"No hay turistas; así de simple"

El 'salvavidas' de septiembre se hunde y aboca al cierre de los hoteles en la costa

El músculo turístico español, que en muchas regiones se mantiene operativo todo el año, se ve obligado a renunciar (todavía en verano) y sin fecha de vuelta.

Hoteles cerrados
El 'salvavidas' de septiembre se hunde y aboca al cierre a los hoteles de la costa.
Europa Press

Septiembre era el salvavidas. Ni siquiera eso; era un clavo ardiendo. Tras un junio tímido, un julio prometedor —hasta el aluvión de cuarentenas europeas— y un agosto para olvidar; el músculo turístico del país tenía fe en poder facturar, cuando menos, durante el mes de septiembre antes de vaciar piscinas, colgar delantales y aparcar las barcas a pedales. No pudo ser. En muchas zonas, el cierre de los hoteles una vez terminada la temporada alta es, además, algo inaudito. La Costa del Sol, la Balear o la Costa Blanca suelen mantener su planta hotelera abierta todo el año —o, al menos, hasta bien entrado noviembre— para seguir acogiendo turismo extranjero, personas de la tercera edad o turismo deportivo, pero este año no. "Este año es imposible". Fuentes de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FHEM) lo resumen en pocas palabras: "No hay turistas y pocas compañías pueden permitirse abrir solo para mantener a la plantilla". Hoy, cuando en circunstancias normales un 90% de la planta estaría operativa en la isla, la cifra se reduce a un escueto 21%

el dato

  • En las Islas Baleares, la región más turística de España, se recibieron en julio 8.871.711 turistas menos que en 2019.

La estocada final la dio Boris Johnoson. Las federaciones hoteleras de Mallorca, Benidorm o de Girona se encuentran todas ellas en un lugar común: fueron las cuarentenas y demás restricciones al turista nacional llegadas desde Reino Unido, Francia o Países Bajos las que marcaron el principio del fin. Luis Callejón, presidente de AEHCOS (Asociación Hotelera de la Costa del Sol) previó hace más de un mes, en conversación con este diario, que los pocos hoteles que permanecían abiertos en el litoral no lograrían cruzar la frontera del mes de septiembre. No se equivocaba. En la propia Costa del Sol prevén llenar solo un 23% de camas estos días, cuando el porcentaje rondó el año pasado el 72%, tal y como informa el Diario Sur. Callejón también predijo que "hay que dar por perdido el año entero" y en eso tampoco parece que anduviera muy desencaminado. Su asociación vaticina que en invierno cerrará un 80% de la planta, que es el porcentaje que se mantuvo abierto en la misma época el año pasado.

Rafael Barba, presidente de la Asociación Hotelera de Huelva: "Situamos el regreso de la actividad en torno a mayo de 2021"

En Benidorm todavía permanecen abiertos un 68,83% de los hoteles, pero las malas noticias llegan con la previsión de cara a las próximas semanas. Según la Asociación empresarial hotelera y turística de la Comunidad Valenciana (HOSBEC) solo en Benidorm ya han anunciado el cierre temporal hasta doce hoteles, además de otros cuatro en el conjunto de la Costa Balanca. En Huelva, "más de lo mismo", tercia el secretario general de la Asociación Provincial de Hoteles de Huelva (AHPP), Rafael Barba. "El asunto es muy grave para nosotros porque se nos ha caído todo el segmento del Golf, muy importante en Huelva y que comienza después del verano". Las últimas dos semanas de septiembre se prevén duras para los hoteleros onubenses: solo un 35% de los complejos se mantendrán abiertos. ¿La fecha en la que se prevé el regreso de la actividad? "No es posible pronosticar demasiado, pero situamos la vuelta en torno a mayo del 2021", concluye.

Baleares y Canarias: de la abundancia al desierto

Isla de Mallorca. 16 de septiembre de 2020. De los 841 hoteles asociados a la FHEM, solo resisten 180 (alrededor de un 21%). Fuentes de la federación reconocen "preocupación". No obstante, se esmeran en remarcar la gran diferencia entre "sufrir una crisis de destino y una crisis sanitaria". Desde la FEHM dan importancia a la gran inversión —de hasta 2.000 millones de euros— que se ha hecho en la isla en las últimas campañas para mejorar y evolucionar a una gran parte de sus hoteles, que "pasaron de contar con dos o tres estrellas a lucir cuatro o cinco". Eso, opinan, les permitirá recuperarse rápidamente en el momento en que las restricciones internacionales den un respiro a los hoteleros. Al Gobierno le piden que "actúe rápido" y que asegure la prórroga de los ERTE. "Nosotros no perdemos la esperanza en absoluto", apostillan las fuentes consultadas, "pero necesitamos que las autoridades estén a la altura".

