Una petición de cuidar más la democracia y una reivindicación de su padre, Juan Carlos I, por su papel en una noche que puso en cuestión los avances democráticos de 1978. Esta es la base del discurso que ha pronunciado el Rey Felipe VI en el 40 aniversario del intento de golpe de Estado del 23-F, dentro de los actos marcados por las restricciones de aforo y en los que no estaba precisamente su predecesor y progenitor. Según el monarca, el Rey emérito "asumió su responsabilidad y su compromiso con la Constitución".
"Su firmeza y autoridad fueron determinantes", ha destacado el jefe del Estado en su alocución al hablar de Juan Carlos I, que ha sido el gran ausente después de que en agosto decidiera marcharse de España por las informaciones que apuntaban a que tenía cuentas en paraísos fiscales. Un discurso en el que también ha recordado al entonces presidente Adolfo Suárez y a todos los representantes civiles o militares y a los medios de comunicación que contribuyeron a parar el intento del teniente-coronel Antonio Tejero y de los militares que le acompañaban de subvertir el orden constitucional aquel 23 de febrero de 1981.
Como ha recordado el jefe del Estado, "ante aquella inaceptable fractura, el Rey Juan Carlos I asumió su responsabilidad para que se tomaran todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente". Algo que hizo en un "mensaje televisado que ya forma parte de nuestra memoria colectiva", en el que "su firmeza y su autoridad fueron determinantes para la defensa de la democracia". Unas palabras que son especialmente relevantes, dado que es la primera vez que el actual monarca habla sobre su padre tras la controversia de los últimos meses en torno a su figura y a su salida del país.
"Tenemos aquella noche grabada en la memoria. Y desde la angustia sobre lo que podía suceder, todos sentimos la tranquilidad de ver cómo la libertad y el orden constitucional prevalecían. De confirmar cómo se confirmaba el periodo que años antes habían acordado abrir libremente todos los españoles", ha señalado Felipe VI sobre aquellas horas tensas que comenzaron con la entrada de Tejero al Congreso pasadas las 18:20h. Todo en un día en el que se estaba celebrando la segunda votación de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo, que iba a ser proclamado presidente del Gobierno por mayoría simple.
Por ese motivo, el Rey ha reclamado que "todos debemos sentirnos comprometidos y obligados a defender, proteger y preservar nuestra convivencia en democracia y libertad". A su juicio, hay que defender estos valores porque "sabemos lo difícil que fue alcanzarla y que siempre hay riesgos que la pueden amenazar". "Hemos aprendido que la democracia es un bien delicado que precisa del mayor cuidado", ha recalcado Felipe VI para pedir que la sociedad cuide más los derechos y libertades. Los cuales pueden estar en peligro con la simple "erosión" del sistema democrático.
Batet también reivindica a Juan Carlos I
La intervención de Felipe VI ha estado precedida por la que ha realizado la anfitriona del acto. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, también ha reivindicado la figura del Rey emérito en este aniversario. Sobre este, ha asegurado que fue quien encabezó la "defensa de la Constitución" que realizaron tanto la ciudadanía como las autoridades que respaldaron el sistema democrático. Después, ha advertido de que no hay que permitir cuestionamientos o ataques al modelo de Estado, por lo que ha instado a que se responda desde el Estado de derecho contra cualquier intento de asaltar o o modificar la democracia.
Para destacar a la clase política de aquel momento, Batet ha recordado la apertura de sesión que realizó el entonces presidente de la cámara baja, Landelino Lavilla. "Es el momento de declarar que un auténtico grito de 'viva España' no entraña una verdad distinta que la 'viva la Constitución' y 'viva la democracia'".
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