Talgo continúa buscando oportunidades por el mundo para expandir su negocio y ha puesto sus ojos en Australia, país poco conocido para la industria ferroviaria española, pero cuya estabilidad y fortaleza facilitan los planes de crecimiento de compañías. Aprovechando que la tecnología de sus trenes es adaptable a la mayor parte de sistemas ferroviarios mundiales, la compañía de los Oriol sondea la posibilidad de llegar al país y mantiene abiertas conversaciones con el gobierno australiano.
Según recoge el medio local InDaily, Talgo habría ofrecido al ejecutivo oceánico trasladar hasta allí sus trenes para realizar una prueba piloto en una línea de 55 kilómetros entre Adelaida y Mount Barker, infraestructura que no está bajo la tutela del Estado. La constructora busca probar si la tecnología pendular de sus coches sería capaz de reducir los tiempos de trayecto entre ambos puntos, actualmente separados por unos 70 minutos, con vistas a reducirlos en el entorno de los 45 ó 50 y logrando competir frente al autobús o al vehículo privado.
Posible trayecto Adelaida-Melbourne
En caso de que la prueba funcionara, la constructora habría ofrecido al gobierno australiano avanzar en una segunda etapa que consistiría en estudiar la viabilidad de un servicio de tren rápido entre Adelaida y Melbourne, la segunda y quinta ciudades más pobladas de la gran isla, que actualmente están unidas por 828 kilómetros de vías que se recorren en diez horas y media. En un futuro, ese servicio podría extenderse a otros destinos más al este de ambas ciudades, como Canberra, capital del país, o Sídney, la ciudad más poblada.
"No es ningún secreto" que Talgo quiera probar sus trenes en Australia "con el objetivo de poder mostrar su tecnología en todo el mundo", aseguró el director ejecutivo de Infraestructuras y Transporte, Jon Whelan, en una intervención en el parlamento recogida por dicho periódico. Consultados por esta cuestión, desde Talgo aseguran que "es conocido" su interés por el mercado australiano, pero a día de hoy se encuentran en una fase "muy preliminar" en la que están "analizando los requerimientos técnicos del mercado".
En busca de financiación
Para desarrollar esta prueba, la empresa estaría buscando financiación por valor de 2,5 millones de dólares australianos (1,5 millones de euros), y que según cuentan desde Australia podrían ser facilitados por el gobierno de España mediante alguno de sus instrumentos financieros. Además, deberá solicitar los correspondientes permisos a la administración ferroviaria local (ARTC), un proceso que podría alargarse 12 meses; alquilar locomotoras que remolquen sus vehículos y acordar la operativa con una empresa local.
La tecnología de la constructora española permitiría alcanzar velocidades superiores a 200 kilómetros por hora, pero las locomotoras disponibles en las vías australianas no superan los 165 km/h. Para solventar este inconveniente, la firma de los Oriol estaría negociando el alquiler y traslado de máquinas desde el Reino Unido, de forma que se consigan alcanzar velocidades más altas y ofrecer mejores resultados en términos de tiempo y rendimiento.
Según cita el mencionado periódico, las conversaciones comenzaron cuando un representante de la cotizada ofreció la posibilidad de desarrollar estas pruebas a los gobernantes australianos con el fin de probar las capacidades de los trenes de Talgo sobre sus vías. No se habría hecho un acercamiento formal hasta el mes pasado, cuando se celebró una reunión en Madrid entre el ministro australiano de Transportes Tom Koutsantonis, ejecutivos de la constructora y miembros del Ministerio de Industria, aprovechando una visita institucional a España.
Presente en los cinco continentes con equipos de mantenimiento, los trenes de los Oriol recorren vías de geografías tan dispersas como Estados Unidos, Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Arabia Saudí o España. En las últimas semanas ha firmado un memorándum de entendimiento con los ferrocarriles nacionales de Egipto para construir una flota de 100 trenes, a los que se podrían sumar otros 10 del modelo Avril para la operadora francesa de reciente creación Le Train, que acaba de abrir una ronda de financiación a pequeños inversores privados para alcanzar el capital necesario para su puesta en marcha.
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