósiles. Con ese fin, la petrolera adquirió  a Viesgo 2.350 MW de potencia eléctrica repartidos en dos ciclos combinados y tres hidroeléctricas, además de su comercializadora de gas y electricidad. Con filial comercializadora propia -Repsol Electricidad y Gas-, la petrolera se ha convertido en relativamente poco tiempo en un actor relevante. Y quiere más. El plan recién presentado eleva un 66% sus objetivos actuales de capacidad instalada a 2025, pasando de los 4.500 MW a 7.500 MW.

Pero a dios rogando y con el mazo dando. Giro verde sí, pero controlando los costes. Mientras la compañía publicita la nueva estrategia, trabaja con el resto de las petroleras para sostener, en la medida que se pueda, la parte del negocio que peor encaja en los nuevos tiempos: la actividad refinera, la más vinculada a los combustibles fósiles y a la contaminación medioambiental.

Los tiempos se aceleran. Hace apenas un año, las petroleras agrupadas en la asociación AOP cuestionaron en público la estrategia medioambiental del Gobierno de Pedro Sánchez. Repsol, junto a Cepsa y a BP, las compañías propietarias de las ocho refinerías abiertas en España recordaron al Ejecutivo que en lo peor de la crisis, entre los años 2008 y 2013, invirtieron 6.500 millones de euros en instalaciones que son fundamentales para la actividad exportadora del país y para la supervivencia económica de zonas muy golpeadas por la crisis. La inversión en refinerías hasta la fecha ronda los 8.000 millones, según fuentes de las empresas.

Un cambio espectacular

Desde entonces, el cambio ha sido espectacular. Las petroleras han recogido las velas de la crítica y de la oposición. En un año, las compañías han pasado de cuestionar en público a la ministra de Transición  Ecológica Teresa Ribera a manejar con naturalidad sus argumentos. El presidente de AOP -y de BP España- Luis Aires, admite que el aumento internacional de emisiones de gases en 2018 del 2%, el mayor en ocho años, muestra una senda "insostenible", lo que requiere nuevas estrategias de negocio.

Repsol comparte la idea. La asociación AOP propone convertir las ocho refinerías españolas -cinco de Repsol, dos de Cepsa y una de BP- en centros de producción de combustibles elaborados con materiales ecológicos: biomasa, residuos e hidrógeno producido a partir de energías renovables. Es la concreción en España de los planes adelantados hace un año por las grandes multinacionales del petróleo en la iniciativa FuelsEurope.

El plan, según AOP, implica una inversión por concretar "de cientos o miles de millones de euros". El fin es rebajar en 2050 un 90% las emisiones de CO2 del sector del refino, y hasta un 80% la intensidad de las emisiones de los carburantes. Además, compromete el mantenimiento de 200.000 empleos de alta calidad, estables y bien remunerados. Pero nada es gratis. A cambio, la AOP reclama al Gobierno de turno que respete la "neutralidad tecnológica", un marco regulador estable para invertir y lo que es también fundamental una fiscalidad que favorezca el consumo de los que denomina "ecocombustibles", especialmente dirigidos a la aviación, el transporte pesado (camiones) y el transporte marítimo.

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