Oliú sugirió un rescate para aerolíneas y hoteleras

El riesgo en pymes y turismo convierte a Sabadell en objetivo de los hedge funds

  • La "entidad referente líder" en este segmento de actividad es una de las que más está sufriendo en bolsa, pero el sector al completo está afectado.
Oliu y Guardiola, presidente y CEO de Sabadell, renuncian al variable de 2020
Oliu y Guardiola, presidente y CEO de Sabadell, renuncian al variable de 2020
EFE

Movimientos en el sector turístico y caídas pronunciadas en bolsa para la banca. A medida que se desarrollan los meses de confinamiento, las compañías españolas van cambiando de pareceres, y más allá del impacto inicial, la última decisión tomada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como regulador del parqué español de levantar la prohibición que pesaba sobre los cortos, ha hecho que varios sectores del selectivo ahonden en el rojo. Uno de los más afectados ha sido el de la banca, con una posición destacada para Bankia y Sabadell. Este último está acusando su exposición a pymes y turismo, dos de los focos de daños económicos del coronavirus, y los 'hedge funds' ya han empezado a rondarle. 

En concreto la entidad que preside Josep Oliu contaba a cierre del primer trimestre con una exposición a grandes empresas y pymes dedicadas al sector turístico -en el que se incluyen hoteleras, aerolíneas, resto de transportes, hostelería y ocio- de unos 8.700 millones de euros sobre una cartera total de 142.000 millones de euros. Cabe recordar que hace apenas unos meses, a cierre del ejercicio de 2019, la entidad decía de sí misma que era "referente líder del sector" al haber sido galardonada con el sello 'Q de Calidad Turística'. 

Con gran parte de los hoteles cerrados desde hace más de dos meses y una temporada por delante que no se antoja fácil, la entidad financiera está sufriendo por la vuelta de los 'hedge funds' al parqué. Sabadell debe defender unas cifras de su dirección de Negocio Turístico que cerró 2019 con una cartera de 13.925 clientes, un volumen de negocio de más de 4.051 millones de euros y operaciones por importe de 1.410 millones de euros, de acuerdo con el informe anual de la entidad. 

Por todo ello, el presidente de la entidad, Josep Oliu, se manifestó el pasado martes en un 'webinar' organizado por la cadena hotelera Hotusa a favor de que sea Europa la que rescate empresas del sector turístico -como Alemania ha hecho con Lufthansaen vez de continuar dándoles liquidez a través de créditos o avales de cada país, ya que esto ahonda en las diferencias entre unos y otros y puede llegar a crear problemas de competencia, teorías que tanbién se manejan en el sector. "¿Por qué tenéis que pagar vosotros de estas pérdidas causadas en vuestro sector por culpa de una defensa social?", preguntó, recalcando que "las pérdidas siguen estando igual". 

Pero más allá de esta importante parte de la economía española, hay un segmento empresarial en el que Sabadell es especialmente activo, el de las pymes. Un 20% del total de préstamos y anticipos a la clientela otorgados por el banco hasta el pasado mes de marzo tenían como destinatario una pequeña o mediana empresa, compañías que por su estructura se están viendo seriamente afectadas por la incidencia del coronavirus. Además, este segmento es uno de los que cuenta con mayores niveles de morosidad, solo superado por el inmobiliario, situando la ratio en cifras cercanas al 6,5% mientras la media de la entidad se quedaba en marzo en el 4,92%. 

La peor acción en el Covid-19

Con los males de rentabilidad del sector financiero como mar de fondo, la cotización de Sabadell registra el peor comportamiento en el Ibex 35 en lo que va de 2020 con un desplome acumulado del 73%, es decir, que ha perdido tres de cada cuatro euros de su valor en bolsa. Cerró 2019 con una capitalización en bolsa de 5.800 millones de euros y ha cerrado este miércoles en 0,265 euros, apenas 1.500 millones. Y todo ello a pese a que la sombra de la anterior crisis que se cierne sobre el sector no tiene nada que ver con la situación actual pues los balances y los fundamentales en general, y de Sabadell en particular, están mucho más saneados y fuertes que entonces.

Pese a que el bancario es uno de los sectores que no ha sufrido el cierre de actividad, el castigo bursátil a Sabadell supera ya al registrado por IAG, el dueño de Vueling o Iberia. Por el camino se han producido numerosos movimientos de ‘insiders’ en torno a sus acciones. El más destacado ha sido el movimiento del financiero mexicano David Martínez Guzmán, que ha abandonado la segunda posición individual del accionarial del banco por detrás de Blackrock, que declara el 4,97% aunque repartido entre decenas de sus fondos de inversión y no con una única titularidad. Martínez, a través de su pantalla luxemburguesa Fintech Sarl, controlaba el 3,49% del capital, pero la semana pasada vendió un 0,04% o 2,5 millones de acciones del Sabadell por algo más de 800.000 euros.

El movimiento contrasta con la confianza mostrada por la cúpula directiva de la entidad. El director financiero, Tomás Varela, compró 85.910 acciones a 0,3 euros por título por unos 25.000 euros, mientras que el exsecretario de Estado David Vegara se hizo hace algunas semanas con bonos de la entidad por unos 140.000 euros. Tras las ventas de Martínez, el nuevo accionista individual con más acciones es Sanders Capital LLC, una gestora de fondos y carteras con sede en Nueva York, que en febrero, antes del último crash bursátil, comunicó a la CNMV que estaba en posesión del 3,473% del banco que preside Oliú.

Sea como fuere la situación de Sabadell y también la de Bankia, la entidad que le acompaña en la lista de peor paradas por la crisis de la pandemia, ha hecho que los tambores de fusión vuelvan a sonar en el mercado y entre los analistas. Este mismo miércoles, Rafael Alonso, analista de Bankinter, señalaba en su informe diario que "el mercado especula con esta posibilidad desde hace tiempo, incluso como mecanismo para diluir la posición del Estado a través del FROB en Bankia", que se sitúa actualmente por encima del 68%. Para él, la decisión tendría sentido estratégico al aumentar la diversificación por líneas de negocio -Sabadell es fuerte en pymes y Bankia en hipotecas- y geográfica. Otra cosa es que la situación actual favorezca un impulso político de una operación en la que el Gobierno tiene mucho que decir.

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