Este jueves 9 de mayo Telefónica presentará sus cuentas correspondientes al primer trimestre de 2024, las últimas que hará públicas antes de realizarse la fusión entre Orange y MásMóvil en España, que dará lugar a la nueva entidad llamada Masorange. En este periodo, la compañía telefónica aún mantiene el liderazgo en cuanto a ingresos, pero ya ha abandonado el puesto número por número de clientes.
Estos también serán los primeros resultados que hace públicos desde la entrada del Gobierno en su capital a través de una compra de acciones por parte de la SEPI. Con esta operación, el capital público regresó al accionariado de la multinacional española, que continúa expectante sobre la posible compra futura del 9% de su capital por parte del grupo saudí STC.
En 2023, la empresa registró unas pérdidas de 892 millones de euros, frente a las ganancias de 2.011 millones de 2022, en un año en el que el aumento de los ingresos no logró compensar el empuje a la baja de las provisiones del ERE y el deterioro del fondo de comercio en VMO2 (una sociedad en Reino Unido en la que Telefónica controla el 50%).
La multinacional española facturó en el año pasado 40.652 millones de euros, un 1,6% más que en 2022, tras ver crecer su cifra de negocio en todos sus mercados y cumplir sus objetivos financieros que fueron revisados al alza en su segundo trimestre. Su deuda financiera neta cerró el año con 27.349 millones de euros, un 2,5% más que en 2022.
Telefónica ya cuenta como principal accionista a la SEPI, que tiene más de un 6% del operador, en un contexto que se espera que la sociedad estatal alcance hasta el 10 % de participación. El Consejo de Administración de Telefónica está integrado por 15 vocales, lo que implica una media de 6,7% de participación del capital por accionista. La SEPI roza ya ese porcentaje.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ya confirmó hace unas semanas la intención del Gobierno de pedir un representante en el Consejo, aunque no anticipó nombres.
