La SEPI templa gaitas con las aerolíneas que aún esperan su salvavidas, en pleno frenazo del ente público a los rescates aún pendientes. La polémica generada por al inyección de 53 millones de euros a Plus Ultra ya ha llegado a los tribunales y el holding público ha vuelto a revisar con lupa cada petición, también aquellas ya apalabradas. Este parón ha disparado el pánico a gran altura. La SEPI trata de calmar las aguas, tal y como apuntan fuentes cercanas al proceso consultadas por La Información, garantizando a las compañías aéreas que sus rescates llegarán "tarde o temprano". La cuestión es cuánto podrán resistir las aerolíneas, a la cola de los 10.000 millones del fondo SEPI, mientras la pandemia sigue impidiéndoles levantar el vuelo .
La SEPI tiene en el aire alrededor de una treintena de solicitudes para recibir una parte del citado fondo de rescate, ideado para auxiliar a las empresas estratégicas del país. Buena parte de estos expedientes corresponden al sector turístico y, dentro de este, al transporte aéreo. Air Europa inauguró este balón de oxígeno, al recibir 475 millones para lidiar con los estragos del coronavirus. Plus Ultra fue la segunda aerolínea en acceder al fondo, pero los 53 millones que el Gobierno concedió al grupo generaron tales reservas que el caso ha llegado al Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid. Este tribunal ha abierto diligencias contra el vicepresidente de SEPI, Bartolomé Lora, y contra todos los miembros del consejo del holding público.
Pese a que las diligencias están en un proceso inicial, el cariz que ha tomado el escándalo ha levantado ampollas entre los funcionarios de la SEPI, que temen las eventuales consecuencias que puedan derivarse de la citada acusación formal de malversación de fondos públicos y prevaricación. Frente a la amenaza de una mancha en su carrera profesional, la plantilla de la entidad adscrita al Ministerio de Hacienda ha empezado a aplicar una severa vara de medir ante cualquier expediente susceptible de ser cuestionado.
La situación ha dejado en cuarentena los rescates pendientes del sello de la SEPI. Entre la amalgama de compañías cuyos expedientes siguen en revisión existen aerolíneas como Air Nostrum, que ha solicitado al Estado una ayuda de 130 millones. Un vistazo al historial de la franquiciada de Iberia despeja las dudas sobre la pertinencia de su rescate: el grupo se anotó al cierre de 2020 su primer ejercicio en rojo en seis años, tras registrar pérdidas por valor de 129 millones. Las restricciones a la movilidad derivadas de la crisis sanitaria están detrás de los peores resultados de la historia de la aerolínea valenciana, de la que dependen 1.400 puestos de trabajo.
La propia naturaleza del negocio aéreo ha convertido a las aerolíneas en una de las principales víctimas de la pandemia: grandes estructuras que implican elevados costes de capital y un agresivo nivel de competencia que obliga a los gigantes del sector a operar con márgenes muy pequeños. Este cóctel explica el desplome del margen de beneficios sobre ventas que sufrió el sector aéreo a escala global, pasando del 11% al -45% en 2020. Este giro en las cuentas ha sumido a las aerolíneas en una verdadera carrera por elevar su disposición de liquidez y captar capital, a través de tres canales: emisión de bonos, créditos de la banca y préstamos otorgados por el sector público.
El factor tiempo es el gran enemigo de las compañías aéreas, que prevén otro año en rojo, con pérdidas de hasta 99.500 millones al cierre de 2021
El monitoreo de la vacunación en Europa mete presión al sector aéreo. Desde el pistoletazo de salida de la campaña el pasado 27 de diciembre, 6 millones de personas han recibido la pauta completa en España, lo que se traduce en que el 12,6% del censo ya está completamente vacunado. El objetivo europeo es llegar a la inmunidad de rebaño (70% de la población inmunizada) a finales de julio, un hito que España no prevé alcanzar hasta finales de agosto. Pero la última hora llegada desde Bruselas impide calmar los ánimos a gran altura: apenas el 8,7% de los europeos ha recibido ya los dos pinchazos.
El factor tiempo se ha convertido en el gran enemigo de las compañías aéreas. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) prevé otro ejercicio en negativo para el sector, con pérdidas de hasta 99.500 millones de euros al cierre de 2021. En el mejor de los casos, la industria volverá a la senda del beneficio en el tercer trimestre. En este escenario, el escaso margen con que cuentan las compañías aéreas para ajustar sus elevados costes ha empujado a estas compañías a una situación límite. La ayuda de la SEPI es clave para reflotar a un sector que, antes de la pandemia, generaba alrededor del 3,5% del PIB mundial.
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