Y es que en el conjunto de Baleares se contaron en julio de este año 1.660.681 pernoctaciones hoteleras según el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que el mismo período, pero en 2019, la cifra se situó en 10.532.392. Algo parecido ha sucedido en Canarias: nada tienen que ver las 1.024.428 pernoctaciones de este julio con las 6.270.690 de 2019. En ambos territorios, como en la propia Costa del Sol, el cierre golpea de lleno a su economía. Se trata de zonas que han logrado 'destemporalizar' el turismo, es decir, adaptar su oferta a todas las épocas del año con tal de no dejar de recibir hordas de visitantes; pero el virus ha arrasado con todo. Menos han caído, aunque también, aquellas provincias especializadas en el turista nacional. Por ejemplo, Cádiz ha podido aguantar el tipo superando el 50% de las pernoctaciones hoteleras que promedió en 2019; un dato que, si bien no le permite hablar de éxito, sí que es sustancialmente mejor, en cifras porcentuales, que el de las provincias consagradas al turista internacional.

Solo un 50% de trabajadores vuelven del ERTE

En Huelva, Málaga, Canarias, Baleares o Benidorm están acostumbrados a no plegar la sombrilla hasta finales de octubre y a no cerrar nunca. Los trabajadores de la hostelería no tienen tiempo de sentir la nostalgia propia del final del verano. Llega un momento en el que cambian los cócteles por chocolates calientes, pero siguen atendiendo al turista. Este año, en cambio, todo es distinto. De hecho, muchos tuvieron que marcharse a casa como parte de un ERTE y todavía no han podido volver. En cifras totales, es decir, que incluyen a todos los empleados hoteleros y no solo a los del litoral, solo un 50% de los que se fueron al ERTE se han reincorporado ya; muchos menos que el 77.55% que ya ha regresado en el resto de sectores, apunta la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) en un comunicado. Jorge Marichal, su presidente, avisa de que "si se prolonga el parón, desaparecerá gran parte de las empresas y el empleo". Como una posible solución, señala a la articulación de unos ERTE específicos para el sector hotelero, vigentes hasta Semana Santa, que permitan la entrada y salida de empleados en función de la coyuntura turística.

El dato

  • Solo un 50% de los empleados hosteleros que se fueron al ERTE se han reincorporado ya a sus puestos de trabajo.

"Terminamos el año con pérdidas, eso seguro". Desde la Costa Brava, meca del turismo interior catalán (con permiso de Tarragona) y puerto de llegada del visitante francés, recuerdan el preciso instante en el que se derrumbó su particular castillo de naipes. Fuentes de la Federació d’Hostaleria de les Comarques de Girona reconocen las restricciones que impuso Macron a sus compatriotas que viajaran a España como el momento en el que se echó a perder la temporada. Algunos de los hoteles ubicados en Blanes, Lloret de Mar y Tosa, donde se concentra la mayoría de los recursos turísticos de la región (70.000 camas), cerraron a finales de agosto. La mayor parte hizo lo propio tras el puente del 11 de septiembre y los pocos que quedan lo harán en octubre, siempre según fuentes de la Federación. 

Hasta el 2019, lo que tenían en común todos los cierres temporales tras la temporada alta era la seguridad de que, en poco tiempo, sus empleados volverían a quitar el polvo a los muebles, limpiarían la piscina y los turistas invadirían de nuevo sus complejos. Las lógicas del 2020, claro está, son bien distintas. Los complejos que cierran de forma prematura este septiembre no saben cuándo abrirán y, en el peor de los casos, no todos tienen la certeza de que volverán a hacerlo. El turismo, una de las principales bazas de la economía nacional es difícilmente compatible con la COVID-19 y, a modo de advertencia, los afortunados que han capeado el temporal avisan: a duras penas hemos salvado este curso; hacerlo otra vez es tarea imposible. 

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