La empresa catalana Wallbox, especializada en carga de vehículos eléctricos y gestión de energía, ha registrado pérdidas operativas de 36,6 millones de euros en el primer trimestre, un 88% más, tras elevar un 24% los ingresos, hasta los 35,1 millones. En los resultados remitidos a los inversores, Wallbox, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, señala que ha vendido 45.000 unidades en los tres primeros meses del año.
El ebitda ajustado -indicador que la compañía toma como mejor referencia de la evolución del negocio- ha sido negativo en 21,6 millones entre enero y marzo, un 32,5% más que en el mismo período de 2022, pero un 31% menos que en el trimestre inmediatamente anterior.
La empresa se ha visto afectada por la crisis de la automoción, que ha frenado el crecimiento previsto de venta de vehículos eléctricos -y por consiguiente de cargadores-, y por ello ha llevado a cabo un ERE con el que ha dado salida a 96 personas, lo que se incluye en una serie de medidas para reducir costes y con las que espera un ahorro anual de 50 millones.
En su presentación, Wallbox explica que este ahorro se verá reflejado en mayor medida en los resultados del segundo trimestre, si bien en el primero ya ha reducido en 8 millones sus gastos operativos. Entre enero y marzo, Wallbox ha elevado su margen bruto hasta el 36,8%, y espera situarlo alrededor del 38% en el ejercicio completo.
Europa se mantiene como su punto fuerte
En cuanto a ventas, el 80% han tenido lugar en el continente europeo, el 16 % en América el Norte, el 2% en Asia y Pacífico y el 1% en América Latina. La empresa con sede en Barcelona y unos 1.200 empleados ha indicado asimismo que para todo 2023 espera unos ingresos de entre 240 y 290 millones de euros, tras facturar 144,1 millones en 2022.
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