Los Benetton convocan Junta en Atlantia 

Société Générale tratará de 'colar' a ACS en la puja por ASPI antes del 28 de mayo

Los 10.000 millones que la constructora ha ofertado por ASPI están lejos de los 12.000 en que los fondos valoran la compañía, cuantía que el grupo sí podría igualar en una oferta conjunta con la entidad italiana.

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Florentino Pérez, presidente de ACS
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Cuenta atrás en la puja por Autostrade (ASPI). Atlantia ha anunciado que convocará una junta general de accionistas el próximo 23 de abril para evaluar la oferta de la sociedad pública Cassa Depositi e Prestiti (CDP) por su 88% en ASPI, oferta sobre la que la entidad liderada por los Benetton tomará una decisión definitiva antes del 28 de mayo. El reciente mensaje de Atlantia sumado a la primera mención a la acción de oro de boca del Gobierno italiano dan ahora prioridad a la actuación de Société Générale, a quien la empresa que pilota Florentino Pérez le ha encomendado el encargo de emulsionar una alianza con el capital italiano. Un acuerdo que, tal y como apunta el comunicado que Atlantia ha difundido este viernes, debería rubricarse antes de finales del próximo mes.

El grupo español ha sabido leer las señales llegadas desde el país transalpino. Todo apunta a que las puertas de Autostrade solo se abrirán a forasteros si entran cogidos de una mano italiana. Precisamente este es la misión que le ha encargado la constructora a Société Générale. El reloj corre en contra del banco de inversión francés que ya trabaja en incluir a ACS en una puja que desde el principio ha liderado CDP cuya oferta vinculante alcanza los 9.100 millones. La firma en manos de los Benetton valorará, a su vez, las mejoras sobre la oferta de CDP por su 88% en ASPI realizadas a instancias de la misma Atlantia antes de tomar la decisión definitiva en la asamblea del 28 de mayo: "Se convocará una nueva reunión de la Junta antes del 23 de abril para examinar el contenido de la oferta (de CDP) a fin de garantizar que todos los aspectos de los antecedentes relacionados, la transacción (...) y cualquier escenario alternativo estén completamente cubiertos".

Comunicado remitido por Atlantia a sus accionistas
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La oferta de ACS por el 88% de Atlantia en la red italiana de autopistas de peaje pone el tope en los 10.000 millones. Ni la propuesta del gigante español ni la de CDP -que concurre con Macquarie y Blackstone- han logrado subir la puja a los 12.000 millones en que los  grandes inversores de Autostrade valoran la compañía, cuantía que ambos inversores sí estarían en disposición de igualar si concurren de forma conjunta. Esta parece ser la única vía para salvar los dos grandes escollos que separan a ACS de la concesionaria italiana: la distancia entre el precio que el grupo puede pagar y la valoración que hacen de ella los fondos presentes en el capital, y el arbitraje conservador del Gobierno local ante cualquier ofensiva extranjera.

En medio de la mayor crisis económica de las últimas décadas, el hemiciclo italiano es terreno pantanoso para el asalto de inversores foráneos sobre sus empresas estratégicas, aún con el soplo europeísta que ha supuesto la designación del expresidente del BCE, Mario Draghi como primer ministro. Así lo apuntan fuentes financieras consultadas por La Información. La reciente alusión del ministro de Infraestructuras, Enrico Giovannini, a la consideración del Gobierno transalpino a ejecutar la acción de oro para frenar la apuesta de ACS por Autostrade confirma la percepción de los mercados. 

La participación del 88% de Atlantia en Autostrade benefició a los Benetton con ingresos anuales por valor de 4.000 millones de euros antes de la Covid-19

ACS era muy consciente de las reticencias del Ejecutivo italiano a dejar los 3.200 kilómetros de vías de pago del país en manos extranjeras. "El Grupo ACS confirma que ha remitido una carta al Consejo de Administración de Atlantia en la que manifiesta su interés en participar, junto con otros posibles inversores entre los que se encuentra la Cassa Depositi e Prestiti, en la posible adquisición de la participación de esa compañía en ASPI", reza el comunicado que la concesionaria trasladó a la CNMV. Dicha participación benefició a la compañía en manos de los Benetton con ingresos anuales por valor de 4.000 millones y un ebitda cercano a los 2.300 antes de la Covid-19.

El gran interés de los fondos internacionales -respaldados por una liquidez con la que no pueden competir otro tipo de inversores- por el negocio de las carreteras de pago ha curtido a los operadores de autopistas tradicionales en el desarrollo de estrategias de coinversión. Es el caso de la unión de fuerzas de la propia ACS y Atlantia, que permitió a ambas concesionarias hacerse con Abertis en 2018. También el de Ferrovial que ha cerrado varias alianzas en los últimos años -con el operador de infraestructuras australiano Plenary y con el fondo galo Meridiam, entre otros- para hacerse un hueco en el mercado internacional de concesiones. 

Más allá de la alianza con CDP en la que ya trabaja Société Générale, ACS cuenta con Key Capital Partners, otro de los asesores históricos de Florentino Pérez, para ejecutar el encaje de bolillos que supone convencer al Gobierno de Mario Draghi de las buenas intenciones tras el asalto de ACS en Autostrade. Entre las filas del banco de inversión está Borja Prado, directivo y accionista de la firma, quien se postula como 'hombre bueno' entre ACS y el Ejecutivo italiano. El estrecho vínculo entre Prado y el tejido corporativo del país transalpino -entre otras cuestiones debido a su papel como expresidente de Endesa y de la entidad financiera italiana Mediobanca- convierten al empresario en una pieza que puede resultar clave en las aspiraciones de Florentino Pérez.

Key Capital será la encargada de limar con Draghi el escollo del dividendo, punto esencial para lograr el beneplácito de la Administración italiana a la entrada de ACS en ASPI. Las razones para explicar este obstáculo datan de 2018, cuando tuvo lugar el hundimiento del Puente Morandi de Génova bajo la gestión de Autostrade y, por consiguiente, de Atlantia. Los informes técnicos atribuyeron el incidente a un mantenimiento deficitario, lo que puso contra las cuerdas a los Benetton frente al Gobierno italiano y desembocó en la venta forzosa de la concesionaria. ACS tendrá que ir con pies de plomo para aprovechar esta oportunidad que garantizaría al grupo la expansión de su negocio concesional -que en España está de capa caída-,  clave del último plan estratégico de la constructora.

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