El 'puño de hierro' de Rivera fractura Cs: ruptura con Valls y los críticos internos

  • La Ejecutiva de Ciudadanos mantiene su 'no es no' a Sánchez. La presión se incrementa para que giren a la abstención y permitan gobernar al PSOE.
Albert Rivera
Albert Rivera
EFE

Manuel Valls, Luis Garicano, Francesc de Carreras, Arcadi Espada... Son ya varios los dirigentes o personas del entorno de Ciudadanos que han expresado en los últimos días su disconformidad con las decisiones que está tomando Albert Rivera y la Ejecutiva naranja. Creen que el partido está liderado con 'puño de hierro' y marcan distancias con una estrategia de 'cordón sanitario' hacia Pedro Sánchez que está bloqueando la investidura del claro ganador de las elecciones. Cs está dividido y cada vez son más las presiones que llegan a la sede de Ventas para que protagonicen una investidura 'patriótica' y que el PSOE pueda gobernar.

La ruptura con Manuel Valls en Barcelona ha sido la última polémica en un partido a quienes tanto desde el Ibex 35 como desde la Unión Europea se mira como decisivos. Quieren que recupere ese espíritu de 'bisagra' con el que nacieron para evitar que el Gobierno central dependa de los independentistas o los radicales. Así lo hizo Cs en 2016, pero ahora, llegado el momento de la verdad, no está actuando como tal. Y eso ya ha provocado artículos duros de dos de sus fundadores: el de Carreras y el de Espada censurando la actitud de Rivera. Desde Cs se ha respondido que sus fundadores fallan, en ocasiones, en sus análisis.

Con el exprimer ministro francés las discrepancias vienen de atrás. Valls no quiso asociar su marca electoral a Cs y Rivera se tuvo que plegar. Una vez conocido el decepcionante resultado el 26-M, el candidato propuso ceder sus votos para hacer alcaldesa a Ada Colau e impedir que un independentista como Ernest Maragall tomara el bastón de mando de Barcelona. Pero Ventas marcó distancias inmediatamente con Valls y propuso apoyar a Collboni. Finalmente, tras varios días de tensión, la fractura ha llegado y Valls y Cs formarán grupos separados en el consistorio de la ciudad condal. El galo afirmó ayer, vía comunicado, que gracias a su decisión se ha evitado que la ciudad esté gobernada por un secesionista.

A nivel interno también existen voces discrepantes y la principal es la de Luis Garicano. El 'gurú económico' de Cs también era partidario de hacer alcaldesa de Barcelona a Ada Colau y así lo manifestó en público. Lo cierto es que el nuevo eurodiputado naranja ha conformado un grupo de críticos que llevan tiempo expresando su disconformidad con algunas posturas que mantiene Rivera y su equipo. No les gustó la foto de Colón, no les gustó el acuerdo de Andalucía en el que se incluyó a Vox y no les gusta, en definitiva, que el partido abandone posiciones de centro para escorarse a la derecha con socios a los que el grupo europeo en el que se encuadra Cs -ALDE- rechaza frontalmente. Piden, en suma, centralidad y ahí miran al PSOE.

En las horas previas a la última Ejecutiva naranja, el 'ínclito' Garicano se posicionó del lado de Valls y eso no gustó del todo a los de Rivera. De esa reunión clave de dirección, eso sí, salió un decálogo aprobado por unanimidad a nivel interno, afirman fuentes oficiales, que marca el proceso negociador que sigue abierto:

Garicano, efectivamente, no está solo en su lucha interna. Fuentes cercanas a la formación incluyen en este ala liberal de Cs a otros dirigentes como Toni Roldán, portavoz económico en el Congreso, o a Francisco Igea, el 'barón' de Castilla y León que plantó cara a Madrid para ganar las primarias a Silvia Clemente, denuncia de 'pucherazo' mediante.

Empresarios y Macron sugieren la abstención

Las presiones hacia Rivera llegan también desde otros frentes. Algunos empresarios ya han comenzado a moverse para que Cs protagonice ese 'servicio a España' permitiendo, que no colaborando, un Gobierno de Pedro Sánchez sin radicalismos. Desde CEOE y desde el Ibex 35 ya ha habido movimientos en este sentido.

A nivel comunitario también hay reacciones. La más importantes llegó desde el Gobierno de Macron en las última horas. Su secretaria de Estado para Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin, apuntó en una entrevista este domingo que pedirán explicaciones a sus colegas españoles sobre su alianza con Vox. No quieren a la "ultraderecha" como socios y así se lo harán saber a los diputados electos naranjas.

Las aguas en la formación naranja, en definitiva, no están calmadas. A la ya consumada ruptura con Valls hay que sumar movimientos, 'fuego amigo' y presiones de diversa índole para conseguir esa abstención que desbloquee la investidura y eche a andar, por fin, la legislatura. Y de momento Rivera se mantiene firme.

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