Se coloca ante la ola de fusiones 

Vodafone se 'come' 83 millones extra de pérdidas por un ajuste en sus cuentas

La operadora revisa la vida útil de algunos de los activos fijos de los años anteriores y se ve obligada a incrementar las amortizaciones.

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Europa Press

Vodafone logró una importante rebaja de las pérdidas en el último ejercicio fiscal que acababa en marzo, después del primer golpe de su reconversión y gracias a los diferentes recortes de costes llevados a cabo en dos años. Y lo hizo pese a los ajustes contables que han llevado a cabo y han impactado de manera significativa en sus cuentas. La operadora británica ha asumido en España unos números rojos 'extra' de 83 millones de euros después de que durante los últimos años diseñara una valoración incorrecta en base a los criterios del grupo de la vida útil de algunos de sus activos fijos.

Entre enero y marzo de este año el equipo financiero de la teleco puso en revisión la aplicación de las vidas útiles de determinados activos fijos, es decir, el tiempo para amortizarlos completamente. Este ajuste se circunscribe a la filial de ONO, es decir, a la que prestas servicios de fibra y de telefonía fija en el grupo después de su compra en 2014. "Las vidas útiles aplicadas durante ejercicios anteriores no estaban alineadas con la política de amortización del grupo Vodafone y no se habían aplicado de forma homogénea", apunta en la memoria anual recientemente presentada por el grupo.

El resultado de ese reajuste es una amortización mayor de la que se habían apuntado en esos ejercicios y, por tanto, unas mayores pérdidas. En concreto, el incremento de las pérdidas era de 94 millones de euros para los ejercicios anteriores a marzo de 2018. Sin embargo, esa cifra es compensada con 11 millones de euros de ajuste a su favor también en la cuenta de resultados. En total 83 millones de euros, una cifra significativa respecto al total de los 'números rojos' de todo el grupo.

El ajuste es mayor y de diferente procedencia al que acaba de ejecutar también su rival Orange en España. Tal y como adelantó La Información, la operadora francesa llevó a cabo una revisión de las proyecciones de negocio (flujos de caja) para los próximos trimestres y, ante una ralentización del mercado y de sus números, decidieron ponerse una 'venda fiscal'. Así, hicieron un cargo de 50 millones de euros de impuestos diferidos, ante la menor visibilidad de poder ser compensados con ganancias próximas debido al impacto del coronavirus y la crisis económica, junto con el giro hacia el 'low cost' del mercado y la mayor competencia.

En el caso de Vodafone no hay ningún ajuste reflejado en las cuentas por la crisis del coronavirus para su ejercicio fiscal 2021, que empezó en abril. Se limitan a asegurar que no se han identificado "circunstancias específicas" que deban ser reconocidas en la actualidad. Insisten en que la actividad de las operadoras es considerada como esencial, aunque advierten de que los posibles impactos futuros en las cuentas y en el balance "dependerán de la evolución de la pandemia en los próximos meses y, por tanto, de las consecuencias para la economía en general, así como la capacidad de reacción y adaptación".

Vodafone defiende que el sector debe "pasar del enfoque 'cuántos más operadores mejor' a 'cuanto mejores operadores, mejor'"

La compañía hoy dirigida por Colman Deegan se ha caracterizado siempre por una marcada prudencia financiera en sus cuentas. Es por eso que en los dos últimos años ha llevado a cabo varios ajustes de valoración de sus filiales ante la mayor competencia en el sector y la reducción de ingresos. La última se produjo en el primer trimestre de este año -último de su año fiscal- con un recorte de 840 millones, que se sumó al de 2.900 del ejercicio anterior. "Se ha observado un reposicionamiento hacia marcas de bajo coste y se espera que la intensidad competitiva dentro del mercado se mantenga elevada a medio plazo", apuntaban. 

Otras provisiones y la reorganización

Junto a las revisiones de los activos, Vodafone también mantiene algunas provisiones en sus cuentas en España. Por un lado se encuentran las de la reestructuración laboral llevada a cabo con el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 2019. En aquel momento provisionó más de 160 millones de euros para afrontar el pago de las indemnizaciones y de las prejubilaciones acordadas con los sindicatos. Después de abonar una parte mayoritaria de ese dinero, a finales de marzo mantenía 'reservas' por valor de casi 36 millones. Por otra parte, suma más de 8 millones procedentes del 'bonus' a la cúpula y la plantilla de ONO vinculado a la venta de la empresa a la propia Vodafone en 2014.

La empresa refleja en sus cuentas la escisión de las casi 9.000 torres de telecomunicaciones en una nueva filial que 'colgará' de su nueva división de infraestructuras a nivel global, denominada Vantage Towers. El grupo ha asignado un valor de algo menos de 1.000 millones de euros, muy por debajo de la valoración de mercado de este tipo de activos con un sector en plena ebullición.

Se coloca ante las fusiones

Por último, la operadora se coloca en la rampa de salida de una posible consolidación en el sector. Todos los analistas dan por hecho que la operación de venta de Másmóvil a los tres fondos internacionales KKR, Cinven y Providence es sólo el pistoletazo de salida. Vodafone es señalado como un potencial actor en este proceso. En este sentido, se limita a asegurar que hay que reducir de manera significativa el número de actores y no tanto centrarse en incrementarlo, como ha venido defendiendo la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en los últimos años.

"Durante estos próximos años deberemos pasar de un mercado en el que no valoremos tanto el tener 'cuántos más operadores mejor' sino que defendamos un enfoque de 'cuanto mejores operadores, mejor'", concluye en su memoria, donde insiste en que el 5G jugará "un papel fundamental".

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