Repsol, en el punto de mira de EEUU por su actividad en Venezuela, registró unas pérdidas de 5.282 millones de euros en el cuarto trimestre de 2019 frente a los beneficios de 632 millones del mismo periodo del año anterior. En el conjunto de 2019, los números rojos se situaron en 3.816 millones frente a las ganancias de 2.341 millones de 2018, según ha informa la compañía a la CNMV. Los resultados están marcados por la nueva ronda de provisiones relativa a Talisman, la petrolera canadiense que compró en 2015 y que no ha dejado de dar 'sustos'. Las acciones de Repsol reaccionan con caídas del 0,5%, hasta 12,3 euros.
“Las provisiones han sido registradas principalmente en activos de upstream (explotación y extracción de crudo) por valor de 4.849 millones de euros, mayoritariamente en Estados Unidos y Canadá, tras asumir la compañía un escenario más bajo de precios de crudo y gas consistente con previsiones de transición energética y con los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Adicionalmente, Repsol, prudentemente, ha dotado una provisión de 837 millones por el arbitraje Addax (Sinopec-Talisman)”, explica la compañía.
La compañía achaca las cifras a su plan para alcanzar las 'cero emisiones' dentro de 30 años (2050) "asumir nuevos escenarios de precios del crudo y el gas consistentes con los objetivos climáticos del Acuerdo de París". En este sentido, Repsol señala que ha corregido a la baja el valor contable de algunos de sus activos por un importe de 4.849 millones. La petrolera española se encuentra desde principios de febrero bajo la lupa de EEUU por sus actividades de Venezuela, que ya han provocado la sanción de la rusa Rosneft.
La deuda neta del grupo a cierre de 2019 se situó en 8.083 millones de euros incluyendo la nueva NIIF 16 que obliga a declara como pasivos los arrendamientos y alquileres. No obstante, este marco contable casi duplica sus niveles anteriores de deuda La cifra sin esta norma fue de 4.220 millones, 781 millones superior a la de 2018 e impactada por una posición de autocartera de 81 millones de acciones a cierre de 2019.
El beneficio cae un 13% sin ajustes
Sin los borrones contables, el resultado neto ajustado, que mide la marcha de los negocios de la compañía, se redujo un 13% en 2019, hasta los 2.042 millones de euros. "Esta cifra, obtenida en un contexto en el que los precios del crudo y del gas disminuyeron de forma significativa y en el que se registraron menores márgenes internacionales en los negocios industriales, refleja la fortaleza y capacidad de generación de valor de Repsol", explica la empresa.
En este sentido, en 2019 la cotización media del crudo Brent descendió hasta los 64,2 dólares por barril, un 10% menos de lo registrado en 2018, mientras que el WTI sufrió una caída mayor, del 12%, situándose en una media anual de 57 dólares por barril. Por su parte, el precio medio del gas Henry Hub bajó un 16%, hasta los 2,6 dólares por MBtu.
Malos resultados, recompra de acciones
Repsol mantendrám su política retributiva pese a los malos resultados. La compañía aumentó su flujo de caja operativo un 8%, hasta 5.837 millones de euros. "Esta fortaleza de la caja motivó que, el pasado mes de julio, el Consejo de Administración acordase proponer a la próxima Junta General aumentar la retribución al accionista a través de una amortización de un 5% del capital social a 31 de diciembre de 2018, lo que se añadirá a las que eventualmente puedan realizarse con motivo de los diferentes 'scrip dividend'", recuerda la empresa.
Repsol espera que antes de la Junta General de Accionistas, que se prevé celebrar en mayo, se lance un programa de recompra de acciones vinculado con la reducción del 5% del capital social. La decisión se suma a la mejora acordada para el dividendo que, con un incremento anualizado del 8% respecto a 2017, alcanzará 1 euro bruto por acción en 2020 bajo la fórmula del scrip dividend (pago en acciones) y la reducción de capital correspondiente para evitar cualquier dilución.
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